Una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil ha acabado con la banda de aluniceros que asaltaron el pasado mes de enero la mayor tienda de Dior del país, ubicada junto a la céntrica Puerta del Sol de Madrid. Sólo en ese alunizaje, los ladrones se llevaron un botín de 180.000 euros en bolsos de lujo. También se le atribuye un robo con fuerza en las instalaciones de una empresa en la localidad de Alcalá de Henares, donde sustrajeron perfumes por valor de tres millones de euros.
La operación Cerbero-Chulapo se ha saldado con la detención de cinco hombres, para los que se ha decretado su ingreso en prisión provisional. Se les atribuyen un total de 37 delitos cometidos en apenas mes y medio, principalmente robos en diferentes empresas y de camiones de transporte de mercancías de alto valor económico. La banda actuó en las provincias de Madrid, Toledo y Zaragoza durante los meses de diciembre de 2024 y enero de 2025. En concreto, se les imputa un robo con intimidación, siete robos con fuerza, 10 hurtos de vehículos, 11 falsificaciones de documento oficial, dos delitos de daños, cinco robos de placas de matrículas y un delito de pertenencia a grupo criminal.
Entre todas estas acciones delictivas destaca el alunizaje en la Galería Canalejas, concretamente en la tienda de Dior, ocurrido la madrugada del pasado 15 de enero. En las imágenes grabadas por un testigo se observa cómo los ladrones intimidaron a un vigilante de seguridad que quiso intervenir mientras se llevaban numerosos bolsos de lujo en el coche que empotraron para acceder al establecimiento. Después, utilizaron el mismo vehículo para emprender la huida en dirección hacia la Puerta del Sol. Sin embargo, el mayor botín de esta banda de aluniceros lo obtuvieron en el asalto a una empresa con sede en Alcalá de Henares. Los agentes cuantificaron que los perfumes que sustrajeron alcanzaban un valor de tres millones de euros.
Una banda experimentada
La investigación comenzó a mediados del pasado mes de diciembre, tras detectar un incremento de la actividad delictiva de este grupo criminal asentado en Madrid y altamente experimentado. Los agentes detectaron que podrían haber estado cometiendo, de manera sistemática, diferentes robos con fuerza, en los que obtenían un altísimo beneficio económico.
Las pesquisas resultaron muy complejas, debido a que los investigados tomaban importantes mediadas de seguridad para dificultar cualquier tipo de acción policial. Para ello, cambiaban constantemente de vehículos, generalmente alquilados o a nombre de terceros, así como los lugares donde pernoctaban.