El subdirector general de Emergencias, Jorge Suárez, explica detalladamente en un informe a la juez instructora de la causa que se sigue sobre la gestión de la dana que las alertas emitidas por el Centro de Coordinación de Emergencias y todas las llamadas registradas en el teléfono 112 sobre los incidentes registrados en el barranco del Poyo se trasladaron a los alcaldes y a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (coordinados por la Delegación del Gobierno) durante la jornada del 29 de octubre.
La información ya obra en poder de la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja en un extenso documento que registra los primeros rescates a las 8,29 horas en un coche que estaba en el barranco en la localidad de Quart de Poblet (cuyo pudo abandonarlo) y a las 8,30 horas en Chiva con dos personas atrapadas dentro de otro vehículo.
La jornada, desde ese momento, tuvo picos de atención telefónica sobre llamadas relacionadas con las lluvias torrenciales que alcanzaron su pico a media tarde.
Recepción correcta
Los os de los envíos realizados desde el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat a los ayuntamientos incluye a todos los alcaldes de los municipios afectados y su recepción fue correcta (los envíos comenzaron a fallar a partir de las 20,30 horas cuando la riada ya había afectado a todas las poblaciones).
El informe del funcionario de la Generalitat Valenciana hace un repaso por todas las alertas emitidas por Emergencias que obran en poder de los Ayuntamientos, no sólo del día 29 sino también desde el día 24, y también incluían SMS que recibían los alcaldes.
Al margen de los os de cada Ayuntamiento de la cuenca del barranco del Poyo los avisos recibidos en el 112 se trasladaron a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En el caso de los municipios, las miles de llamadas en el 112 se trasladaron a través de las policías locales y en el caso de la Diputación, a través del Consorcio Provincial de bomberos que lideraba José Miguel Basset.
Delegación del Gobierno
La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, conocía así las incidencias que se iban registrando a través de Policía Nacional, Guardia Civil y Guardia Civil de Tráfico que estaban incluidos entre los organismos a los que se trasladó la información. Bernabé era la codirectora del plan de Emergencias en el Cecopi (al que asistió de manera telemática el día 29 de octubre) en el comité de dirección que formaba junto a la máxima responsable, Salomé Pradas.
Las miles de llamadas también se trasladaron al Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), Centro donde se gestiona la demanda sanitaria en urgencias y emergencias que se recibe en 112 CV, la Sala de Emergencias Generalitat Valenciana; y el Centro de Gestión de Servicios de Movilidad.
La CHJ
El informe de Jorge Suárez explica que las alertas meteorológicas "se reflejan en la página web (www.112cv.gva.es) y en la APP de avisos de la Generalitat", mientras que las alertas hidrológicas –como la que se emitió en el barranco del Poyo por la mañana– son responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
El documento recuerda que "el Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo de inundaciones, aprobado por el Acuerdo del Consejo de Ministros de 29 de julio de 2011, establece en su apartado 3.3 Alerta hidrológica, que las Confederaciones Hidrográficas (CCHH) en las cuencas intercomunitarias, deberán facilitar la información relativa al estado de las redes fluviales y las previsiones sobre éstas, en particular las situaciones previsibles de desbordamiento de cauces".
Insiste en que "estos sistemas para cada una de las diferentes cuencas hidrográficas, por su propia concepción, constituyen un elemento esencial para la ayuda a la toma de decisiones en la explotación de las infraestructuras hidráulicas en situación de avenida, suministrando adicionalmente información de gran interés para los servicios de protección civil frente a las inundaciones".
El envío de comunicaciones desde Emergencias a los ayuntamientos refleja ese 'apagón' que constituye la piedra angular de la pugna de argumentarios entre el Gobierno de Españla y la Generalitat, ya que desde las 16,13 horas hasta las 18,43 horas no hubo datos sobre el caudal del Poyo y con posterioridad la riada arrastró el único sensor del barranco y las estimaciones enviadas a los ayuntamientos fueron pluviométricas.