La 'trama Koldo` ha tomado un cariz incontrolable para los actuales responsables del Ministerio de Transportes, sumido en una profunda crisis reputacional que compromete la propia solvencia de empresas públicas adscritas al departamento de Óscar Puente de las que se sirvieron los investigados para colocar a Jésica Jiménez, ex pareja de José Luis Ábalos, quien sostuvo ante el Tribunal Supremo haber cobrado sin ni siquiera ir a trabajar.
Mientras las empresas públicas puestas en el disparadero tratan de desmentir algunos puntos del testimonio de Jésica ante el magistrado Leopoldo Puente, han tratado igualmente de ampliar la responsabilidad de la contratación a los entonces directivos de Adif, en concreto a su expresidenta Isabel Pardo de Vera, al sostener que la peculiar incorporación laboral de la expareja de Ábalos se produjo a petición de la ente de infraestructuras ferroviarias para dar por hecho, a través de testimonios de terceros, que Pardo de Vera estaba al corriente de la situación de Jésica, algo que la aludida niega con firmeza.
En este sentido, en el entorno de la también exsecretaria de Estado de Transportes, de nuevo incorporada al sector privado en un puesto de asesora independiente de la constructora ACS, hay una profunda convicción de que "no es casual" que "la artillería" se dirija contra ella, y en esta línea no dudan de que las razones de "la ofensiva" guardan relación con su propia destitución como número dos del Ministerio, en febrero de 2023, aparentemente producida por la la crisis de los trenes de Cantabria pero con un trasfondo mucho más complejo que incluye el enorme poder decisiorio que concentró con una ministra considerada inoperante como Raquel Sánchez, sucesora de Ábalos tras la defenestración de este como ministro en julio de 2021.
Malestar en el Ministerio
Según estas fuentes, la estrategia trataría de convertir a la exsecretaria de Estado en 'cabeza de turco' del 'caso Ábalos' como forma de justificar una destitución que todavía escuece en el Ministeroio. De acuerdo con la información manejada por Vozpópuli, Pardo de Vera decidió someterse al cese cuando se le indicó que debía laminar a parte de su equipo como forma de depurar responsabilidades por el bochornoso episodio de unos trenes que no cabían por los túneles habilitados para ellos.
Entre las razones que despertaron los recelos de sus superiores figuran, sobre todo, el impulso que pretendió dar al proceso de privatización de las torres de control, así como las suspicacias generadas en Vivienda por su buena sintonía con las empresas contratistas del Ministerio, fruto de su amplia experiencia en el sector privado, singularmente a partir de la irrupción en el departamento de Iñaqui Carnicero, actual secretario general de Vivienda, conocido por su estrechísima amistad con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Tampoco eran precisamente fluidas las relaciones entre Pardo de Vera y los principales colaboradores de la entonces ministra Sánchez, como Ricardo Mar, su jefe de gabinete en ese momento y en la actualidad número dos de la exministra en Paradores.
Dos declaraciones
Isabel Pardo de Vera ha prestado declaración en dos ocasiones en relación a la trama, la primera en la Audiencia Nacional y, con posterioridad, ante el Tribunal Supremo. En la primera ocasión, confirmó ante el juez que el comisionista de la trama, Víctor de Aldama, acudía de forma habitual al Ministerio de Transportes en los años de pandemia y que lo había visto en numerosas ocasiones en los pasillos el edificio.
El pasado mes marzo, declaró ante el juez del Supremo que instruye la causa que tanto Ábalos como su exasesor Koldo García le preguntaron por cómo se llevaba a cabo la contratación del personal en Ineco, la empresa pública en la que acabó contratada Jésica Rodríguez en 2019.
lablasca
03/04/2025 07:36
Eso te pasa, bonita, por aceptar cargos de un gobierno indecente
aherraiz
03/04/2025 13:59
Cuando pasas por un pozo de mierda por lo menos mal olor te llevas y tu hueles mal
pharrukaire
04/04/2025 02:56
Es lo que pasa con el ganado lanar ...