Andalucía

Europa apuesta por Granada como epicentro de la energía limpia

Japón aportará un 5% del coste de la construcción impulsada desde la UE, con el impulso inicial de España y Croacia junto con la Comisión Europea

  • Acelerador de partículas -

A poco más de 40 kilómetros de Granada y con apenas mil habitantes, la localidad de Escúzar entró este lunes en la historia de la ciencia internacional al convertirse en sede del mayor proyecto científico impulsado en España: el acelerador de partículas IFMIF-DONES. Con la colocación de su primera piedra, arranca oficialmente la construcción de una infraestructura estratégica para el desarrollo de la energía de fusión nuclear. Se trata de una de las piezas clave en la búsqueda de una fuente energética que, a diferencia de las actuales, proporcione mucho más de lo que cuesta generar. Un objetivo que durante años pareció utópico: una fuente de energía inagotable, segura y limpia, considerada el gran sueño energético del siglo XXI.

Este acelerador, cuyo nombre completo es International Fusion Materials Irradiation Facility – DEMO Oriented Neutron Source, tiene una misión ambiciosa: simular las condiciones extremas dentro de un reactor de fusión para probar los materiales que formarán parte de las futuras plantas nucleares capaces de generar esa energía limpia. Con la instalación se generará un potente flujo de neutrones que permitirá analizar cómo se comportan diversos componentes sometidos a temperaturas y radiaciones similares a las del interior de un “sol artificial”.

Una inversión histórica para la ciencia española y andaluza

IFMIF-DONES podría alcanzar una inversión total cercana a los 1.000 millones de euros si finalmente se construyen dos aceleradores, como ha propuesto la comunidad científica internacional. De momento, se han asegurado 700 millones para su construcción y puesta en marcha, lo que convierte esta infraestructura en la mayor inversión en ciencia de la historia de España, y además localizada en Andalucía.

Al reparto de la financiación entre el Gobierno de España y la Junta de Andalucía (ambos al 50 %) se han sumado países como Croacia y Japón(aportará un 5% del coste de la construcción), que este lunes firmó un memorando de adhesión. Italia también ha manifestado su intención de integrarse formalmente, y se espera que la Unión Europea cubra hasta el 25 % del coste a través del organismo Fusion for Energy.

Pese al enorme interés internacional, el “acelerador de partículas más importante del mundo”, como lo ha calificado la vicepresidenta María Jesús Montero, no comenzará a operar hasta 2033. A partir de entonces, se abrirá una fase de experimentación que sentará las bases tecnológicas de las futuras centrales de fusión nuclear.

El profesor Manuel García Muñoz, profesor de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Sevilla y codirector del Laboratorio de Ciencias del Plasma y Tecnología de Fusión destaca que “la comunidad científica lleva muchos años investigando posibles materiales. Ahora hay que hacer un experimento real. Para eso se construye IFMIF-DONES. Es una piedra en el camino que llevamos preparando muchos años”.

Una infraestructura única en el mundo

Este será el único centro en el mundo capaz de reproducir de forma precisa las condiciones que existirán en los futuros reactores de fusión. Esa capacidad lo convierte en una pieza esencial del llamado “puzle internacional” que busca llevar la fusión nuclear desde la investigación hasta la red eléctrica.

Actualmente, Francia acoge el ITER (Reactor Termonuclear Experimental Internacional), cuyo objetivo es generar plasma a temperaturas de hasta 150 millones de grados. Estas condiciones permitirían crear energía a partir de la fusión, para luego dar el siguiente paso tras ITER, que será el DEMO (Demostración de Generación de Potencia), donde se pretende mantener esas condiciones de forma permanente. Y aquí entra en juego Granada.

“La fusión es una fuente de energía limpia y virtualmente inagotable”, afirma García Muñoz. “La cantidad de energía que se libera es tal que, con la cantidad de hidrógeno en un vasito de agua, podríamos abastecer a una familia de cuatro durante 80 años. Esto es el santo grial de la energía”.

Pero llegar a este punto requiere resolver numerosos retos tecnológicos. Uno de los mayores es encontrar materiales capaces de soportar las condiciones extremas del reactor. “Nosotros estamos construyendo un pequeño sol, pero tenemos que alcanzar temperaturas incluso más altas que en el Sol: 150 millones de grados. No hay material que aguante eso, por lo que mantenemos esa bola incandescente levitando en el vacío mediante campos magnéticos. Y para construir esa ‘caja mágica’, necesitamos materiales que resistan sin degradarse. Es ahí donde IFMIF-DONES es clave”.

Impacto económico, social y formativo

Más allá de su relevancia científica, el impacto socioeconómico de IFMIF-DONES será enorme. Se estima que se crearán más de 50.000 empleos a lo largo de su vida útil, muchos de ellos de alta cualificación. Solo en Granada se generarán más de 1.000 empleos anuales, posicionando a la provincia como un polo de innovación tecnológica.

La Universidad de Granada ya ha comenzado a construir un centro de investigación junto al acelerador, desde donde se coordinarán los proyectos, se formará personal especializado y se avanzará en colaboración con la Junta de Andalucía.

“Este proyecto no solo es investigación de alto nivel, sino también una oportunidad para que la industria andaluza genere valor añadido”, apunta el profesor sevillano. “Aquí van a florecer empresas muy potentes. No necesitaremos comprarle el conocimiento a Alemania. Andalucía se posiciona como un ‘hub’ de fusión único con el tokamak en Sevilla y el IFMIF-DONES en Granada”.

Además de su papel en el desarrollo de la fusión, el acelerador también tendrá aplicaciones en medicina, física de partículas, ciencia de materiales e industria avanzada. Será, sin duda, un catalizador de conocimiento e innovación.

Un futuro energético 

El profesor García Muñoz concluye con una reflexión: “La fusión estará disponible cuando la sociedad la necesite y la quiera. Lo mismo ocurrió con la energía solar o la eólica. El reto ahora es hacerla comercialmente viable. El primer coche, el primer ordenador o el primer avión no fueron eficientes. Pero hoy los tenemos por todas partes. Lo mismo pasará con la fusión. No es ciencia ficción.

La colocación de la primera piedra representa el inicio de una nueva era científica, con Granada como punto de partida.

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