Los alterdados nocturnos comienzan a ser moneda corriente en Cataluña. Después las noches de disturbios que han tenido lugar últimamente en localidades como Salt y Matarò tras sendas tentativas de okupación frustradas —y que se saldaron con mossos heridos y contenedores calcinados—, anoche se vivieron nuevos enfrentamientos en el barrio de la Mariola, en Lérida. Allí, seis agentes de los Mossos d'Esquadra resultaron heridos tras acudir a una pelea multitudinaria que se desencadenó en la calle Júpiter y que involucró a unas doscientas personas. Cuatro de los agentes han necesitado puntos de sutura por las lesiones recibidas —en concreto, uno ha requerido un total de 20—, mientars otro permanece en observación médica por una posible fractura. En cuanto al resto, siguen bajo supervisión médica de manera preventiva.
Los hechos tuvieron lugar después de que diversas patrullas de los Mossos, junto con efectivos del Area Regional de Recursos Operativos (ARRO) y de la Guardia Urbana se personasen en La Mariola, una zona conocida por su conflictividad y controlada por familias de etnia gitana. Pese a que cuando llegaron los agentes la pelea había tocado a su fin, unas cuarenta personas, visiblemente alteradas, arremetieron de manera repentina contra los agentes,lanzándoles piedras y botellas, y golpeándolos con palos de madera y barras de hierro.
Dada la superioridad numérica de los agresores, los agentes se vieron obligados a replegarse, parapetándose tras los vehículos y contenedores cercanos hasta que pudieron abandonar el lugar. Antes, se ocuparon de asistir a los agentes heridos, dos de los cuales se encontraban tendidos en el suelo. Por el momento, aún no ha trascendido si se han producido detenidos a raíz de este episodio. Estos disturbios se producen después de que el pasado viernes, durante un acto patronal de los Mossos, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, al hilo de altercados como los presentes, prometiese que "ni un barrio, ni una ciudad ni un pueblo quedará desatendido en materia de seguridad" y repitiese, como hizo tras el tiroteo de la Mina en enero, que "no habrá impunidad en Cataluña".
