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Cultura

'Estocolmo 1520. El rey tirano': uno de los episodios más sangrientos de Suecia

Mikael Håfström dirige esta superproducción escandinava que recrea el "baño de sangre de Estocolmo"

  • 'Estocolmo 1520. El rey tirano' -

El cine europeo ha visto nacer en los últimos años algunas grandes producciones históricas, capaces de competir en aspecto y fuerza -no tanto en presupuesto- con el cine estadounidense, y con el atractivo suficiente para llenar las salas de cine. Entre algunos ejemplos cabe citar las sas El conde de Montecristo o Los tres mosqueteros: D'Artagnan, a las que ahora se suma Estocolmo 1520. El rey tirano, la mayor superproducción escandinava hasta la fecha, en la que el director sueco Mikael Håfström recrea uno de los episodios más crueles y sangrientos de la historia de su país natal a través de una película épica repleta de batallas, intrigas y venganza. 

“Esta película habla sobre una guerra entre Suecia y Dinamarca, así que necesitaba escenas a gran escala, pero también hay momentos muy íntimos. Una guerra necesita espacio, así que intentamos hacerlo lo más grande posible”, explica a Vozpópuli el director de esta película, en la que se narra el “baño de sangre de Estocolmo”, trágico final de la pugna entre el rey danés Cristián II y el monarca sueco Sten Sture, a quienes encarnan Claes Bang y Adam Pålsson. 

En esta película, “fiel a los hechos reales”, también hay espacio para una licencia creativa con las hermanas Anne y Freja, a quienes interpretan Sophie Cookson y Alba August, dos heroínas que buscan venganza después del asesinato de toda su familia. “Son los únicos personajes que no están basados en personas reales. Decidimos tener dos mujeres que buscan venganza y son ellas quienes nos llevan al corazón de la historia, un episodio muy famoso en Suecia pero sobre el que fuera no se conoce. Ellas nos conducen al corazón de los hechos”, cuenta. 

Más allá de la venganza y de las grandes batallas, estos hechos reales se cuentan también a través del humor negro, a pesar de la “historia sangrienta” que cuenta. “El humor es humano. Existió entonces y ahora, e incluso en la historia más trágica y oscura te puedes permitir tener un momento para el humor si lo usas de la manera correcta”, apunta el cineasta. 

Sacar adelante este proyecto ha contado con “un presupuesto mucho menor que el que dispone cualquier producción estadounidense de estas características”. “Lo rodamos en Hungría y en la República Checa, para favorecernos de las ventajas fiscales. Sacamos el mayor provecho económico y fue financiado por una plataforma escandinava que apoyó este proyecto desde el principio”, cuenta. 

A pesar de que se trata de un episodio ocurrido hace más de cinco siglos, la rivalidad entre Dinamarca y Suecia se mantuvo a lo largo del tiempo, aunque el cineasta matiza que en la actualidad el poso se limita a cuestiones deportivas y no hay en esta película ningún paralelismo con el presente. “Dinamarca, Suecia y Noruega han estado en guerra desde los tiempos de los vikingos, a propósito de las tierras. Es parte de la historia escandinava. Ahora somos todos amigos y solo rivales en fútbol y cosas así. Hay una historia de violencia, pero se ha calmado y esos días pasaron”, destaca. 

Guerra territorial

Sí hay, en cambio, un simbolismo en el significado de las guerras y las confrontaciones que se viven en el presente en todo el mundo. “La guerra territorial tiene lugar ahora muy cerca de nosotros, en nuestro propio continente, así que obvia y desgraciadamente está muy vivo en estos momentos y hay un paralelismo con lo que ocurre en Ucrania”, reconoce. “Hemos aprendido muy poco de lo que ha ocurrido en los últimos cinco siglos y aún ocurre muy cerca de nosotros”, agrega. 

En cuanto a la amenaza del cine global y en concreto el europeo desde la istración de Donald Trump, Mikael Håfström, nominado al Oscar por la película Onskan (2003), cree que lo que le gusta al presidente estadunidense es “hablar, dar titulares y ser dramático”. “No me preocupa que haya dicho que va a aplicar aranceles del cien por cien en las películas que no hayan sido rodadas allí porque no es realista. El mejor escenario es que estados como California establezcan mejores incentivos fiscales, porque el problema no son los rodajes en Europa, el problema es que es muy caro rodar en Estados Unidos y no tiene sentido para las empresas”, opina. En cualquier caso, es “optimista” con la situación. 

 

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