Portugal se opone a la compra de Novo Banco por parte de CaixaBank. El banco de origen catalán ha contratado a Morgan Stanley para lanzarse a una operación de más de 3.000 millones, pero se encuentra con los recelos de las autoridades portuguesas, como publicó este medio.
El ministro de Estado y Finanzas en funciones de Portugal, Joaquim Miranda Sarmiento, prefiere que CaixaBank no adquiera Novo Banco para que la presencia española en el mercado bancario luso no aumente por “una cuestión de concentración y de dependencia”, informa EFE.
Aun así, el ministro dijo que la decisión sobre esta posible operación corresponde al fondo estadounidense Lone Star, socio mayoritario de Novo Banco con un 75 % del accionariado.
“Las soluciones serán siempre soluciones de mercado. Si Lone Star decide vender, colocará en el mercado esa venta y los potenciales interesados harán ofertas”, dijo Sarmiento, quien recordó que el Estado portugués controla "directa o indirectamente" el 25 % de Novo Banco.
“En cualquier caso, la banca española representa hoy un tercio del mercado bancario portugués, tal vez un poco más. Creo que, por una cuestión de concentración y de dependencia, ese valor no debería aumentar”, apuntó.
Riesgos para la competencia del sector
Preguntado por los riesgos que entrañaría una mayor concentración en el sector bancario, Sarmiento aseguró que puede acarrear problemas de competencia. Indicó que desconoce si Lone Star quiere desprenderse de su participación en Novo Banco e insistió en que será el fondo de inversión norteamericano quien tenga la última palabra.
Y añadió: “El mercado dictará siempre sus propias reglas, pero me parece que está en el interés del país que no haya una excesiva concentración de nuestro sector bancario en manos de un solo país, como es España”.
CaixaBank siempre ha partido como favorito para asaltar al cuarto banco más grande de Portugal y, de hecho, ya hubo acercamientos informales en el pasado. Novo Banco nació en agosto de 2014 tras la quiebra del Banco Espírito Santo y fue recapitalizado con dinero público con más de 5.000 millones. Lone Star, como indican fuentes próximas a la operación, aspira a ingresar entre 4.000 y 5.000 millones, tras pagar un dividendo extra por importe de 1.100 millones.