El boyante sector de la Defensa ha pasado a ser una de las grandes ocupaciones del exjefe de gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo. Al conocido gurú del presidente del Gobierno se le ha visto esta semana en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (FEINDEF) en Madrid.
Su participación ha formado parte de los servicios de planificación estratégica que el célebre spin doctor ha comenzado a prestar a GDELS Santa Bárbara Sistemas, uno de los principales actores de la industria armamentística en España y Europa.
Al estratega se le ha visto entablando os con los ‘stands’ de otras empresas del sector, como Indra o Escribano Mechanical & Engineering. Dos compañías que están ahora en manos de los hermanos Ángel y Javier Escribano, y que cuentan con el respaldo del Gobierno en su objetivo de conformar un campeón nacional en el ámbito de la Defensa y la Seguridad.
Ese objetivo ha propiciado una ofensiva de parte de estas compañías y el Ejecutivo de Pedro Sánchez hacia GDELS Sánta Barbara Sistemas, la principal compañía armamentística de origen americano, esto es, no europea, con presencia en España e integrante de los consorcios de los que participan las otras grandes empresas españolas.
Su nuevo Némesis ha sido presentado en primicia mundial en FEINDEF, lo que ha despertado el interés de empresas y delegaciones de diferentes partes del mundo, desde la misma Ucrania hasta Arabia Saudita.
Gesto de Defensa
También se vio por el stand de GDELS Santa Bárbara a la misma ministra de Defensa, Margarita Robles, que mantuvo un breve encuentro con el director general de Santa Bárbara Sistemas Juan Escriña. Un gesto de acercamiento de parte del Ejecutivo hacia una firma cuya propiedad americana se ha negado a ceder.
Hace unas semanas, el propio presidente de Indra Ángel Escribano hizo público en el Congreso el deseo de la compañía participada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales de avanzar sobre el control de Santa Bárbara, acusando a la propiedad americana de haber "dinamitado" la empresa privatizada por el Gobierno de José María Aznar en 2001.
La resistencia de General Dynamics a vender Santa Bárbara en los términos discutidos extraoficialmente habría motivado que Indra y su principal accionista, el Gobierno, a través de la SEPI, intensifiquen su ofensiva en diferentes esferas, incluida la contratación de antiguos altos cargos de la filial en España de los americanos. La primera respuesta de parte de estos fue defensiva y frontal, pero en los últimos días, se ha empezado a seguir un nuevo guión.
Interlocución con el Gobierno
Los estadounidenses, socios de Indra en el consorcio de vehículos Tess Defense y concientes de que antes o después habrá que alcanzar acuerdos, han comenzado a maniobrar para consolidar un canal de interlocución no ya solo con la cotizada en el Ibex sino con el Gobierno, sea con el actual Ejecutivo u otro.
Un marco de proximidad que se ha vuelto más apetecible para los estadounidenses a las puertas de las ingentes oportunidades en materia de financiación pública en España y Europa para el sector de la Defensa. Y es que al margen de la potencia tecnológica de las patentes de General Dynamics, la estadounidense tiene en nuestro país su gran base de operaciones para Europa continental.
De ahí que el grupo armamentístico esté procurando mantener un canal de diálogo potencialmente productivo con el Gobierno. Un objetivo para el cual habría recurrido a la labor de interlocución de figuras con potencial influencia en lo más hondo de la Moncloa, como es el caso de Iván Redondo.
En ese contexto se inscribe la oferta de Santa Bárbara a Indra de un "corredor industrial" para competir juntos por proyectos de la UE y de la OTAN que ha avanzado La Nueva España. La iniciativa se articularía a través del mismo consorcio Tess Defence con base en Asturias, el polo industrial de referencia en la fabricación de blindados para Santa Bárbara y, potencialmente, para Indra, que ha anunciado su intención de crear una filial propia para la producción de vehículos militares.