Juzgados de Santander. Acto de conciliación entre el expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla, y el rey emérito, Don Juan Carlos I, por las acusaciones que el primero hizo en una televisión sobre la decepción que le había causado y en las que le llamó corrupto. Don Juan Carlos ya había avanzado que no acudiría. Y Revilla, con ese populismo que le caracteriza y con el afán de protagonismo que siempre demuestra en busca de micrófonos allá donde los haya, sí lo hizo. Y, naturalmente, organizó un corrillo con periodistas para asegurar que se iba a ratificar en sus acusaciones, que no tenía nada que rectificar ni nada de lo que retractarse. Por tanto, y sin acuerdo previo, el proceso seguirá adelante.
Lo novedoso es la estampa que propició esa comparecencia de Revilla ante la Prensa. Hasta cinco micrófonos de TVE tuvo delante. Es lo que se llama cubrir una noticia por quintuplicado. Enviar a cinco reporteros para un mismo evento informativo, por lo demás de escasa a nula relevancia. ¿Descoordinación en la redacción de TVE? ¿Obsesión de los servicios informativos? ¿Cinco micrófonos por su fallaban cuatro en la grabación?
Sea cual sea el motivo, que quizás tenga una explicación aunque, a priori, no parece muy plausible, parece un dispendio innecesario en una televisión pública que se nutre de los impuestos de todos los españoles. Quizás no habría ayer mucha más convocatoria informativa en Santander. Quizás sí… Pero la percepción de una persecución mediática obsesiva contra el Emérito instada desde la izquierda es notoria.
Minutos gratis de publicidad para Revilla en la televisión pública
Cinco periodistas, cinco micrófonos, así a bulto en un canutazo callejero, es demasiado. Más aún para un irrelevante acto de conciliación en un Juzgado de Primera Instancia del que se conocía previamente su desenlace. Eso sí, minutos gratis de publicidad para Revilla, y minutos gratis de demagogia y propaganda de la izquierda a costa del dinero público. Lo normal ahora en RTVE.
jagarejula
17/05/2025 11:24
Por casualidad, pudo ver el tratamiento que se dio a primera hora del pasado viernes 16 en TVE1 a este asunto por parte de un grupo de comentaristas / tertulianos y fue un ejercicio de sectarismo izquierdista y de populismo descarado. Está claro que hay gente dispuesta a todo con tal de esconder los delitos, aún presuntos, del entorno del Presimiente Fráudez, y el tratamiento dispensado a la enésima chirigota de un sujeto como Revilla, falangista, centrista o izquierdista según convenga, no es sino otra pirueta de la mafia socialista.