Hace tiempo que las sesiones de control en el Congreso de los Diputados se han convertido en un espectáculo poco edificante. Su función se ha visto reducida a un mero diálogo de sordos. "¿A dónde vas? manzanas traigo". Un guion que tiende a repitirse miércoles tras miércoles. A veces, la contienda degenera en jauría de insultos y gritos. En realidad, la dinámica habitual es: la oposición interroga y el Gobierno se evade. A veces reacciona con un contracontrol a la oposición.
Pero lo que sucedió ayer en el Hemiciclo va más allá. Porque el sentido utilitario del debate se vio corrompido por un mitin, a cuenta de la tragedia de la DANA, entre una diputada socialista y la ministra de Ciencia, Diana Morant, ergo líder del PSOE en la Comunidad Valenciana. Si la función última de las preguntas que formulan sus señorías es ejercer una labor fiscalizadora sobre la acción del Ejecutivo, este miércoles ocurrió exactamente lo contrario.
Con el objetivo de promocionar a la candidata valenciana -cuyo liderazgo no termina de coger vuelo, según reflejan todas las encuestas salvo el CIS-, el PSOE se sirvió de la sesión de control para protagonizar, literalmente, un mitin. Después de los turnos de Pedro Sánchez y María Jesús Montero, y con la Cámara en ebullición, se hizo el silencio cuando el vicepresidente de la Mesa, Alfonso Gómez Rodríguez de Celis, dio paso a la siguiente intervención.
Para desconcierto de algunos de los periodistas presentes en la Tribuna de prensa, agarró el micrófono una diputada anónima: Marta Trenzano, antaño alcaldesa de Algemesí, una de las zonas devastadas por las riadas del pasado 29 de octubre. Con sus tarjetones en la mano y sin levantar la mirada del papel, empezó a leer. "Le formulo una pregunta que nace del dolor y de la indignación que todavía sentimos miles de valencianas y valencianos". A continuación: "Qué valoración hace el Gobierno de la respuesta institucional ante la situación generada por la DANA".
Lejos de camuflar su no-pregunta, prosiguió: "Porque lo que ocurrió el 29 de octubre fue más que un episodio climático devastador, fue una prueba moral y política y hay gobiernos que respondieron y otros que simplemente desaparecieron". Y para no dar lugar a equívoco, no fuera a ser que alguno pensara que se estaba refiriendo a sus compañeros de filas, añadió: "La Generalitat Valenciana no estuvo para atender la emergencia y cuando la ciudadanía pedía respuestas encontró silencio, opacidad y desprecio".
La "pregunta" no estaba dirigida en ningún caso a la ministra de Ciencia, sino a la candidata del PSOE en la Comunidad Valenciana. Por si quedaba alguna duda, el epílogo: "Señora ministra, usted responderá desde el rigor, pero también desde la humanidad, como ha hecho desde el primer día. Porque esta pregunta no la formulo yo, la formulan miles de valencianos, dónde estaban quienes debían protegernos y, lo que es peor, por qué aún siguen ocupando el Palau de la Generalitat quienes les abandonaron a su suerte".
Para redondear el intercambio de pareceres, lo que realmente hicieron, porque objetivamente aquello fue de todo menos un control, tomó la palabra Morant. "La Generalitat ni lideró, ni coordinó, ni actuó", dijo. "Falló en lo esencial, en estar, porque no estuvo". Miró hacia atrás y señaló con el dedo al líder del Partido Popular, que se encontraba en su escaño. "También falló Feijóo, que ha reconocido que Mazón no estuvo a la altura y, aún así, ha preferido protegerle que proteger al pueblo valenciano".
El antecedente con Celis y Montero
No es la primera vez que ocurre algo así. Hace un año, el grupo socialista recurrió a su cupo de preguntas (nunca suele hacerlo) para atizar al alcalde de Sevilla, por aquel entonces enfrascado en la idea de privatizar la Plaza de España. El duelo se saldó con una especie de conversación entre el socialista Gómez de Celis, número dos de la Cámara, y la vicepresidenta primera, hoy también candidata a la Junta de Andalucía. Algo así sucedió: "¿No le parece a usted fatal?", interpeló el primero. "Sí, sí, fatal", asintó la segunda.
El protagonismo que el PSOE quiso darle ayer a Morant no es casual. Coincide con una estrategia orquestada entre Moncloa y Ferraz, que han decidido intensificar su batalla contra el PP por la tragedia de la DANA. Este jueves, un día después del mitin de la baronesa socialista en la Carrera de San Jerónimo, Pedro Sánchez viaja de nuevo a Valencia, donde no ha vuelto desde aquella accidentada visita con los Reyes en Paiporta. Esta vez, se reunirá con asociaciones de víctimas en la Delegación del Gobierno, un recinto alejado de la calle.