Tokio no es una ciudad: es un universo; y es que, para entender esta metrópolis —considerada la más poblada del mundo— hay que recorrerla por partes. Cada barrio es un ecosistema con personalidad propia, una historia, una estética y un ritmo distinto. Aquí va una hoja de ruta por los barrios más icónicos de Tokio.
Shibuya: El lugar que nunca duerme
Hoy símbolo de juventud, moda y vida urbana, Shibuya ha pasado de sus orígenes humildes cuando apenas un pequeño asentamiento rural a convertirse en uno de los barrios de moda no en Tokio, en todo el mundo. Esto ocurrió durante los años 80 y 90, cuando Shibuya se convirtió en el epicentro de las tribus urbanas, del estilo gal, de la moda callejera y del surgimiento del J-pop.
En este barrio hay que pasar por el famoso Shibuya Crossing, el paso de peatones más transitado del mundo, pero también hay que acercarse a conocer la estatua de Hachikō, el perro fiel, el mirador en Shibuya Sky, desde el edificio Scramble Square y recorrer Cat Street, para conocer su versión más bohemia y alternativa.
Shibuya © Denys Nevozaki
Shinjuku: El caos perfecto
'Shinjuku' literalmente significa 'nuevo alojamiento', y eso fue en sus comienzos, un nuevo punto de descanso para viajeros y comerciantes que buscaban escapar de la saturada ciudad de Edo. Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial, durante las décadas de 1950 y 60, se reconstruyó como centro istrativo, financiero y de ocio llenándose de rascacielos y neones hasta convertirse lo que es hoy.
Su estación de metro es la más transitada del planeta y, en el exterior, aparecen rascacielos, neones, bares, tiendas y calles estrechas llenas de bares y tienditas. En este barrio las vistas desde el Tokyo Metropolitan Government Building son gratis y obligatorias, además de acercarse a conocer el laberinto de bares de Golden Gai y pasear por Omoide Yokocho, callejón lleno de izakayas tradicionales.
Asakusa: El alma antigua de Tokio
Es el barrio más enraizado en el pasado. Según la leyenda, dos pescadores encontraron su estatua en el río Sumida, y decidieron construirle un santuario convirtiéndose en centro cultural, de peregrinación y entretenimiento. Además, Asakusa es también el barrio de los teatros kabuki, los salones de geishas y los mercados populares.
Asakusa es el Tokio de los grabados ukiyo-e y los templos centenarios, de ahí que haya que visitar obligatoriamente el Templo Sensō-ji, el más antiguo de la ciudad. Pero también la calle comercial Nakamise-dori, ideal para souvenirs y dulces japoneses y dar un paseo en barco por el río Sumida.
Asakusa © Moiz K Malik
Akihabara: El reino de la electrónica y la cultura otaku
En la actualidad, Akihabara es conocida como la meca de la electrónica y el anime, pero su origen se dio en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, algo que explotó con la expansión de la informática y el boom del manga y los videojuegos y mutó hacia la cultura otaku, donde se creó un universo paralelo de fantasía, coleccionismo y cultura pop japonesa donde el anime, el manga, los videojuegos, las figuras y los maid cafés lo inundan todo.
Akihabara © Jezael Melgoza
Ginza: Lujo y elegancia
Ginza fue uno de los primeros barrios de Tokio en occidentalizarse. En 1872, un gran incendio destruyó buena parte del antiguo distrito, lo que llevó al gobierno Meiji a rediseñarlo siguiendo modelos europeos: edificios de ladrillo, calles anchas y tiendas de lujo. El barrio recibió el nombre de 'Ginza' por haber sido el lugar donde se acuñaba la plata en el periodo Edo. A día de hoy, este barrio es sinónimo de elegancia, vanguardia arquitectónica y lujo, de ahí que acoja algunas de las marcas más exclusivas del planeta.
Ginza © Toms