Sevilla ha tenido que esperar casi hasta las tres de la tarde para ver entrar a su dolorosa más querida, la Macarena. Su entrada en el templo ha puesto el punto final a una Madrugá de Sevilla multitudinaria y sin incidentes graves, marcada por la emoción del reencuentro tras la suspensión del año anterior por lluvia. Junto a la Virgen de los Gitanos y la Esperanza de Triana, la Macarena ha cerrado una noche de contrastes que ha contado con la presencia de la reina emérita Sofía, ausente desde hacía cuatro décadas.
Así, la capital de Andalucía, capital de la Semana Santa durante su noche más importante del año, ha puesto este mediodía, con la entrada de la Macarena, la Virgen de los Gitanos y la Esperanza de Triana, punto y final a una Madrugá que ha vuelto a generar emoción tras la suspensión del pasado año por la lluvia, en una noche que ha transcurrido sin incidentes destacables.
Únicamente, según ha informado Emergencias Sevilla, a las 2:50 horas en la calle Relator se ha producido, coincidiendo con el paso de la Macarena, una deflagración en un registro eléctrico de suelo por acumulación de gases tras la combustión de cableado, lo que ha arrojado un herido leve.
Aun así, no ha sido hasta las 13:36 horas cuando la Virgen de la Macarena ha alcanzado el atrio de su basílica y se ha despedido de la muchedumbre que se ha dado cita en sus alrededores para disfrutar de ese momento.
La situación, que ha generado un pequeño conato de carreras, ha quedado controlada sin llegar a revestir gravedad, aunque por recomendación del Consejo de Hermandades y Cofradías la hermandad ha decidido acortar su recorrido de vuelta y no transitar por algunas de las calles más señeras de su barrio.
Coincidiendo con la entrada de la Macarena, la calle Pureza, en Triana, ha concitado a miles de personas en torno a la Capilla de los Marineros para ver la entrada de la Esperanza, algo que ha ocurrido a las 14:45 horas.
Una recogida que ya han realizado entre las 4:30 horas y las 7:30 horas las tres corporaciones ejemplo de sobriedad y recogimiento en esta noche de profundos contrastes: la primera ha sido El Silencio, después lo ha hecho El Gran Poder y, por último, El Calvario.
Apenas minutos antes lo ha hecho la Virgen de las Angustias, de la Hermandad de los Gitanos, después de que un poco antes haya entrado en su Santuario El Señor de la Salud.
Una Madrugá que termina apenas sin tiempo para que dé comienzo una jornada de Viernes Santo con la que se enfila ya el final de la Semana Santa, a la espera de la llegada del Domingo de Resurrección.
Estas entradas han puesto fin a una Madrugá exitosa, de grandes cortejos, multitudinaria y tranquila que pasará a la historia por haber recibido la visita de la reina emérita, doña Sofía, algo que no se producía desde hacía 40 años.
