Política

Incertidumbre en Moncloa por el desarrollo del 'caso Koldo': "Todo puede saltar por los aires"

El núcleo duro del Consejo de Ministros niega que haya un pacto de no agresión con Ábalos, pero sí teme que arrastre a otros ministros

  • Pilar Alegría y Sara Aagesen en Moncloa -

Moncloa está sumida en la incertidumbre por el desarrollo del caso Koldo. El último informe de la Unidad Central Operativa ha tensionado aún más al PSOE y al Gobierno, que ite su seria preocupación (y hartazgo) por el transcurso de la trama, así como por la investigación de la Justicia. El goteo constante de informaciones martillea y provoca ansiedad. "Todo puede saltar por los aires", explica un destacado socialista.

El núcleo duro del Consejo de Ministros niega que haya un pacto de no agresión con el exministro de Transportes José Luis Ábalos, pero sí teme que el exnúmero dos socialista arrastre a otros ministros. Ábalos ya apunta directamente al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Aunque no está claro si lo hace por derrumbar al Ejecutivo o por defenderse y advertir de que él fue tan víctima de Víctor de Aldama y su trama como lo ha podido ser el ministerio de su excolega. 

Una parte del PSOE, que también está alarmado por el goteo de informaciones -el portavoz en el Congreso quiere que "acabe ya" todo- anima a Pedro Sánchez a hacer una crisis de Gobierno con el objetivo de "romper el tablero", según explican las fuentes consultadas. "Serviría para salir del ime", ahonda a este diario un destacado socialista.

El presidente del Gobierno acusa el desgaste de un gabinete asediado políticamente, al que cada vez más del partido ven amortizado, sin apoyos en el Congreso y maniatado en Bruselas. Fuentes gubernamentales, no obstante, ven remota la posibilidad, pero iten que solo depende del líder socialista.

En el partido consideran que una remodelación del Ejecutivo permitiría al presidente afrontar los desafíos políticos y económicos que se abren con la nueva coyuntura geopolítica: la crisis de defensa y la imposición europea de aumentar el gasto militar hasta el 3 % del PIB. Es más, creen que sería un impulso que permitiría preparar el terreno para las elecciones de 2027, cuando Sánchez está determinado a someterse de nuevo al examen de las urnas.

El presidente, pese a todo, está obcecado. Ni adelantará elecciones ni presentará las cuentas del Estado, por mucho que la ministra de Hacienda se empeñe en decir eufemísticamente que está "trabajando" para tenerlas. El presidente seguirá, porque no tiene incentivo alguno para convocar elecciones generales mientras se suceden informes y noticias diarias sobre el caso Koldo, que tiene asediado a su otrora número dos, José Luis Ábalos.

Nadie imaginó, cuando Ábalos defendió en la tribuna del Congreso la moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy por la sentencia de la trama Gürtel, que seis años después ese hombre de apariencia afable y potente retórica terminaría a un paso de la imputación por otra supuesta trama corrupta. El magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno pidió al Tribunal Supremo que investigue formalmente al exministro de Transportes por su "papel principal" en la red que campó a sus anchas en su ministerio para sacar provecho personal de la compra de mascarillas durante lo peor de la pandemia. Sobre Ábalos penden los delitos de organización criminal, tráfico de influencias y cohecho.

Ahora, el Gobierno está en crisis, porque aunque nadie dentro pone la mano en el fuego por su excompañero -es más, le han tirado a los leones-, lo que esté por llegar puede ser una bomba de consecuencias impredecibles. "A nadie de Moncloa le resbala esto. A Pedro Sánchez le preocupa lo que pueda salir", explica una fuente conocedora como pocas de las derivadas del caso Koldo. Por el momento, el magistrado ya ha dejado una granada en Mocloa al dejar por escrito su firme convencimiento de que el "jefe 1" al que se refieren los informes de la Guardia Civil es el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que implica en el sospechoso rescate de la aerolínea Air Europa.

Nadie entendió la salida de Ábalos de Moncloa. Fue una inexplicable sorpresa para la mayoría de socialistas. Pero ahora que su nombre se maneja en la Audiencia Nacional como protagonista necesario de la trama liderada por el empresario Víctor de Aldama, cabe preguntarse si el presidente del Gobierno era conocedor o no del vendaval que se desató en el Ministerio de Transportes y si fue ese o no el motivo por el que cesó a su extodopoderoso hombre de confianza en un intento de cerrar una ventana que ha abierto de otra vez más un nuevo demoledor informe de la UCO sobre la trama Koldo.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli