León XIV: desaparecer para ser discípulo de Jesús

Robert Francis Prevost, americano, 69 años, de Chicago, agustiniano, es el 'identikit' de Leone XIV, el nuevo Papa de Roma. Hoy lunes ha tenido su primera audiencia, y en la plaza de San Pedro se espera a lo largo de los próximos días una afluencia masiva de hasta 300-400 mil peregrinos, para asistir a su discurso de investidura.

Su primera homilía tuvo lugar el pasado viernes, y en ella tomó como referencia el libro A los Romanos de San Ignacio. Cito literalmente: "solamente cuando el mundo no vea mi cuerpo uno se puede considerar discípulo de Jesús". Es un manifiesto, es un deseo de subrayar el silencio en medio de esta dictadura del ruido. Es un deseo de nutrir el misterio de la fe cristiano-católica. Especialmente en plena vorágine, todos sacudidos de información por tierra, mar y aire, llega él y quiere detener este gran carnaval.

La iglesia, desnortada, camina prácticamente sin rumbo, no se sabe muy bien a veces si quiere ser una ONG, si quiere ser un partido político; de repente llega él y subraya el silencio, es un manifiesto importante, es un deseo de no incurrir en esta celeridad, en esta velocidad, en esta necesidad de llenar cosas por temor a que se deterioren. Él ha dado una traza importante, la de desaparecer y que no vean nuestro cuerpo, para que así se pueda ser discípulo de Jesús.

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