El decreto antiaranceles, en manos de Podemos si el Gobierno no cede ante el PP

No hubo milagro de Pascua. La interlocución entre el Gobierno y el Partido Popular para alumbrar conjuntamente un primer paquete con el que hacer frente a las cosecuencias económicas de los araanceles de Donald Trump se mantiene, pero las expectativas de acuerdo cada vez son más escasas. Lo que podría haber terminado en pacto de Estado entre las dos grandes formaciones del país, empieza a ser más de lo mismo: desencuentro. Nada nuevo bajo el sol. 

Pasada la Semana Santa no ha habido "ningún avance" en la interlocución que mantienen Carlos Cuerpo, ministro de Economía, y el vicesecretario popular Juan Bravo. La última vez que ambos hablaron fue antes de los festivos, para un mero cruce de textos. Poco más. En el equipo de Alberto Núñez Feijóo denuncian que el Ejecutivo se ha cerrado en banda a incorporar algunas de sus reivindicaciones, y, a modo de prevención, avisan: "Que vayan haciendo esfuerzos para amarrar el apoyo de Ione Belarra". 

Si el PP finalmente se descuelga y decide votar en contra del decreto, la convalidación del decreto -que se aprobó hace dos semanas- quedaría en manos de Podemos. Y, advierten en Génova, la formación morada no parece estar muy por la labor de facilitarle la vida política a Pedro Sánchez. El rechazo del decreto abocaría al Gobierno a un fracaso estrepitoso, convirtiendo prácticamente en inviable una legislatura que, cada día que pasa, se hace más cuesta arriba. 

Faltan escasas semanas para que el texto que contiene las primeras medidas aprobadas por el Consejo de Ministros capear los aranceles de la istración Norteamericana aterrice en la Cámara Baja. Hoy por hoy, el Gobierno no tiene garantizados los apoyos que le permitan sacarlo adelante. Para los populares es una condición sine quanon que las propuestas que Feijóo ha puesto encima de la mesa se vean plasmadas de alguna forma. La condición es simple: "Que conviertan parte de su plan en nuestro plan". 

Según argumentan en el PP, en los últimos años se ha llegado a pactar hasta una cesión de las competencias migratorias a Cataluña sólo para que Junts retire una proposición de ley. Ejemplo al que recurren para demostrar que, a la hora de firmar contrapartidas con sus socios, el Gobierno no conoce límites. "¿Y si han llegado tan lejos con Junts, por qué nosotros tenemos que dar nuestros votos gratis?", se preguntan en el politburó gallego. 

"Muy difícil"

Como avanzó Vozpópuli, en las filas populares creen que es prácticamente imposible alcanzar acuerdos de Estado con Sánchez en lo que resta de legislatura. Y eso que, con la guerra comercial de Estados Unidos, todo parecía remar a favor. Ante el temor de un hundimiento económico, la reacción inicial de Feijóo fue la de llamar a la unidad y el Gobierno le tendió la mano. Las primeras reuniones entre Cuerpo y Bravo, en buena sintonía, auguraron un hito en las relaciones entre ambos partidos, maltrechas desde no se sabe cuándo. Pero el tiempo ha ido disipando toda esperanza de que las conversaciones, que iniciaron dos perfiles que se caracterizan por su talante conciliador, lleguen a buen puerto. 

Este lunes, en una rueda de prensa desde Génova, la vicesecretaria popular Ester Muñoz, declaró: "Entre el partido y los intereses de los españoles estaremos siempre con los españoles, pero es muy difícil llegar a un acuerdo de Estado con este Gobierno como el que tenemos, que dice un día una cosa y otra la contraria". Para el PP, resulta imposible tragar con un decreto antiaranceles que, según presume Junts y niega el Gobierno, beneficia a las empresas catalanes. "No vamos a cerrar ninguna puerta, pero es muy difícil que el PP vaya a estar en un sitio donde se acepta un chantaje de Puigdemont, del 25% de los fondos a Cataluña". 

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