Noticia es todo aquello que alguien no quiere que se sepa, reza el viejo aforismo que se enseña en las facultades de Ciencias de la Información o, por lo menos, se enseñaba cuando yo acudí a una de ellas hace ya más de cuarenta años. De ahí la eterna pelea entre los periodistas y nuestras fuentes a cuenta del buen discernimiento entre la necesaria información y la interesada propaganda: los medios, cada uno desde su legítima línea editorial, faltaría más, estamos obligados a aportarle datos y un relato coherente y veraz, estimado lector, para que usted pueda ejercer su derecho a estar bien informado en la sociedad libre que nos hemos dado entre todos.
Por eso resulta tan ridículo el burdo intento de silenciamiento de comunicaciones telefónicas sumamente relevantes que el diario El Mundo ha conseguido sacar a la luz porque alguien se las ha proporcionado -la intención del filtrador es lo de menos si lo que cuenta es cierto-, entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y quien fuera durante mucho tiempo su mano derecha, el todopoderoso ex secretario de Organización del PSOE y ex ministro de Fomento, hoy imputado en graves casos judiciales de corrupciòn José Luis Ábalos.
Más allá de los términos y epítetos despectivos que ambos usan para referirse en sus ya famosos whasapp a quienes entonces consideraban adversarios en la lucha por el poder orgánico del partido, esto es, barones socialistas como Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara, Emiliano García-Page y Javier Lambán, lo importante de esos mensajes presidenciales, enviados la mayoría cuando Ábalos aún estaba en el Gobierno en 2021 pero también en 2023, arreciando en los medios las sospechas del escándalo que luego se ha confirmado, lo importante, digo, es que sirven para confirmar todo lo que los periodistas les hemos contado en innumerables ocasiones durante la última década... Es decir, que entonces, cuando les contábamos lo que ocurría dentro de ese partido, hicimos buen periodismo.
En este asunto el derecho a la información -hay numerosa jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Supremo al respecto- la privacidad no asiste al inquilino de La Moncloa... Si lo sabrá el propio Ábalos, que ha reconocido, más allá de que le guste mucho o poco la filtración que esta tiene "relevancia informativa"... Pero, ¿cómo no va a tenerla? ¿A quien de las decenas de asesores con que cuenta el presidente del Gobierno se le ha ocurrido la majadería de que sus WhatsApp con Abalos sobre la lucha orgánica socialista de hace una década son "privados"?
No estamos, en contra de lo que se intenta argumentar desde La Moncloa, desde Ferraz y también, conviene denunciarlo, desde determinados ámbitos periodísticos que parecen haber abdicado de su función informativa última para afirmar muy campanudos que son comunicaciones "privadas" entre Sánchez y su número dos; no, perdón, comunicaciones privadas son, por ejemplo, las del presidente con su esposa, Begoña Gómez, hablando de la educación de sus hijas o de la lista de la compra en el supermercado... es decir, cero relevancia para el resto de los mortales y por tanto no publicables.
En este asunto el derecho a la privacidad -hay numerosa jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Supremo al respecto- no asiste al inquilino de La Moncloa... Si lo sabrá el propio Ábalos, que ha reconocido, más allá de que le guste mucho o poco la filtración, que esta tiene "relevancia informativa". Pero, ¿cómo no va a tenerla? ¿A quien de las decenas de asesores con que cuenta el presidente del Gobierno se le ha ocurrido la majadería de que sus WhatsApp con Abalos sobre la lucha orgánica socialista de hace una década son "privados"?
Nadie que se defina periodista puede renuncíar a publicar semejante exclusiva porque, entonces, no estaría ejerciendo su deber de transmisor de información relevante a la opinión pública. Estaría ejerciendo otra cosa: una militancia muy legítima en su vida civil pero incompatible con el ejercicio de esta profesión. Podemos especular, eso sí, con las intenciones últimas del filtrador o filtradora, sea el propio Ábalos -como sospechan buena parte de sus ex compañeros-, su asesor Koldo García Izaguirre -que tenía la información en dos pendrive- o los investigadores de la UCO; pero no nos llevará a ningún sitio porque, como dice otro viejo aforismo periodístico, las fuentes son sagradas, existe obligación de preservarlas y, creánme, todas, absolutamente todss son interesadas de una u otra manera. Así es la vida.
¿Ya no se acuerda este PSOE de Pedro Sánchez cuando salía en tromba a criticar a Rajoy por aquel WhatsApp "Luis se fuerte" que envió al entonces tesorero del PP, Luis Bárcenas, mientras estaba siendo investigado por el caso Gürtel? O, yéndonos tres décadas atrás, ¿tampoco nos acordamos de la conversación grabada entre el desaparecido secretario de Organización socialista Txiki Benegas y otro dirigente, criticando al "Dios" a Felipe González en medio de la lucha entre guerristas y renovadores? ¿Tan mala memoria tenemos o es que sólo la tenemos selectiva?
¿Ya no se acuerda este PSOE de Pedro Sánchez cuando salía en tromba a criticar a Mariano Rajoy por aquel WhatsApp "Luis sé fuerte" que envió desde su móvil al entonces tesorero del PP, Luis Bárcenas, mientras estaba siendo investigado por el caso Gürtel? ¿O, yéndonos tres décadas atrás, tampoco nos acordamos de la conversación telefónica grabada entre el desaparecido secretario de Organización socialista Txiki Benegas y otro dirigente, criticando al "Dios" a Felipe González en medio de la lucha fratricida entre guerristas y renovadores? En serio ¿Tan mala memoria tenemos o es que sólo la tenemos selectiva?
Este lunes, tras el calentón y después de disparar a todo lo que se meneaba desde el domingo -que si la filtración ha sido la UCO, que si la ultraderecha, que si la cloaca periodística- los dirigentes socialistas empezaron a recuperar la cordura y a bajar el souflé con una breve comunicación en la cual venían a decir que ellos, de acusar a la UCO, nada de nada. Bien está que comiencen a aclarar su estrategia porque, para empezar, a la opinión pública ya enterada de que la relación entre Sánchez y Abalos continuó incluso después de echarle del Gobierno, poco le importa el origen de la filtración; tanto como le importó al PSOE el origen de los whasapp de Bárcenas que hundieron a Rajoy y los suyos: nada y menos.
18 de Julio paga ext
14/05/2025 07:43
¿Y que nos podría comentar sobre las censura de los medios no afines en las mal llamadas "ruedas de prensa", que más bien son un masaje al portavoz de turno de la izquierda y un tormento a la derecha?