Enclavada en el extremo norte de Noruega, la región de Tromsø es una joya para los viajeros que buscan vivir y disfrutar experiencias únicas en la naturaleza, pero también muy vinculadas a la historia del Polo Norte y a su gastronomía. Conocida como la puerta al Círculo Polar Ártico, esta región ofrece desde espectaculares auroras boreales hasta aventuras entre fiordos y montañas nevadas que se complementan con una cocina única propia de la zona.
Las luces del Norte
Uno de los mayores atractivos de Tromsø es la posibilidad de ver auroras boreales. Gracias a su ubicación en pleno Círculo Polar Ártico, entre septiembre y marzo, el cielo se ilumina con ondas verdes, violetas y azules que crean un espectáculo inolvidable. Lugares como la isla de Kvaløya o el Valle de Skibotn son ideales para disfrutar de este fenómeno sin contaminación lumínica.
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Fiordos y paisajes polares
La región de Tromsø está rodeada de impresionantes fiordos y montañas que la convierten en un destino ideal para los amantes del ecoturismo, la naturaleza y los paisajes nevados. Desde la ciudad, se pueden realizar excursiones en barco para avistar ballenas jorobadas y orcas además de rutas de senderismo.
Tromso © Munir Rani
Tromsø: la capital del Ártico
La visita a la ciudad de Tromsø es obligada para entender la forma de vida y la cultura en el Polo Norte. Aunque no es muy grande, la capital del Ártico merece al menos 24 horas para recorrerla, degustarla y visitar sus museos y saunas. Entre sus calles, de casas bajas y coloridas, aparecen atisbos de su herencia histórica, pero también de su vibrante escena cultural.
Una de las principales visitas a realizar es la de la Catedral del Ártico, el templo de la religión a este lado del mundo donde gracias a su arquitectura moderna se ha convertido en un emblema de la ciudad. Muy cerca de allí se encuentra el monte Storsteinen desde donde se ve una de las mejores panorámicas de la ciudad especialmente mientras se asciende en el teleférico Fjellheisen. Una vez arriba, los más aventureros y amantes del senderismo podrán disfrutar de caminatas entre paisajes árticos y vistas a la ciudad.
Los que quieran profundizar en los museos, son visita obligada el Museo de Tromsø, que ofrece información sobre la cultura sami y la historia local, y el Museo Polar, donde conocer más sobre las expediciones árticas y la vida en estas tierras extremas. Los niños tienen también su museo favorito, Polaria, un acuario único y con un diseño espectacular con exposiciones interactivas sobre la vida marina del Ártico.
Tromso © Dimitris Kiriakaki
Cocina y producto local
Uno de los puntos más importantes para entender cualquier viaje, desde el punto de vista histórico y cultural, es la gastronomía. Y en esta zona del Ártico no iba a ser menos porque Tromsø ofrece una rica gastronomía basada en productos árticos que hay que probar si se viaja hasta allí. El primero de ellos es el bacalao skrei, uno de los pescados más ricos que existen que se pesca en las frías y gélidas aguas del Ártico y que en España distribuye el Consejo de Productos del Mar de Noruega. Todo el proceso, desde que llega en el barco hasta que se envasa y comienza a distribuirse a diferentes lugares del mundo bajo el sello de la denominación de origen bacalao skrei, se realiza a pie de fiordo, en las fábricas que están pegadas a los puertos donde llega el recién pescado. Es allí donde miman y cuidan cada una de las piezas trabajándolas de manera meticulosa durante todo el proceso y donde aprovechan cada una de las partes —sin desperdiciar nada— convirtiéndose en una cadena circular que genera numerosos empleos en destino cada año.
Procedentes del mar, también aparecen como productos de referencia del mar del Norte los mariscos frescos, como el cangrejo real y las vieiras del Ártico, dos exquisiteces únicas en el mundo que provienen de esta región del planeta. La carne de reno es otra de esas elaboraciones obligadas a probar en Tromsø; una carne habitual en la tradición sami, el pueblo indígena de Laponia, que se puede encontrar en diferentes elaboraciones como guisos, en salsa, en hamburguesas y hasta en salchichas para perritos calientes. Y, para maridarlo todo, la cerveza artesanal Mack, elaborada en la cervecería más septentrional del mundo.
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