La Comisión Europea ha revisado sus últimas previsiones económicas y espera que el Producto Interior Bruto (PIB) de España crezca un 2,6% este año, tres décimas más de lo anticipado y en línea con la estimación que mantiene el Gobierno. En 2026, sin embargo, augura un avance del 2%, una décima menos de lo que pronosticó en su último informe. En el conjunto de la eurozona, Bruselas espera un crecimiento del 0,9% en 2025 y del 1,4% en 2026, cuatro y dos décimas menos de lo previsto, respectivamente.
En el informe de primavera, Bruselas señala que el crecimiento en España se mantendrá "robusto" en 2025 y se "suavizará" en 2026. Como el Gobierno, prevé que la actividad económica se vea respaldada por la demanda interna, debido al "buen comportamiento del mercado de trabajo", que mantendrá el crecimiento del consumo privado, y al fortalecimiento previsto de la inversión, gracias también a la aplicación del Plan de Recuperación, asociado a los fondos europeos Next Generation.
En cuanto a la inflación, se prevé que disminuya hasta el 2,3% en 2026 y hasta el 1,9% en 2026; mientras que el déficit de las istraciones públicas disminuirá al 2,8% del PIB en 2025 y al 2,5% en 2026, gracias a la "supresión gradual de las ayudas relacionadas con la energía y con la DANA. La ratio deuda/PIB disminuirá hasta el 100,9% en 2025 gracias a que "el crecimiento nominal del PIB crecerá más que el coste de la deuda", explica Bruselas. Ya en 2026 se estabilizará en esos niveles.
Finalmente, en cuanto a la tasa de paro, Bruselas prevé que disminuya de forma constante hasta situarse ligeramente por debajo del 10% en 2026, frente al 11,4% de 2024, gracias a la creación de empleo adicional y a una moderación del crecimiento de la población activa total. En concreto, espera tasas del 10,4% en 2025 y del 9,9% en 2026. En todo caso, España se mantiene como el país con más desempleo de la eurozona.
En todo caso, Bruselas advierte de que existen riesgos de que se materialice una desaceleración de la actividad económica mayor en la zona euro y en los principales socios comerciales de España, en particular aquellos más expuestos a EEUU. "Esto podría generar efectos colaterales negativos en España al dificultar aún más el a los mercados de exportación e incitar a un comportamiento precautorio prolongado por parte del sector privado, retrasando la inversión empresarial y manteniendo la tasa de ahorro de los hogares por encima de su media histórica a largo plazo", explica.
El golpe de la guerra comercial en la eurozona
El crecimiento del conjunto de la zona euro se revisa a la baja significativamente respecto a las previsiones de otoño de 2024 "debido en gran parte a la mayor incertidumbre causada por los recientes cambios bruscos de en la política comercial de EEUU y la imprevisibilidad de la configuración final de los aranceles", explican los técnicos de la Comisión en el informe. A pesar de estos retos, se espera que el crecimiento de la eurozona aumente hasta el 1,4% en 2026, respaldado por un crecimiento continuado del consumo y un repunte de la inversión.
Asimismo, se prevé que la desinflación avance más rápidamente de lo que esperaba en otoño, ya que los nuevos factores desinflacionistas derivados de las actuales tensiones comerciales pesarán más que la subida de los precios de los alimentos y las mayores presiones de la demanda a corto plazo. Tras situarse en una media del 2,4% en 2024, se espera que la inflación global en la zona del euro alcance el objetivo del 2% del BCE a mediados de 2025 y se sitúe en una media del 1,7% en 2026.