El fabricante de baterías sueco Northvolt, inmerso en un proceso de quiebra desde hace meses, cerrará finalmente su fábrica en este país nórdico el próximo 30 de junio, según ha anunciado el concursal de la firma, Mikael Kubu.
La planta de Skellefteå (Suecia) seguía en funcionamiento después del anuncio de quiebra el pasado 12 de marzo, debido a que el fabricante de camiones sueco Scania -el único cliente restante- seguía comprándole baterías.
Pero según ha dado a conocer la televisión pública SVT, la compañía automovilística Scania ha decidido cambiar de proveedor y dejar de comprar las baterías a Northvolt por motivos económicos que, a partir de ahora, pasará a adquirirlas de la china CATL.
"Habrá un lento descenso en la producción de baterías con el objetivo de parar completamente el 30 de junio", consta en el comunicado. El concursal señala también que hay interesados en comprar varias partes del consorcio de Northvolt y que existen negociaciones en marcha.
Northvolt anunció a finales de marzo el despido de 2.800 de sus 4.500 empleados en Suecia, además de un acuerdo preliminar con los acreedores sobre las garantías financieras para mantener la empresa en funcionamiento.
La firma sueca atraviesa por graves problemas financieros desde hace meses, que la llevaron en otoño pasado a aparcar sus planes de construcción de nuevas plantas, a anunciar el despido de trabajadores y, finalmente, a declararse en quiebra.
Fundada en 2015, Northvolt está especializada en tecnología de iones de litio para vehículos eléctricos y fue considerada una de las principales apuestas de Europa para contrarrestar el dominio chino en ese campo.
Problemas también para Volvo
Pero los problemas de Northvolt no son los únicos que afectan a la industria sueca del automóvil. El fabricante Volvo Cars ha anunciado el despido del 15% de su plantilla, unos 3.000 trabajadores, sobre todo de Suecia, dentro de un plan de reducción de costes presentado recientemente.
La firma sueca, controlada por el fabricante chino Geely, quiere reducir gastos por valor de 1.660 millones de euros, buscando lograr una base de costes "estructuralmente más baja" y más eficiente, en un momento en que la industria automotriz afronta "riesgos considerables".
Los despidos afectarán fundamentalmente a puestos de trabajo en Suecia y equivaldrán a cerca del 15% del total de su plantilla en puestos de oficina.
"Estos cambios estructurales son necesarios para que Volvo Cars pueda cumplir con su estrategia a largo plazo, reforzando su base para un crecimiento rentable", indica en un comunicado.
La firma sueca, que tiene una plantilla total de más de 42.000 empleados, obtuvo un beneficio neto de casi 1.400 millones de euros en 2024, un 13% más interanual.
Volvo Cars vendió el año pasado 763.400 vehículos, un 8% más, de los cuales el 23%, siete puntos más que en 2023, correspondieron a coches completamente eléctricos.