Política

Moncloa se anticipa al informe de la UCO y se desmarca de Santos Cerdán: "No es un hombre del Gobierno"

Pese al cortafuegos, en el Ejecutivo siguen poniendo la mano en el fuego por él, que niega haber cometido delito alguno

  • Santos Cerdán -

La política es movimiento. Día a día parece que nada cambia pero una sola palabra lo puede mover todo. El Gobierno sigue poniendo la mano en el fuego por la mano derecha del presidente en el Partido Socialista Obrero Español, el secretario de organización, Santos Cerdán. Pero ya ha comenzado a levantar un cortafuegos. 

Fuentes gubernamentales consultadas por este diario destacan una obviedad cuando se pregunta por la situación de Cerdán: que “no es un hombre del Gobierno”. Pero el hecho de que comenten tal cosa ya supone una barrera. Moncloa está a la espera de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ponga en disposición del juez un informe que, supuestamente, vincula a Cerdán con adjudicaciones a empresas constructoras.

El aludido negó este martes en el Congreso, en una convocatoria con los medios, haber cometido delito alguno; itió su interés por obras públicas en Navarra, pero lo limitó a su responsabilidad como diputado por esta circunscripción. Y dijo que todo lo publicado hasta el momento es mentira. Cerdán, que según ha sabido este diario fue presionado desde Moncloa para comparecer, insinuó que tras la filtración de la existencia de dicho informe se encuentra la propia UCO y aseguró que podrá desmontarlo línea a línea.

El origen de unos mensajes que pueden tumbar al número tres del PSOE

¿Pero de dónde viene la investigación de la Guardia Civil? El origen es una memoria digital que los agentes requisaron a Koldo en la primera fase de la operación Delorme, en febrero de 2024. Supuestamente, ese dispositivo es el que contiene mensajes que vinculan a Cerdán con contratos públicos adjudicados a Acciona.

Lo cierto es que desde que trascendió la investigación al número tres socialista, el pasado mes de marzo, solo se ha dejado ver en dos ocasiones, en contraste con la agenda del resto de de la dirección socialista. Tanto Enma López como Ana María Romero, Hana Jalloul, Borja Cabezón o Víctor Rodríguez, han tenido más peso mediático en los planes de comunicación de la dirección socialista. 

El caso Koldo, que ha sumido al PSOE en su peor crisis desde que llegó al Gobierno en 2018, ha hecho que la figura de Santos Cerdán esté en entredicho. No solo porque fue él quien introdujo al exasistente de José Luis Ábalos y presunto cabecilla de una trama de comisiones ilegales por la venta de mascarillas durante la pandemia, al circuito de poder en Madrid, sino porque, no ha manejado bien la crisis que ha terminado con la expulsión del exministro de Transportes del partido y su 'extradición' al Grupo Mixto del Congreso de los Diputados. El número tres del PSOE está estrechamente conectado a Koldo.

Cerdán (Milagro, Navarra, 1969) es uno de esos personajes que saben moverse entre bambalinas y mantenerse en el tiempo. El secretario de organización del PSOE es uno de los pocos supervivientes de la gran purga de Pedro Sánchez que todavía hoy tiene peso en el partido. No por casualidad, este técnico de mantenimiento e industrial se convirtió en el electricista que enchufó al independentismo a la investidura del presidente del Gobierno.

En el PSOE le describen como una persona "tranquila", estoica incluso, que casi nunca se pone nervioso por mucho que fuera el mundo se esté cayendo. Cerdán no disfruta del foco mediático. No es dado a entablar con la prensa con la naturalidad o el desparpajo de otros compañeros suyos, como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y delega toda la comunicación en el aparato de propaganda de Ferraz. Quienes han negociado con él comentan que "es de fiar" y "no se va por las ramas". "Es directo y discreto", zanjan. 

Sánchez le mantuvo al frente del aparato de Ferraz en el último congreso de noviembre pese a haber sido señalado dentro de la gran casa socialista. Ahora, Cerdán se asoma al precipicio del ruido mediático y de las sospechas de la Guardia Civil. El cerco se estrecha sobre los colaboradores más cercanos del secretario general del PSOE. 

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