Opinión

Begoña, te echamos de menos

Imagino que tendremos unas elecciones generales anticipadas cuando se fije la fecha del juicio oral

  • Begoña Gómez -

Tres jueces de la Audiencia Provincial de Madrid han confirmado la existencia de actuaciones por parte del guapérrimo matrimonio presidencial que señalarían una desviación de poder. Ya no es solo una obsesiva persecución por parte del malévolo juez Juan Carlos Peinado. Me pregunto si ahora el diario Público lanzará una exclusiva con dobles DNI de cada uno de los jueces, los catalogará de agentes dobles y si van a unirse junto a otros medios de izquierdas, de esos que dice el Gobierno que no son pseudo medios, para mostrarnos las fotografías de sus residencias.

El caso de Begoña Gómez se está alargando más de lo deseable, ya que el juez Peinado decidió pedir una prórroga de seis meses más, cerca de cumplirse el año de plazo que en un principio fija la ley como límite para desarrollar una instrucción. Y es que este caso es el del que salió a pescar salmonetes y se encontró con una ballena. Cuanto más escarban en el agujero, más barro sacan.

A día de hoy, Begoña Gómez no ha sido procesada. Sigue siendo investigada formalmente y no se ha dictado auto de apertura de juicio oral. Pero es solo cuestión de tiempo. De más tiempo.

Ya no acompaña a nuestro amado líder en sus viajes, como en el que hicieron a la India, donde pudimos verla muy complacida de que lanzaran pétalos de flores a su paso y le pusieran a un señor para aguantarle una sombrilla

Ya casi no nos acordamos de la última vez que vimos a doña Begoña en público. Fue en Sevilla, a finales de noviembre, en la celebración del 41º congreso federal del PSOE. Allí apareció la esposa de nuestro Adonis presidencial, al más puro estilo hollywoodiense, luciendo su melena larga y rubia de anuncio de Pantene y su sonrisa de Profident, entre aplausos y gritos de: “¡Guapa!”. Me pregunto si Yolanda Díaz tendría pesadillas esa noche al presenciar semejante acoso sexual por parte de los afiliados al PSOE.

Desde entonces se ha retirado totalmente de la vida pública. Ya no acompaña a nuestro amado líder en sus viajes, como en el que hicieron a la India, donde pudimos verla muy complacida de que lanzaran pétalos de flores a su paso y le pusieran a un señor para aguantarle una sombrilla y evitar que su finísima tez se queme por el sol, que ya sabemos lo malo que son los rayos solares para las arrugas y las manchas.

Su enamoradísimo esposo ya no nos cuenta lo enamoradísimo que está de ella y hemos pasado de que los medios de verdad, no los pseudo medios ni las máquinas del fango, los de verdad, pasen de concederle el inexistente título en España de primera dama a no mencionarla tampoco.

Nos hemos quedado sin primera dama de la noche a la mañana. Nos ha durado menos que un billete de cien euros en la puerta del SEPE. Con lo contenta que se la veía a ella luciendo modelitos caros y recibiendo a personalidades como si fuera alguien y ahora quieren que sea tan solo un fantasma del pasado, no vaya a ser que al ver su cara nos venga a la cabeza la palabra nepotismo.

¿Pero se imaginan lo maravilloso que puede ser ver a Begoña Gómez languideciendo en el banquillo, mientras su enamoradísimo marido le lanza miradas de “sé fuerte, Bego” y El Mundo rebusca entre los whatsapp de Ábalos los poemas de amor de Sánchez hacia su ferviente esposa?

Mientras los jueces y la UCO le siguen dando vueltas al rescate de Air Europa, para contemplar unirlo al resto de causas o no, hay una cuestión que parece ser ya ineludible: Begoña Gómez va a ir a juicio. Con toda probabilidad vamos a ver a la icónica figura del feminismo, que solo era contemplada así por los palmeros del PSOE, sentada en el banquillo de los acusados. Y ya que la Audiencia Provincial de Madrid ha avalado la decisión del juez Juan Carlos Peinado de tomar declaración como testigo al enamoradísimo esposo, aunque este se acogiera a su derecho a no declarar, tras afirmar que estaba dispuesto a colaborar con la Justicia, no es descabellado pensar que volveremos a tener a Sánchez citado como testigo nuevamente, en ese futuro juicio oral.

Me viene a mí ahora a la cabeza el juicio público de Johnny Depp y todo el revuelo mediático que se formó con las declaraciones televisadas. Les reconozco que estaba más enganchada al culebrón Depp/Heard que Broncano a las mediciones de las audiencias. ¿Pero se imaginan lo maravilloso que puede ser ver a Begoña Gómez languideciendo en el banquillo, mientras su enamoradísimo marido le lanza miradas de “sé fuerte, Bego” y El Mundo rebusca entre los whatsapp de Ábalos los poemas de amor de Sánchez hacia su ferviente esposa?

Imagino que tendremos unas elecciones generales anticipadas cuando se fije la fecha del juicio oral. Aunque con estas personas nunca se sabe. Hay que estar preparados para la sorpresa. No descartemos ver a la amada de nuestro Adonis presidencial luciendo en el banquillo de los acusados una chapita en la solapa que diga: “vota PSOE”. Cosas más estrambóticas estamos viendo. Eso sí que sería una prueba de amor. Más que mil cartas de Sánchez a la ciudadanía.

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