Opinión

Vuelven la censura y el funcionario Romerales

Decid que sí, chatis, que en la calle hace frío y si hay que tragárselo todo, se traga

  • Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en el Congreso -

¡Bendito sea el Señor! (y alguna señora), hete aquí que el Presidente Omnipresente ha decidido que, para acallar todo el ruido alrededor del lodazal de corruptelas que le rodea, lo mejor es hacer callar a los periodistas y medios críticos. A eso se le llama tener cultura histórica, puesto que Sanchescu ha querido obrar como Alejandro Magno con el famoso nudo gordiano que nadie podía desanudar. ¿Y qué hizo el hombre? Pues desenvainar su espada y ¡zas! Cortarlo. ¡Qué tanta moñada de habilidad y retos intelectuales, espadazo y se acabó! Asumida, pues, la intelectualísima tesis de garrote y prensa, la vida para el gobierno y su galaxia de mantenidos será, indiscutiblemente, mucho más plácida. Que vuelva la censura y que saquen de su retiro al funcionario Romerales aunque esté enterrado, que en materia de exhumaciones nadie le gana la mano al Sanchista Leninista.

¿Qué una panda de derechistas peligrosísimos como los de Vox -tercera fuerza en la Cámara, por si alguien lo olvida- había obtenido permiso para proyectar en una sala del Congreso el documental dirigido nada menos que por Carlos Saura Medrano y con guion de Marcos de Quinto y mi hermano Juan Carlos Girauta? Pues el mismo día en que se tenía que proyectar se les deniega el permiso con excusas del enfermo, que se orina en la cama y dice que es que suda. Con el título “Lo que nos ocultaron” la cosa va de todo aquello que el social comunismo no quiere que se sepa. Así que la Mesa del Congreso, con mayoría de rogelios, votó y lo hizo en contra. Una mesa camilla, añadimos, que está cojeando de manera visible.

Otrosí digo: ¿una panda de periodistas y medios más fachas que la corbata del Caudillo se empecinan en ejercer el periodismo libre preguntando en ruedas de prensas -debidamente acreditados, ojo- a sujetos como Patxi López cuestiones que a los mandamases no les gustan? Pues se revisan los protocolos y se les expulsa. Nada más faltaría que el bueno de Patxi, el mismo que dice y hace cosas que hielan la sangre a las personas de bien, o la chiripitifláutica ministra Alegría o cualquier protozoo con acta de diputado tenga que responder lo que le preguntan periodistas que no tienen su culo alquilado al poder ni dependen de subvenciones gubernamentales ni sus medios están al servicio del monclovita. Así que hala, escampando que es gerundio.

Hete aquí que el Presidente Omnipresente ha decidido que, para acallar todo el ruido alrededor del lodazal de corruptelas que le rodea, lo mejor es hacer callar a los periodistas y medios críticos

Todo esto unido a la cultura de la omertá practicada por la profesión periodística que calla y, además, aplaude la cesura a sus compañeros. Decid que sí, chatis, que en la calle hace frío y si hay que tragárselo todo, se traga. Cuesta mucho encontrar trabajo en este oficio como para jugarse el puesto. Hay que aceptar la censura, la autocensura, la censura editorial, la gubernamental, la eclesiástica, la militar, la de los oligopolios, incluso la de los minifundios, porque todo lo que sea que te den hecho – por escrito, si puede ser – lo que tienes que decir es trabajo que se ahorra uno. Dicho así suena a astracanada, pero desde Moncloa emanan a diario las consignas a repetir cual guacamayos, y esas consignas son seguidas al pie de la letra por tertulianos y demás especies de este tipo. Doy fe.

Como a partir de ahora sólo podremos preguntar, escribir, opinar e incluso miccionar según los intereses del sanchismo, propongo hacerle un homenaje al funcionario Romerales, porque bastante trabajo tiene disimulando las toneladas de guano que este gobierno produce. ¡Loor y más loor a los censores! Cantemos todos, el gobierno nos censura, la censura es lo mejor, bien estamos censurados, ¡la madre que los parió!

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