Canarias

Un invento canario que se exportó al resto de España: el impuesto sobre carburantes

Canarias estuvo buscando formas de mantener sus carreteras y se inspiró en ejemplos de otros lugares

  • Concesionario de Ford en la Alameda de Colón en Las Palmas (1920)

El esquema fiscal de Canarias viene de los Reyes Católicos cuando el archipiélago se incorporó a la Corona de Castilla pero, en aquella época, no existía el petróleo y, por tanto, la adecuación del Régimen Económico y Fiscal (REF) de Canarias se ha ido acoplando a las circunstancias económicas de las islas. Como el REF permite crear sus figuras tributarias, hace 100 años comenzó a aplicar la fiscalidad sobre carburantes (no gasolina, eso vino inmediatamente después) a la vista que desde el Gobierno central no se mandaba dinero suficiente para sus infraestructuras

Esto se recogía en el Real Decreto-ley de Puertos Francos de 11 de julio de 1852 se decía que "serán libres de todo derecho o impuesto, sea cual fuere su denominación, y quedarán exceptuados de los monopolios establecidos o que puedan establecerse, todas las mercancías que se importen o exporten en Canarias". 

Parte de esa norma se mantiene a trancas y barrancas porque las islas, al integrarse en la UE, debieron sacrificar parte de sus incentivos para adoptar otros al igual que hizo España en 1986. ¿Y por qué Canarias monta este impuesto? Porque el Reino de España es un Estado donde cohabitan dos regímenes aduaneros: el canario y el del resto de España. 100 años después Canarias mira de reojo el cupo catalán para saber si tiene que poner sobre la mesa los problemas estructurales y permanentes producto de su ubicación en el mundo.

A juicio de Manuel Domínguez, vicepresidente del Gobierno de Canarias y consejero regional de Economía, líder del PP, "el ejemplo de los carburantes expone la realidad lógica de Canarias que, ante la adversidad de aquellos años de 1925, intenta buscar soluciones y pone de relieve una cosa especialmente importante: fue un impuesto canario para aplicarlo en Canarias, no para pasarlo a nadie de la Península y Baleares, otra cosa es que, producto de la lógica, el resto de España copiara el modelo insular para desarrollarlo hasta el día de hoy, donde estamos ahora en una fase de transición energética".

Para Domínguez, "Canarias siempre ha sido un territorio fiable que cuando pide algo es porque lo necesita, no quiere privilegios sobre nadie y, a la vista de lo que está pasando con la financiación autonómica en 2025, no tengo otra forma de explicar que Canarias ha retrocedido con el PSOE al mismo desolador panorama* que teníamos hace 100 años".

Manuel Domínguez y Fernando Clavijo demandan una financiación autonómica respetuosa desde el Gobierno central

Canarias tenía ya entonces un régimen fiscal diferenciado y hasta istraciones diferentes, como los cabildos, que son los gobiernos de cada isla y que, al contrario que las diputaciones provinciales, recaudan impuestos. "El arbitrio insular a la importación y exportación de mercancías fue la principal fuente de financiación de esta institución hasta la aprobación del REF de Canarias de 1972. El arbitrio se abonaba a la entrada de las mercancías procedentes de otra isla, de la Península o del extranjero, y destinadas al mercado interno, y los productos", detalla Concepción Pérez, profesora de Dirección de Empresas e Historia Económica de la Universidad de La Laguna.

A medida que el petróleo y sus derivados fueron avanzando el archipiélago canario y los territorios de soberanía del norte de África tuvieron normas diferenciadas del resto de España: las islas quedaron fuera del monopolio de la Península y Baleares generando la llegada de empresas petroleras como Vacuum Oil (Mobil), Shell, Texaco, Anglo Iranian o Petróleos Porto Pi (Juan March) mientras que Moeve (Cepsa) llegó en 1930 y en 1933 su socia insular, Disa. Para organizar fiscalmente todo esto en Canarias se crea una figura tributaria desde 1914: los arbitrios insulares de importación y los impuestos específicos sobre el consumo de gasolina al 1% en el caso de Gran Canaria, que no tenía refinería ya que estaba ubicada en Santa Cruz de Tenerife.

A los norteamericanos de Vacuum Oil no les gustaba que en Las Palmas hubiese una imposición al combustible y en Tenerife otra y, así, pidieron que se igualara. Una vez conseguido el objetivo, la compañía acudió al Cabildo de Gran Canaria a pedir lo contrario. Es decir: que aumentase el diferencial fiscal con la isla hermana de Tenerife. Y acusaban al gobierno grancanario de no generar garantías jurídicas a la inversión y de estar distorsionando el mercado. Vacuum denunciaba que el arbitrio de importación sobre tonelada bruta de Tenerife significaba pagar casi el triple de lo que se pagaba en Gran Canaria con su arbitrio hasta que en 1931 decidió reducirlo.

El origen del impuesto sobre el combustible en Canarias

Canarias estuvo buscando formas de mantener sus carreteras y se inspiró en ejemplos de otros lugares, como el Estado de Oregón en EE.UU., que introdujo un impuesto específico en 1918, y el Reino Unido, que implementó el 'Road Tax' en 1921. En ese momento, el mercado automovilístico en Canarias no era muy relevante; la mayor parte del negocio estaba en el suministro a buques, aunque el transporte terrestre comenzaba a ganar importancia, especialmente en el sector agrícola y en el turismo emergente.

El petróleo importado, bajo el Régimen Económico y Fiscal (REF), podía ser reexportado o utilizado para abastecer a los barcos. En ambos casos, se pagaba un impuesto de exportación. Para evitar que se pagara este impuesto dos veces, los Cabildos de Gran Canaria y Tenerife establecieron un procedimiento para devolver el impuesto de importación que se había pagado por las mercancías reexportadas, de modo que solo se pagara el impuesto de exportación. Además, se eximieron de este impuesto algunos productos y aquellos destinados a ciertos mercados, como el de abastecimiento a naves. En 1927, cinco años antes que en la Península y Baleares, se creó un impuesto sobre el consumo de combustible, que en 1928 recaudó 589,12 euros, equivalentes a aproximadamente 17.000 euros en 2024.

El objetivo de este impuesto no era solo recaudar dinero, sino financiar el desarrollo de las carreteras. En 1922, Tenerife incluso solicitó al Ministerio de Fomento que se establecieran peajes para vehículos en las islas, pero el Gobierno central lo rechazó porque las carreteras eran propiedad del Estado. Finalmente, el 1 de junio de 1924, se creó una tasa sobre la gasolina en Canarias de 5 céntimos por litro, destinada a la conservación de las carreteras. Esta tasa se consideraba un donativo de la Asociación Canarias Club, que se había fundado en 1910 para ayudar a los automovilistas, y que el Cabildo de Tenerife autorizó para llevar a cabo obras.

Después de esta experiencia fiscal en Canarias, en julio de 1926 se comenzó a recaudar un impuesto de rodaje en la Península y Baleares. Sin embargo, en las islas había discrepancias, ya que, al no contar con trenes (y aún sin ellos en 2025), el desarrollo de carreteras era mayor y se necesitaban más fondos debido al uso intensivo de las vías públicas. La profesora Concepción Pérez recuerda que los cabildos insulares eran responsables de la recaudación de este impuesto, que se liquidaba en el momento en que las compañías importadoras traían la mercancía al muelle, repercutiendo su costo en el consumidor. La Guerra Civil afectó la diversidad de las compañías que declaraban el impuesto y Cepsa terminó concentrando todo el tráfico de importación de gasolina destinada al mercado interno.

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