Sucesos

El vídeo clave de la muerte de 'Johan el narco', tiroteado por un policía en el corazón de Madrid

El policía defendió que el fallecido intentó atropellarle, pero el juez no ve que su vida estuviera en riesgo cuando hizo uso de su pistola

Un disparo que le entró por el hombro y le perforó el pulmón. Así murió Johan Andrés, un supuesto narcotraficante de origen colombiano que fue abatido por un policía antidroga en el madrileño barrio del Pilar el pasado 29 de enero. La versión del agente es que el fallecido, al volante de su coche, trató de embestirle a él y a su compañero cuando le dieron el alto, pero un vídeo de una cámara de seguridad entregado al juez ha dado un giro de 180 grados a la investigación.

El agente que apretó el gatillo pertenece desde hace años a la Udyco Central, la unidad especial antidroga de la Policía Nacional. El Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid le mantiene investigado por un delito de homicidio doloso, es decir, intencionado, y el caso podría acabar juzgado por un jurado popular. Los compañeros del agente que redactaron el atestado policial corroboraron que sintió que tanto su vida como la del funcionario que le acompañaba corrían "serio peligro" cuando, al abordar a su objetivo, éste intentó darse a la fuga dando marcha atrás con vehículo, un Seat León de color blanco. Según los investigadores, existía una "posibilidad real" de que fueran atropellados, además de percibir que el presunto narco podía estar cogiendo un arma de fuego, aunque no resultó ser así.

Frente a la versión policial, la familia del fallecido ha aportado dos nuevas pruebas que han dado un vuelco al procedimiento. El juez instructor ha manifestado sus dudas sobre la actuación del policía después del visionado del vídeo al que ha tenido Vozpópuli. En un reciente auto, señala que la grabación "revela que no aparece en absoluto clara esa situación de riesgo vital a la que alude el agente" y duda de la "corrección" en el uso del arma reglamentaria, con la que disparó "al investigado en vez de al vehículo". En la misma resolución, ordenó la retirada de la licencia de armas al agente, aunque rechazó decretar su ingreso en prisión provisional, como pedía la familia del fallecido, representada por el abogado Juan Manuel Fernández. 

Las imágenes de una cámara de seguridad cercana al lugar de los hechos, el número 13 de la calle Sinesio Delgado, muestran cómo los dos agentes, vestidos de paisano y a bordo de un coche policial camuflado, adelantan al vehículo conducido por Johan Andrés aprovechando que también le supera una furgoneta, lo que le dejaba sin alternativa en caso de un intento de huida. Después, bajan de su coche y cada uno se dirige a una de las puertas delanteras del turismo del sospechoso. El atestado policial refleja que ambos portaban su placa identificativa colgada del cuello y gritaron "¡Alto, policía!" cuando se aproximaron a su objetivo, pero la familia del fallecido asegura que no fue así y que éste creyó que estaba siendo víctima de un vuelco de droga. Los investigadores indicaron en su atestado que en el maletero llevaba unos tres kilos de cocaína, aunque su abogado esgrime que "no hay prueba" de ello en el procedimiento.

Siguiendo con la secuencia de los hechos, el agente que se dirigió al lado del conductor, empuñando su pistola, abrió la puerta y, en ese momento, el presunto narco dio marcha atrás, según los policías, para después acelerar y embestirles. Sin embargo, nunca se conocerá la maniobra que iba a realizar Johan, ya que en ese instante el agente le descerrojó varios disparos, de los cuales uno le alcanzó de lleno en el torso. Pese a ello, los policías le tuvieron que sacar a la fuerza del coche y le colocaron boca abajo en el asfalto para esposarle. Fue en ese momento, según su última declaración ante el juez, cuando se percató de la herida de bala que tenía el detenido. Rápidamente, los agentes llamaron al 112 y al lugar se desplazaron los sanitarios. Pero Johan no pudo superar el mortal disparo y murió poco después en el hospital de La Paz. 

Un micrófono en el coche

La familia del presunto narcotraficante no sólo basa su tesis en las imágenes grabadas por la cámara de seguridad, sino también en un audio que, según la acusación, pudo ser grabado debido a que la Policía había colocado un micrófono en su coche en el marco de la investigación antidroga de la que estaba siendo objeto junto a otros de una presunta organización criminal. En ese documento, se aprecia que Johan iba hablando con un conocido por teléfono cuando fue interceptado por el vehículo policial camuflado. De su actitud no se desprende que fuera consciente de que estaba siendo seguido por los agentes. 

Con este audio, la familia del fallecido pretende probar que los policías pudieron no haberse identificado de forma adecuada y que Johan, por lo tanto, no habría sido consciente de que se trataba de una actuación policial y pudo pensar que iba a sufrir un robo por parte de otra organización. La investigación acaba de empezar, pero las cartas ya están sobre la mesa.

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