Economía

Los ‘vaivenes’ de Sánchez con el gasto militar: bajó para formar Gobierno en plena guerra de Ucrania

Pese al compromiso con la OTAN, Moncloa ha jugado con las partidas de Defensa en función de sus intereses políticos

  • Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y Pedro Sánchez. -

El gasto militar se ha convertido en la cenicienta de los Presupuestos Generales del Estado. Ha estado sometido siempre a los vaivenes del crédito que ha ido necesitando el Gobierno para atender otras partidas y así encajar las cifras anuales de déficit. Sánchez, incluso, lo ha utilizado en interés electoral propio, para satisfacer las demandas antimilitaristas de sus socios y poder formar el Ejecutivo.

Nunca se han cumplido los objetivos previstos, ni siquiera en materia de inversión militar en estos años de guerra en Ucrania o para acercarse al cumplimiento de los compromisos con la OTAN. Sólo hay que ver que hasta noviembre de 2024 (últimos datos disponibles pendientes de la liquidación anual), el grado de ejecución de los créditos definitivos (obligaciones reconocidas netas) sólo alcanzaban el 69% (unos 10.500 millones de los más de 15.000 millones presupuestados tras las consiguientes modificaciones) y el de las inversiones reales sólo era del 54% respecto a los créditos definitivos fijados.

El presupuesto militar, a la espera de la nueva fase de rearme de la UE en apoyo de Ucrania (tras la irrupción de Donald Trump en el conflicto), sólo se ha acercado al 1% del PIB en estos últimos años, frente al compromiso del Gobierno con la OTAN de llegar al doble antes de 2029 y de la actual demanda comunitaria de alcanzar el 3%. En los últimos 25 años, el gasto medio en términos del PIB ha rondado el 0,7% cuando, por ejemplo, en 2000 llegó al 0,9%. Y respecto al conjunto de las istraciones Públicas,  los presupuestos de este departamento sólo han representado un 2% de media de los créditos totales y a poco más del 6% de los habilitados para los ministerios (istración General del Estado).

Tras la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, el Gobierno de Sánchez activó el gasto militar. Pero, un año después, Sánchez ‘cambió de opinión’ y redujo de golpe la partida coincidiendo con la convocatoria anticipada de elecciones y la necesidad de obtener el apoyo para poder formar Gobierno de Sumar (y Podemos), así como de otros grupos no proclives a elevar el gasto militar. Así, en 2022 esta partida creció un 31% respecto al año anterior, hasta el récord de 15.347 millones. Esta cifra es incluso superior a la presupuestada para 2024 y 2025, dependiendo de los nuevos criterios que el Gobierno quiere ahora ‘rascar’ para que aparezca más gasto (pensiones de militares y civiles de Defensa, créditos del CNI y otros organismos, partidas de I+D en Industria o Guardia Civil y otros cuerpos).

Sin embargo, en 2023, con la guerra en Ucrania en plena actividad y con la OTAN exigiendo la aportación de más dinero por parte de España, Sánchez practicó un tijeretazo a este gasto del 9% (casi 1.400 millones menos), hasta dejar la cifra en 13.987 millones, según el último informe sobre la Clasificación de las Funciones de las istraciones Públicas (COFOG) elaborado por la Intervención General de la istración del Estado (IGAE). Es decir, si en el año del inicio del conflicto bélico el gasto militar en términos de PIB era del 1,1% (2,4% del conjunto de los presupuestos de las istraciones Públicas), el Gobierno lo bajó al 0,9% (2,1% del gasto público total). La COFOG se elabora mediante una estadística cruzada de operaciones de gasto desarrollada por la OCDE, la ONU y el Sistema Europeo de Cuentas Nacionales “que constituye un importante instrumento de análisis del gasto público útil para las comparaciones internacionales”, señala la IGAE. Por tanto, le va a costar al Gobierno introducir nuevos conceptos para engordar el gasto militar real. 

Ajuste del presupuesto

En el detalle de la COFOG se observa que los créditos destinados al grupo de ‘Defensa militar’ crecieron un 32% en 2022 (hasta 13.375 millones) respecto al año anterior, pero descendieron un 14,3% en 2023 (hasta situarse en 11.461 millones). Es en este apartado dónde se concentra la mayor parte del ajuste (casi 2.000 millones menos). Por su parte, el grupo de ‘Ayuda militar al exterior’ (misiones internacionales o por “propios intereses de la política exterior española”) aumentó un 12% en 2022 hasta 1.541 millones y en 2023 el alza fue del 39% hasta 2.148 millones (600 millones más). Mientras, el grupo de ‘Investigación y Desarrollo’ subió un 79% en 2022 (hasta 431 millones), pero en 2023 se produjo una reducción del 12% (hasta 378 millones), es decir, 53 millones menos. 

El informe reconoce que no se ha producido un crecimiento “a tasa constante” en estos años. Justifica el alza en 2022, pero no menciona los motivos del descenso en 2023. Señala que una de las causas del incremento en 2022 ha sido la invasión rusa “con motivo de reforzar los stocks de material y municiones, así como de realizar las inversiones necesarias para un mejor apoyo logístico en los sistemas de mando, control, inteligencia, ciberseguridad, etc. “.

Este refuerzo, continúa, “se pone de manifiesto en el incremento, principalmente, de los consumos intermedios (mantenimiento del armamento, municiones, explosivos y otros) y de la formación bruta de capital fijo (inversión militar en armamento y sistemas de apoyo)”. Sin embargo, si bien en 2022 los consumos intermedios crecieron un 42% (hasta 3.154 millones) respecto al año anterior, en 2023 el alza se moderó al 5,5% (hasta 3.599 millones). Mientras, la formación bruta de capital creció un 89% en 2022 (hasta 4.992 millones), pero en 2023 se produjo una reducción significativa del 34% hasta los 3.295 millones (1.700 millones menos). 

Partidas de gasto

Es decir, en 2022, año del inicio del conflicto, el Gobierno estiró el presupuesto militar, pero en 2023, por posibles razones políticas (año electoral y de formación del nuevo Gobierno sustentado por ocho partidos), metió la tijera. En todo caso, la partida de gasto más importante es la de personal (6.345 millones en 2023) con un alza del 10% en los últimos cinco años como consecuencia sobre todo de la revisión salarial. Representa el 61% del gasto total de este departamento. Según la estadística de este ministerio, entre militares y civiles y también personal en reserva (unos 12.500), la plantilla es de unas 154.000 nóminas. El grueso lo componen unos 82.000 efectivos catalogados como tropa profesional , que cuestan unos 2.300 millones de euros, y otros 42.000 cuadros de mandos (casi la mitad que los que componen la tropa) que añaden prácticamente el mismo coste (unos 2.300 millones).

Los gastos militares van a cobrar una nueva relevancia por exigencia del nuevo orden internacional y de los socios europeos si hay nuevos presupuestos en 2025 o si Sánchez quiere seguir prorrogando los de 2023 para mantenerse en La Moncloa. Lo que es evidente es que con los tiempos que corren el ministerio de Defensa no puede tener un presupuesto inferior al que el Gobierno dedica, por ejemplo, a la protección del medio ambiente (5% menos); ocio y cultura (25% menos); o a los servicios generales de las istraciones (84% menos).

Además, los pagos destinados a satisfacer los intereses de la ingente deuda pública superan en 1,5 veces el presupuesto militar. Por secciones, las partidas de Hacienda, Clases Pasivas (pensiones de los funcionarios), relaciones financieras con la UE y, por ejemplo, el sistema de financiación territorial superan con creces el gasto en Defensa. En todo caso, se presenta una nueva oportunidad para hacer el ajuste que necesitan las cuentas públicas y de empezar a podar desde el lado del gasto las miles de partidas ‘superfluas’ que pueblan los presupuestos.

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