Son muchas las mascotas que se marean al viajar, sobre todo si el trayecto se hace en coche. Así, los que más lo sufren son los perros, y en concreto los cachorros. Saber identificar este problema es clave para mejorar su bienestar y evitar que surja un rechazo al entrar en el vehículo. Además, es importante aclarar que en ocasiones este mareo se puede evitar si el perro pasa por un proceso de adaptación: introducirlo en el coche de forma drástica y emprender un trayecto largo no es lo más recomendable.
De igual manera, y aunque es imprescindible acudir a un veterinario para obtener información precisa y adaptarla a la situación de cada animal, hay síntomas frecuentes y comunes en este tipo de casos. Los bostezos constantes son uno de ellos, así como la apatía y la aparición de temblores. Los lloros y gemidos también indican que algo va mal, además de la salivación excesiva.
Los veterinarios aconsejan
El nerviosismo es otro de los comportamientos que pueden aparecer si el perro se marea en el coche y, finalmente y como ejemplo más obvio, las náuseas y los vómitos. Así, lo ideal es conseguir que el animal no lo pase mal en ningún momento y no llegue a sufrir estos problemas. De esta manera, los profesionales aportan ocho consejos para mejorar su bienestar:
• Acostumbra al perro con trayectos cortos
• Comprendelo si llora y trabaja el refuerzo positivo
• El vehículo debe ser seguro
• Promueve la actividad previa antes del viaje
Todos estos consejos se traducen en lo siguiente: cuanto más cansado llegue el animal al coche mejor, así dormirá y estará más tranquilo durante el trayecto. Además, regañarlo si gimotea o llora no es lo más adecuado, sino que es recomendable responder con tranquilidad sin consolarle ni atenderlo en exceso, ya que esto podría provocar que continúe llorando para seguir recibiendo atención.
Mareos en el coche
Conseguir que el vehículo sea lo más cómodo posible para el perro es otro factor fundamental para evitar los mareos en el animal. Para conseguirlo es necesario tener muy presentes distintos aspectos, como el control de la temperatura. Estos animales tienen una temperatura corporal superior a la de las personas, por lo que lo más recomendable es que el interior del coche no esté a más de 22 grados. Además, abrir las ventanas de vez en cuando mejorará la situación.
Finalmente, viajar en ayudas o que el perro no haya comido nada en las últimas dos horas antes de emprender el viaje hará que los vómitos sean más improbables. Además, es imprescindible realizar las paradas obligatorias para que el animal descanse, haga pis y se pueda estirar, además de recibir unos cuantos mimos y caricias para continuar el viaje.