Opinión

La agenda de un presidente

Es saber que los festivos no existen para él, que siempre tiene que estar de guardia

  • Efectos de la Dana -

Lunes de Pascua, estamos de fiesta en Cataluña y Valencia entre otras comunidades autónomas. Sus respectivos presidentes, también. Nada en sus agendas, pero deberían. Desgraciadamente, un presidente del Gobierno, un presidente de comunidad autónoma, un alcalde, no puede estar ausente jamás porque su cargo lleva implícito el deber de la asistencia 24h/365. Quien no lo conciba así que no se dedique a lo público, porque el servicio al ciudadano no se detiene jamás. ¿Eso quiere decir que no puedan tener vida, o vida privada, que no puedan estar de vacaciones, que no puedan descansar? Eso quiere decir que deben estar disponibles, operativos y con capacidad de actuación y decisión las 24h del día. Es su deber. Para ello, tienen a personas a su alrededor que saben, o deben saber, establecer la importancia de las cosas, las prioridades, las urgencias para alertar al líder o a la líder encargada de lo público, para estar en el lugar adecuado cuando sea necesario. Quién no entienda así la vida pública, el servicio que debe dar la istración no se puede dedicar a ello. Sin más. Tan simple pero tan difícil.

Eso supone que esa persona tenga la capacidad de centrarse en lo importante, esa capacidad que le lleve a saber descansar, saber cuidarse, para cuidar de los demás. Pero no puede estar fuera de combate como le pasó a Carlos Mazón el 29 de octubre. Claro que estaba operativo, un presidente de una comunidad autónoma no puede dejar de estar operativo nunca a no ser a causa de fuerza mayor. Entonces, se delega. Parece que no era el caso, aunque a este extremo le pondrá luz en el camino la jueza de Catarroja que investiga el drama. Mazón estaba localizado, siempre lo está, otra cosa es que se tenga conocimiento preciso de dónde estaba. Un presidente de una comunidad autónoma está las 24 horas monitorizado, es decir protegido, por su seguridad frente a cualquier peligro.

Creo que pasa más tiempo en la calle que en el despacho y esa es la gran labor de un alcalde, estar con los ciudadanos, aunque haya carencias, aunque no todo funcione. Que escuche que las calles de tal barrio están sucias y actúe, que falta seguridad en según qué zonas y actúe

Mazón, el peor día en la historia valenciana, estaba operativo, localizable pero no estaba al frente. Tenía a la UME, la unidad de emergencias del Ejército, trabajando en su tierra, ya con inundaciones en carreteras cuando llegaban alrededor de las 15h. Los medios cubriendo las incidencias, el 112 que echaba humo, que no podía atender la multitud de llamadas pidiendo auxilio esa tarde de octubre. Estábamos a las puertas de un puente, era ya prácticamente festivo para muchos, pero las fiestas no existen cuando se ocupa tal responsabilidad. Saber el cargo que ocupas, respetarlo, supone tener claro que durante un tiempo en tu vida vas a tener el deber de servir, de auxiliar a tu gente, a los que te han votado y a los que no. O eso, o no te dediques a lo público, porque lo público requiere de la máxima atención, el máximo respeto, el ejercicio del deber constante.

Al alcalde del municipio en el que vivo lo veo hasta en la sopa, aguantando los chaparrones que haga falta, cuando voy a comprar, cuando paseo por el centro del pueblo, en las fiestas de los barrios, en las zonas en las que hay conflicto. Creo que pasa más tiempo en la calle que en el despacho y esa es la gran labor de un alcalde, estar con los ciudadanos, aunque haya carencias, aunque no todo funcione. Que escuche que las calles de tal barrio están sucias y actúe, que falta seguridad en según qué zonas y actúe. Dar la cara, salir al ruedo, estar presente cuando te necesitan, tomar las decisiones adecuadas a tiempo, para eso te han elegido. La oposición puede estar a por uvas, un gobierno jamás.

Viernes Santo en la Dana

Es sabido que Mazón no supo estar a la altura. Eso le va a acompañar siempre. La mayor parte de los analistas de diferentes medios, colores, opiniones coincidían al valorar lo acontecido ese fatídico día en cuanto a responsabilidades políticas. Las víctimas, los familiares, se merecen respuestas, se merecen presencia, reconocimiento de errores, asumir responsabilidades. La agenda de Mazón, estos días, debería haber estado poblada de asistencia a todas las procesiones, sobre todo a aquellas que humilde y penosamente, se han celebrado como han podido en los municipios afectados por la Dana, como en Picaña el pasado Viernes Santo, en la que el Vía Crucis se ha detenido en las casas derruidas por el agua a su paso por el barranco del Poyo.

Los daños causados por su desbordamiento están calificados como la mayor catástrofe del siglo en este país tras el paso de una Dana. No supo estar ni sabe estar, porque reconocer errores es exponerse a los gritos de dimisión, es acercarse a las zonas afectadas, acercarse a las víctimas sin necesidad de que ellas se acerquen al Palau de la Generalitat. Es saber que los festivos no existen para él, que siempre tiene que estar de guardia, cual médico en urgencias, cual periodista que sabe que no se va a casa hasta acabar de cubrir una noticia, porque hay cometidos que siempre han de estar listos, que no pueden fallar. A un político, más si se trata del presidente de una comunidad, se le paga para estar operativo y tomar decisiones 24h/365. Se lo debe a los ciudadanos que les votan, eso es servicio público. Con el máximo respeto, con humildad, quien no sepa atender lo público que se dedique a otros menesteres.  

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