Ante el evidente y rotundo fracaso del comunismo y una vez descorrida la cortina que desveló sus horrores tras la caída del Muro de Berlín y el posterior a los archivos soviéticos, los intelectuales progresistas, desnudos de argumentos para defender su ieología, se han aferrado últimamente a un ridículo concepto, el neoliberalismo o “fachosfera” en el grotesco argot sanchista, para reinterpretar a su gusto, al margen de su verdadero significado el liberalismo.
En el ámbito político español, aunque no tengan -todavía- nuestros progresistas la osadía de impugnar frontalmente el Estado de Derecho ni la democracia liberal, resulta evidente que ambas instituciones son para ellos meros estorbos que deben ser arrinconados de cara a conseguir sus fines totalitarios; como el gobierno y sus adláteres ponen de manifiesto cada día.
Por todo lo dicho viene al caso para saber quién es quién en la política de aquí y ahora, un repaso muy sintético, pero suficientemente significativo, de las verdaderas posiciones ideológicas de ambos bandos políticos:
- El liberalismo proclama una sociedad abierta, sometida al imperio de la ley, en la que la libertad de cada uno está limitada por la de los demás, mientras que el socialismo es un intento sistemático de diseñar y organizar, total o parcialmente, mediante medidas coercitivas de ingeniería social, el mercado y la sociedad.
- La democracia liberal busca la igualdad en la libertad. El socialismo busca la igualdad en la limitación y en la servidumbre.La igualdad ante la ley y la libre apropiación de los resultados de la acción humana dentro de la misma, son liberales, mientras que la igualdad de resultados -con independencia de los méritos y la suerte- es progresista.
- Las leyes de la vida en sociedad: estabilidad de la propiedad, intercambios por consenso y cumplimiento de las promesas, no operan en el mundo progresista.
- Si para el conservador Chesterton, “las tradiciones son la democracia extendida en el tiempo”, para los proto-socialistas Rousseau y Voltaire “no existen otras leyes que las que se dan los vivos”.
- Para el liberalismo la verdadera ley es la natural: normas que no son producto deliberado de ningún legislador. El socialismo considera que la ley no es más que el expreso mandato de la voluntad humana: no hay límites posibles al poder del legislador y no existen las llamadas libertades fundamentales. El imperio de la ley lo consideran una superstición metafísica.
- El liberalismo considera que la felicidad es algo personal que debe buscarse individualmente y que la misión del Estado es no poner obstáculos a dicha búsqueda; el socialismo quiere hacer felices, colectivamente desde el Estado y a través de su propia ideología, a las personas.
- Aristóteles condenó la clase de gobierno en el que el pueblo impera y no la ley; así como todo lo que viene determinado por el voto de la mayoría y no de la ley.
- Son requisitos -liberales- de la auténtica ley: no tener efectos retroactivos, ser conocida y cierta, e igual para todos, incluido el gobierno. Si una ley concede al gobierno poder ilimitado para actuar a su gusto y capricho, todas sus acciones serán legales pero no encajarán dentro del Estado de Derecho.
- Liberalismo y democracia son compatibles, pero lo opuesto al liberalismo es el totalitarismo Un gobierno puede ser democrático y totalitario.
- Para la antigua Grecia, Cicerón, Locke, Hume y Kant la ley y la libertad son inseparables. Para Hobbes, Bentham, Rousseau y el positivismo jurídico la ley significa necesariamente una usurpación de la libertad.
- Los individuos aprendieron a observar reglas de conducta mucho antes de que pudieran ser expresadas. No es casual que el mismo término, ley, sirva para designar las invariables leyes que rigen la naturaleza así como las que regulan la conducta humana.
- Para el liberalismo, la libertad y la ley están por encima de la democracia; para el socialismo no.
- La libre competencia y entrada/salida de los mercados, de resultados imprevisibles, es el camino óptimo para los avances tecnológicos y el crecimiento económico. La “acción colectiva” -Mancur Olson–, los intereses creados y el capitalismo de amiguetes están necesariamente asociados a intervenciones arbitrarias en los mercados.
- Las premisas liberales tienen tras de sí siglos de convalidación: el socialismo se basa en premisas cuya falsedad puede demostrarse.
En última instancia, mientras que el liberalismo -de siempre- se identifica con la responsabilidad personal, los socialistas siempre echan la culpa de sus propios actos a los demás, tratando de conformar así una sociedad infantilizada al servicio de su poder totalitariamente ejercido.
El progresismo solo ha conseguido, en contra de la libertad y la ley, o bien destrozar -en su expresión comunista- los países gobernados o bien limitar en diversos grados -en su versión socialdemócrata- el verdadero progreso económico y social.
Se podrían añadir muchos más argumentos, pero lo dicho -en gran parte procedente de Hume, Hayek y Popper- deja suficientemente claro que mientras que el liberalismo, desde Aristóteles a nuestros días, posee una doctrina rigurosa, clara y cuyos logros civilizadores se han materializado en los enormes avances de la humanidad, el progresismo solo ha conseguido, en contra de la libertad y la ley, o bien destrozar -en su expresión comunista- los países gobernados o bien limitar en diversos grados -en su versión socialdemócrata- el verdadero progreso económico y social.
Los guionistas de La Moncloa, vulgares inventores de frases carentes de contenido lógico o empírico, ajenos por completo a cualquier planteamiento serio de filosofía política, por respeto a la dignidad ciudadana de sus propios prosélitos quedan invitados a replicar, uno por uno, los quince argumentos dialécticos antes expuestos.
smondejar
28/01/2025 07:57
Remontarse a Aristóteles parece un poco excesivo, aunque se haga para contraponerle tácitamente a Platón, padre de todos los totalitarismos, según el también mencionado Popper. Lo cierto es que tanto liberalismo como socialismo (que es en verdad a lo que usted alude) son hijos del mito del progreso nacido en la Ilustración. "Socialista, a fuer de liberal", proclamaba Indalecia Prieto. Tanto el ordoliberalismo europeo como el Consenso de Washington norteamericano son progresistas, en tanto que prometeicos; herederos del mito inmanente de la Razón ilustrada, en definitiva.
kjlm10
28/01/2025 10:36
Los guionistas de la Moncloa no contestarán. Ni pueden argumentar, ni saben. La técnica que han venido utilizando en las últimas décadas consiste en presentarse como poseedores de ‘la verdad’ y posicionarse siempre en ‘lo correcto’. De esta forma no argumentan, simplemente descalifican y denigran utilizando con especial habilidad una mentira, asocian derecha/extremaderecha con nacionalsocialismo. Olvidando que el nazismo no es mas que una variante del colectivismo, del que también participan los comunistas. -----Ayer escribía Jochen Buchsteiner un artículo en Frankfurter Allgemein Zeitung en el que argumentaba que Trump había quitado el péndulo a los progres de izquierda. El péndulo que habían poseído, disfrutado y abusado en las últimas décadas ahora volvía a un conservador nacionalista. También auguraba que este cambio de péndulo tendría grandes efectos en la política nacional e internacional de los próximos años. -----De pronto, Trump gana las elecciones, toma posesión y la atención del mundo cambia de lado. Los progres comunistas de izquierdas siguen con su cantinela que si facha, que si extrema derecha, pero están totalmente desubicados. Siempre sin entrar en el fondo de las cuestiones e imponiendo su agenda ya sea bajo el nombre de 2030 o Woke. No se dan cuenta que el fenómeno les trasciende. Los ciudadanos han visto que las políticas 2030 y Woke les empobrecen, les quitan libertad e incluso amenazan a la propiedad. Por eso 80M ciudadanos en USA que ni son de extrema derecha, ni fachas han preferido a Trump frente a lo 2030 y a lo Woke de los demócratas. -----Desde la toma de posesión de Trump el soniquete de que son fachas no les va a funcionar, tendrán que explicar por qué 80M de ciudadanos lo prefieren, tendrán que entrar en el terreno que no quieren entrar y es el de argumentar frente a los intereses de la gente. Estaban acostumbrados a imponer su ideología como la única y verdadera, ahora resulta que hay otras mejores y más convenientes y, sobre todo, a las que vota la gente. Los tiempos han cambiado. Las políticas de Trump presentan un problema para la izquierda progre-comunista. A poco que tengan éxito lo progre-comunista volverá a esconderse en el 10% del voto. -----La política de Trump tiene otro aspecto en el orden internacional. Este siempre estuvo ordenado por los intereses de las naciones. Las agendas 2030 y Woke son un ejemplo de orden supranacional que barre la soberanía de los estados. Trump pone en el tablero internacional la soberanía de la nación y deja claro que los intereses del más fuerte predominan. Sanchez se cree con fuerza suficiente para enfrentarse a USA, lo que nos llevará a la perdición. -----Agustín Laje, argentino, predica el nuevo liberalismo en conferencias, entrevista, libros o en Youtube, expone claramente las carencias y los perjuicios del globalismo que toma forma bajo las agendas 2030 y Woke. Su pensamiento coincide prácticamente don el de Milei. Cada vez adquiere mayor momento y está llamado a jugar un papel importante en el mundo que habla español. Por favor, anoten: " los tiempos han cambiado".