Madrid

"Una carta desde el corazón": la rectora fallida de la Universidad Autónoma imita a Sánchez para las nuevas elecciones

Tras fracasar con estrépito pese a ser la única candidata en los comicios, Amaya Mendikoetxea intenta hacer valer el método de misivas del presidente

  • Amaya Mendikoetxea, rectora de la Autónoma -

Amaya Mendikoetxea, rectora en funciones de la Universidad Autónoma de Madrid, parece haberse sumado al estilo literario del presidente Sánchez. Como recordarán, el jefe del Ejecutivo central, ante la avalancha de informaciones relativas a su esposa, Begoña Gómez, emitió una carta donde anunció que se tomaría cinco días de reflexión.

Un método, el de las masivas, que cogió por sorpresa a la ciudadanía y al espectro político, pero que ha creado escuela. Ante el fracaso electoral de Mendikoetxea en las elecciones a rector, donde concurría como única candidata, la catedrática optó por un tiempo de silencio y reflexión que ha roto al más puto estilo Sánchez.

El pasado 11 de mayo, Mendikoetxea publicó en su cuenta de Instagram una "carta desde el corazón" donde confirma lo que todo el mundo sabía, que ha decidido presentar nuevamente su candidatura al rectorado de la UAM. 

"Queridos amigos, queridas amigas: El pasado viernes decidí presentar nuevamente mi candidatura al rectorado de la UAM en la convocatoria electoral que se abre tras los resultados del 8 de abril. No os oculto que los días que siguieron a aquella votación fueron duros. Sentí tristeza, decepción y una profunda impotencia.

Me preguntaba si habíamos sido capaces de transmitir todo el trabajo, el esfuerzo y, sobre todo, la ilusión que mi equipo y yo hemos puesto en este proyecto durante estos años. Sentí que algo no habíamos hecho bien. Pero también, con el paso del tiempo y, especialmente, gracias a vuestros mensajes de ánimo y apoyo, esos sentimientos se han transformado. Hoy siento esperanza, energía y una renovada convicción y tengo claro que este proyecto merece continuar, que no debemos rendirnos.

Porque frente al voto en blanco-un voto que refleja malestar, pero que no ofrece alternativas ni propuestas-, es más necesario que nunca reivindicar una universidad con ideas claras, con proyectos sólidos y con un horizonte compartido. Porque es legítimo escuchar el descontento, y aprender de él, claro que sí, pero no debemos dejarnos arrastrar por campañas que se han sustentado, en demasiadas ocasiones, en la desinformación y en el ruido.

Estos cuatro años no han sido fáciles, pero hemos hecho mucho y lo hemos hecho con honestidad, con trabajo y con vocación de servicio. Hemos conseguido enderezar una situación económica complicada, impulsar los procesos de estabilización y promoción más amplios de nuestra historia reciente, poner en marcha nuevas titulaciones y situar ocho disciplinas de la UAM entre las cien mejores del mundo.

Hemos inaugurado la Casa del Estudiante, firmado los acuerdos para construir una nueva Facultad de Medicina en la Ciudad de la Salud, impulsado la implantación de Spain Neurotech en Cantoblanco, licitado un nuevo edificio de Innovación y modernizado nuestras infraestructuras científicas.

Todo eso y mucho más ha sido posible gracias al esfuerzo de todos y todas. Gobernar no es mirar desde la barrera. Es decidir, arriesgar, a veces equivocarse. Pero siempre desde la responsabilidad y el compromiso con el bien común. Yo he elegido actuar. Siempre. Y ahora, una vez más, elijo seguir adelante.

Me presento de nuevo: Porque sigo creyendo en una universidad pública, plural, crítica y de excelencia. Porque aún hay inercias que vencer, caminos por recorrer y proyectos por culminar. Porque los cambios profundos requieren tiempo y constancia. Porque hay errores que quiero corregir y mucho margen para seguir mejorando. Y, sobre todo, porque tengo un programa sólido, un equipo comprometido y una visión de futuro clara para nuestra universidad, que ahora sí podré contrastar con otros modelos, visiones y formas de hacer las cosas, en un debate abierto, honesto y plenamente universitario, como nuestra universidad merece.

Volver a presentarme no es solo un acto de compromiso, es también un acto de convicción y de amor por esta universidad, porque creo, sinceramente, que juntos podemos seguir construyendo una UAM más justa, más innovadora y más fuerte. El futuro de nuestra universidad está en vuestras manos. Con toda mi gratitud, mi respeto y mi compromiso de siempre, Amaya". 

Un fracaso rotundo de la rectora

En las elecciones al rectorado celebradas el pasado 8 de abril, la única persona que se presentó fue Amaya Mendikoetxea. La Catedrática de Lingüística Inglesa del Departamento de Filología Inglesa y actual rectora no consiguió llegar al mínimo de votos exigibles.

Esta situación, inédita en las elecciones universitarias de este país, obligó a repetir los comicios. Mientras tanto, Mendikoetxea continuará en el cargo en funciones. Los mandatos son por seis años, y la situación en la UAM no es la más idónea de todas.

Según la Ley Orgánica del Sistema Universitario, "en caso de existir un único candidato, será proclamado rector si logra el apoyo de la mayoría absoluta de votos válidamente emitidos". "Si no fuera así, continuará en funciones el rector que las estuviera ejerciendo, hasta nuevas elecciones, que se celebrarán en el plazo de tres meses".

La UAM entiende por mayoría absoluta "el 50,0001 de los votos ponderados". Sin embargo, Mendikoetxea no ha sido capaz de convencer a profesores ni alumnos. En concreto, la rectora ha obtenido el 44,6% de los votos ponderados, lo que la alejó considerablemente del 50% que exige la LOSU. 

Apenas un 48% de los 1.555 profesores titulares y catedráticos han acudido a votar, de los cuales el 59,3% le ha dado su apoyo. No obstante, la hecatombe ha venido de la mano de los alumnos y personal de istración. 

Únicamente un 19% del alumnado ha votado por ella, mientras un 31% de los trabajadores ha metido su papeleta en el sobre. Por último, el 25% de los contratados predoctorales ha ido hasta el final con Amaya Mendikoetxea.

Mendikoetxea, como el resto de rectores de las seis universidades públicas madrileñas, están a la gresca con el Gobierno regional del Partido Popular. Todas ellas exigen a Díaz Ayuso más presupuesto, ya que se consideran "infravaloradas". De hecho, la propia rectora de la UAM aseguró que la CAM solo cubre el 50% del presupuesto de la universidad.

En sintonía con el Gobierno central, siente "inquietud" por el borrador de la nueva Ley de Universidades, y confía en que haya "voluntad de diálogo por ambas partes". Por último se mostró reticente a la creación de nuevos campus privados. 

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