Cultura

'Misión imposible: sentencia final': Tom Cruise se despide con un festín de vértigo

El actor protagoniza acrobacias imposibles en la octava entrega del blockbuster, presentada en el Festival de Cannes

  • 'Misión imposible' -

Tom Cruise se erigió hace dos años en mesías del cine de acción y salvador de Hollywood ante la agonía que vivían las salas. Sin ir más lejos, el mismísimo Steven Spielberg se le acercó en una de las celebraciones previas a la ceremonia de los Oscar de 2023 para felicitarle por su contribución a la industria cinematográfica tras las cifras de Top Gun: Maverick. "Has salvado el trasero de Hollywood y es posible que hayas salvado la distribución en los cines", le dijo entonces. 

Ahora, dos años después de aquel encuentro y del estreno de Misión: Imposible- Sentencia Mortal Parte I, el actor y productor se toma muy en serio su encomienda con una nueva entrega de la franquicia destinada a contribuir con el cine hecho para disfrutar en las salas de cine y paliar el daño al que contribuyeron la pandemia y las plataformas, así como las huelgas de guionistas y actores en Hollywood. 

Misión imposible: sentencia final es la octava parte y, en teoría, la despedida al personaje de Ethan Hunt, que le ha acompañado desde 1996 con la primera entrega dirigida por Brian de Palma y que esta vez cuenta de nuevo con Christopher McQuarrie, responsable de la dirección de las tres anteriores. 

Al igual que en anteriores ocasiones, al comienzo del visionado aparece el actor y productor para lanzar un mensaje a los espectadores acerca de lo "feliz" que se siente al hacer películas para la pantalla grande. A continuación, empieza un espectáculo lleno de acción, vértigo, adrenalina y acrobacias imposibles que, si bien, parece no igualar el banquete de la anterior parte, al menos logra un notable alto en el arte de entretener durante casi tres horas de metraje. 

En esta octava entrega, el mundo se desvanece y la guerra se aproxima. La amenaza de un desastre nuclear y el miedo a la tercera guerra mundial se cierne sobre los líderes mundiales, temerosos ante el avance y el poder de un programa de inteligencia artificial que desafía a la humanidad. 

Rodar hasta los cien años

Como el divo del cine que es, Tom Cruise estrenó el pasado 14 de mayo Misión imposible: sentencia final en el Festival de Cannes, donde recibió una ovación de siete minutos. Allí mismo recogió hace tres años la Palma de Oro honorífica y allí ha reivindicado en esta ocasión su reinado en el cine de acción, presumiendo de escenas vertiginosas en las que de nuevo no ha contado con especialistas, tal y como él mismo comentó, acompañado por el director. 

Este es uno de los principales atractivos de esta entrega: un juego constante con la tensión que consigue dejar al espectador sin aliento, en especial en dos momentos: uno de ellos, en una coreografía imposible a bordo de un submarino encallado; otro, a bordo de una avioneta antigua, en una coreografía perfecta de acrobacias capaz de aumentar el ritmo cardiaco de quien asiste al espectáculo desde la butaca.

Puede que esta sea una película más oscura que la anterior, y que el elenco correcto (formado por Simon Pegg, Angela Bassett, HayLet Atwell, Greg Tarzan Davis, Tramell Tillman, entre otros) pierda fuerza ante actores magnéticos como Rebecca Ferguson o Vanessa Kirby. Poco importa esto si Tom Cruise es capaz de tejer un buen puñado de escenas potentes y conseguir, como si se tratara de un truco de magia, entretener al espectador en los 170 minutos de metraje. Tal y como él mismo ha revelado estos días, quiere seguir rodando cine de acción hasta convertirse en centenario. Si bien esta podría ser la última entrega de la saga (como así parece que es), lo cierto es que queda Tom Cruise para rato.

 

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