Cataluña

'Parenostre', lo que la película que presenta a Pujol como una víctima evita contar

El film retrata al 'expresident' como un patriota cuyo legado es mancillado por las corruptelas de su familia y las 'cloacas' del Estado

  • El actor protagonista de 'Parenostre', Josep Maria Pou -

 

En Cataluña, ha sido frecuente escuchar que el Barça es "más que un club". Lo que se traduce en que para el nacionalismo el equipo viene a ser un "ejercito desarmado de Cataluña", según Arcadi Espada. Igualmente, el que fuera presidente catalán durante 23 años, Jordi Pujol, ha representado para ese mundo mucho más que el cargo que ocupó, identificándolo como el padre espiritual de la Cataluña nacionalista—no en vano, sus políticas de "construcción nacional" allanaron el camino al 'procés'—. Sin embargo, la confesión del propio exdirigente de que había mantenido oculta una fortuna durante 30 años en Andorra, así como la corrupción protagonizada por su entorno familiar —al que el juez denominó "organización criminal"— hundieron en el descrédito al histórico líder.

 

Sin embargo, en esta década, el nacionalismo se lanzó a blanquear su figura. La primera en abrir la veda fue TV3, que emitió un documental en 2021 que alababa su legado político y culpaba de la corrupción a las "cloacas del Estado". Y un par de años más tarde, se normalizó su presencia en distintos actos, llegando el año pasado a reunirse con Illa en el Palau de la Generalitat y a recibir un homenaje a cargo de pesos pesados de la antigua CiU en Castellterçol. Ahora, y a la espera de ser juzgado por blanqueo en noviembre de 2025, una película estrenada la semana pasada se ha sumado a este ejercicio de blanqueamiento: 'Parenostre', dirigida por Manuel Huerga, protagonizada por Josep Maria Pou y —quizá lo más revelador— escrita por Toni Soler, un periodista y productor televisivo conocido por su militancia separatista.

 

Y es que, el film, pese a que es presentado por sus autores como un retrato equidistante, ha recibido críticas por su parcialidad. Es cierto que no elude mostrar como ciertos los episodios de corrupción que manchan su figura. Pero la cinta muestra a un Pujol despreocupado del dinero y entregado a la "reconstrucción" de Cataluña tras la dictadura franquista, siendo en todo caso responsable de no haber fiscalizado lo suficiente las actividades ilícitas de su esposa e hijos. Por el contrario, algunos críticos han señalado que España —incluyendo su monarquía— es presentada como un Estado represor sin paliativos, dispuesto a todo para frenar las aspiraciones separatistas del "pueblo catalán", que habría empujado a los neoconvergentes a abrazar la unilateralidad y no a la inversa.

 

De puntillas por el caso 'Banca Catalana'

Asimismo, el film cuenta con omisiones significativas. Por ejemplo, no muestra el momento en el que Pujol, desde el balcón del Palau de la Generalitat, pronunció su conocido discurso exculpatorio sobre el caso Banco Catalana en 1984: "El gobierno ha hecho una jugada indigna. Y, a partir de ahora, cuando alguien hable de ética, de moral y de juego limpio, hablaremos nosotros, no ellos". De esta manera, el líder nacionalista atribuía a una causa genérica "contra Cataluña" la querella contra él y veinte directivos de la entidad por apropiación indebida y falsedad documental —que terminó siendo archivada por falta de indicios suficientes—.

Por lo demás, brillan por su ausencia las polémicas racistas protagonizadas por Pujol y su esposa, Marta Ferrusola. Cabe recordar que el primero dejo por escrito que el "hombre andaluz" es un ser "destruido" y "poco hecho" que vive en un estado de "ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual". "Si por la fuerza del número llegase a dominar […] destruiría Cataluña", especuló a finales de los 70. Por su parte, Ferrusola —fallecida el año pasado—, llegó a denunciar que sus hijos no podían bajar al parque delante de su casa —en la zona alta de Barcelona— porque otros niños les hablaban en castellano. Sin olvidar que, tras la victoria del PSC en los comicios de 2010, afirmó que le "molestaba mucho" que la presidencia de la Generalitat cayese en manos de un "andaluz que tiene el nombre en castellano" —por José Montilla—. 

 

Finalmente, el film tampoco se libra de un par de inexactitudes que favorecen a Pujol, como ha detectado 'El Triangle'. Una de ellas, que su padre, Florenci le dejó su famosa 'deixa' —la herencia— para proteger el legado familiar de la represión franquista, pero éste murió en 1980, con su hijo presidiendo ya la Generalitat. La otra, que un Ayuntamiento ordenó retirar una estatua tras la confesión del 'expresident'—cuando en realidad el monumento, en Premià de Mar, fue derribado por un grupo de desconocidos, hecho que ayuntamiento condenó—.

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