El autocuidado se ha convertido para muchas mujeres, especialmente a partir de los 30, en una tarea más en la interminable lista de obligaciones diarias. ¿Y si, en lugar de ser una carga, el autocuidado pudiera transformarse en una forma de celebrarse cada día? Pensar en positivo, practicar ejercicio físico, hacer meditación y comer de manera equilibrada y saludable son solo algunos de los ‘trucos’ para cuidarnos por dentro y por fuera de una forma placentera.
“¿Y si cuidarte no fuera algo que haces para ‘arreglarte’… sino una forma de honrarte cada día">el autocuidado es un castigo. “Muchas veces lo vivimos desde la obligación, como cuando decimos “tengo que hacer ejercicio”, “debería comer mejor”… Pero cuando entiendes que es una forma de sostenerte, todo cambia”. El bienestar, desde su mirada, no debería sentirse como una penitencia, sino como un acto genuino de amor propio.
Comer con conciencia
La alimentación, por ejemplo, es uno de los pilares de su filosofía. “No se trata de comer porque toca o porque no hicimos una comida antes. Hablamos de escuchar al cuerpo, practicar la alimentación intuitiva y dejar atrás el piloto automático”, afirma. Para López-Tejero, comer con conciencia es una manera de reconectar con las necesidades reales del cuerpo y alejarse de los hábitos automáticos impuestos por la rutina.
El autocuidado empieza por un estilo de vida saludable. Foto: Pixabay.
La alimentación consciente (o mindful eating en inglés) es una práctica que consiste en prestar atención plena al acto de comer, con el objetivo de mejorar la relación con los alimentos y con el propio cuerpo. Se basa en principios del mindfulness, una técnica de meditación que promueve la conciencia del momento presente sin juzgar. La alimentación consciente es clave en el autocuidado y consiste en:
-Comer con atención plena. Implica estar realmente presente durante las comidas: notar los sabores, texturas, aromas, colores y sonidos de los alimentos.
-Escuchar al cuerpo. Se enfoca en reconocer las señales internas de hambre y saciedad, en lugar de comer por emociones, costumbre o distracción.
-Evitar distracciones. Comer sin televisión ni móvil, para enfocarse totalmente en la experiencia de comer.
-Reflexionar sobre el origen de los alimentos. Apreciar el recorrido de los alimentos desde su producción hasta el plato, fomentando el respeto y la gratitud.
-Reducir la velocidad al comer. Masticar despacio y tomarse el tiempo necesario para saborear y digerir, lo cual ayuda a identificar cuándo uno está satisfecho.
Beneficios de la alimentación consciente:
- Mejora la digestión.
- Ayuda a prevenir el comer en exceso.
- Fomenta una relación más sana con la comida.
- Reduce la alimentación emocional y el estrés relacionado con la comida.
- Puede apoyar el control del peso corporal de forma natural.
Pequeños gestos de autocuidado
Además, Carolina reivindica el valor de los pequeños gestos cotidianos. “No necesitas una rutina perfecta. Una caminata consciente, un desayuno nutritivo o dormir 30 minutos más, todo suma”, señala. Según la experta, “el bienestar no se construye con grandes gestos puntuales, sino con actos cotidianos y sostenidos, fáciles de integrar en el día a día y mucho más poderosos de lo que parece”.
Uno de los conceptos clave que introduce es el cambio de la disciplina a la devoción. “Disciplina suena a castigo. Devoción, a cuidado. Cuidarte es un acto de amor, no de exigencia”, defiende. Transformar la relación con el autocuidado pasa por convertirlo en un acto elegido y placentero, más que en una obligación impuesta.
Rituales de autocuidado
La experta nos recomienda repensar la rutina desde la óptica de los rituales. “Convertir lo cotidiano en sagrado: ese es el verdadero autocuidado”, asegura. Así, propone que cada gesto de bienestar, por pequeño que sea, tenga un significado especial y se convierta en un ritual para honrar la propia salud. “Tu salud no es negociable. Es la base de todo lo demás”, concluye Carolina López-Tejero. Su mensaje es claro: “el autocuidado no es una moda, ni una exigencia, sino la mayor expresión de respeto y amor hacia una misma”.
Una actitud positiva te hará ver la vida con otros ojos. Foto: Pixabay.
Claves para el autocuidado
Fomentar el autocuidado por dentro y por fuera implica cultivar hábitos que nutran tanto tu bienestar emocional y mental (por dentro) como tu salud física y apariencia (por fuera). Te damos algunos consejos para sentirte mejor y más plena.
Autocuidado por dentro (mental, emocional, espiritual):
- Practica el autoconsciente y la autorreflexión. Dedica unos minutos diarios a preguntarte: “¿Cómo me siento hoy?”, “¿Qué necesito realmente?”. Puedes incluso escribir tus pensamientos y emociones en un diario emocional.
- Deja sitio para el descanso mental. Incluye pausas de desconexión digital durante tu jornada, sobre todo por las noches, y medita o practica mindfulness, aunque sean cinco minutos diarios.
- Alimenta tus emociones de forma saludable. Reconoce tus emociones sin juzgarlas y si lo necesitas habla con alguien de confianza o acude a terapia.
- Rodéate de relaciones nutritivas. Cultiva vínculos que te hagan sentir visto, escuchado y valorado. Además, aprende a poner límites con respeto y firmeza en cualquier ámbito de tu vida, ya sea personal, laboral o social.
- Busca actividades que te hagan vibrar. Hobbies, arte, lectura, música, naturaleza… lo que te conecte contigo.
Autocuidado por fuera (físico, corporal, estético):
- Nutre tu cuerpo con alimentos reales. Come de forma consciente, variada y equilibrada. Escucha tu cuerpo: hambre, saciedad, antojos reales vs. emocionales.
- Duerme lo necesario. Respeta un horario de sueño regular y crea una rutina nocturna relajante (sin pantallas, con calma, en silencio y sin luces que te desvelen).
- Mantente activo con amor propio. Haz un deporte que disfrutes (caminar, bailar, yoga, pesas) y no lo hagas como castigo, sino como celebración de tu cuerpo.
- Cuida tu higiene y apariencia con cariño. Dúchate, hidrátate, cuida tu piel, tu pelo, tu ropa. No lo hagas por exigencia, sino por respeto hacia ti.
- Disfruta de rituales que te conecten con tu imagen. Usar una crema con aroma que te guste, maquillarte si te da placer, elegir ropa que te represente… Son formas válidas de autocuidado.