Booking atraviesa una época complicada. Con varias crisis a las que hacer frente, tanto en Europa como en España, la plataforma de reservas tiene a todo el sector turístico en su contra. En este contexto, la empresa ha disparado su actividad lobbista en Bruselas, con el objetivo de solucionar los múltiples problemas que le acechan.
De hecho, según consta en el portal de transparencia de la Unión Europea, en apenas cuatro meses, la compañía neerlandesa ha mantenido 12 reuniones con la Comisión Europea. Esto es mucho más de lo que había hecho hasta ahora, reflejo de su preocupación por 'limpiar su imagen' y llegar a acuerdos con la UE. Ejemplo de ello es que en todo el 2024, se reunió tan solo cuatro veces con representantes de la CE. Pero si miramos con más perspectiva todavía, la situación es todavía más esclarecedora: en 2022 se reunieron únicamente dos veces y en 2023 tan solo una vez.
El aumento de las reuniones (y la temática de las mismas) coincide con una fase crítica para la plataforma: su modelo de negocio está siendo desafiado tanto por la legislación europea como por los tribunales.
Según se desprende de la temática de las 12 reuniones que ha mantenido hasta ahora, a las que ha tenido Vozpópuli, Booking tiene una estrategia clara: cambiar su imagen frente a las instituciones de la Unión Europea y de los tribunales de sus países . En dichas reuniones, han tratado todo tipo de temas: desde temas de turismo sostenible, hasta temas de estrategias para la digitalización de pymes turísticas pasando por cómo aplicar la ley de Inteligencia Artificial.
Sin embargo, sus reuniones sobre protección del consumidor, la publicidad en línea y los cógidos de conducta y las fiscalidad digital y la armonización tributaria son las que dan más luz sobre el interés de Booking en Europa. Además, resulta muy significativo que Bruselas ha obligado a Booking a participar en varios talleres sobre Código de Conducta para la Publicidad Online y ésta por su parte se ha propuesto para cooperar en la regulación de las reseñas en internet. Todos estos temas son especialmente sensibles, ya que versan sobre los problemas y las crisis que afectan directamente a Booking.
Todos contra Booking: ¿qué pasa con la compañía?
Son múltiples los frentes legales que está teniendo que solventar la empresa de reservas hoteleras. Por un lado, en septiembre de 2024, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) declaró ilegales las cláusulas de paridad que Booking imponía a los hoteles. Estas cláusulas obligaban a los establecimientos a mantener los mismos precios en todas las plataformas, impidiéndoles ofrecer tarifas más bajas en sus propios sitios web u otros canales. El TJUE consideró que estas restricciones no eran necesarias ni proporcionadas para facilitar la comparación de precios entre s .
En este contexto, el sector hotelero decidió organizarse formalmente y endurecer su discurso contra la plataforma. En España y otros países, los hoteles han pasado de quejarse a organizarse legalmente, pidiendo compensaciones por años de supuestas condiciones abusivas. Además, la empresa fue recientemente calificada como “gatekeeper” bajo la nueva Ley de Mercados Digitales (DMA), una normativa que impone estrictas obligaciones a las plataformas consideradas dominantes en su sector.
España también ha declarado la guerra a Booking. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) propuso en febrero del año pasado una sanción de 530 millones de dólares (486 millones de euros) para Booking, la mayor sanción de la historia de la CNMC, por haberse confirmado los supuestos abusos de posición que denuncian desde hace tiempo. Aunque un año más tarde la Audiencia Nacional haya suspendido cautelarmente la multa hasta que resuelva el recurso interpuesto por la compañía, lo cierto es que la situación abrió una grieta más en el sector.
Todo este escenario ha llevado a la compañía a moverse rápidamente en los pasillos de Bruselas para influir en las decisiones que podrían definir su futuro.