Lorenzo Amico es un lazarillo romano. Tiene cara de romano, porte de romano… y la desfachatez de un perfecto romano. Este joven católico, que ahora trabaja en la Embajada de México ante la Santa Sede, ha sido durante años monaguillo en numerosas celebraciones vaticanas. Con toda la pompa y circunstancia del Estado más peculiar del mundo, Amico ha podido acolitar con el Papa Francisco en numerosas ocasiones, llegando a pertenecer al prestigioso cuarteto papal. Hoy, con la alegría de la Pascua y la huella imborrable del Papa en su vida, recuerda con nosotros todos sus momentos junto al Santo Padre.
Pregunta: ¿Cómo se ha vivido en Roma la muerte del Papa Francisco?
Respuesta: La verdad es que la muerte del Papa ha supuesto un momento de gran emoción pero también de gran dolor para la ciudad de Roma. Estos días están siendo de profundo respeto por la figura del pontífice. Y eso inevitablemente ha llevado a la cancelación de los diversos actos previstos para la Pascua en Roma, como la canonización del beato Carlo Acutis.
P: Aunque acumulaba una mala racha de salud, no lo esperabais este lunes…
R: No era del todo inesperado, es cierto. Dada la reciente hospitalización de más de un mes del Papa Francisco, que había afectado a su estado de salud, sabíamos que andaba débil. Sin embargo, su muerte verdaderamente cogió por sorpresa toda la Iglesia. ¡Lo vimos el domingo en el balcón en la bendición Urbi et Orbi para celebrar la Pascua! Además, terminó aquella jornada dando un paseo en Jeep entre los fieles en la Plaza de San Pedro. No sabíamos que iba a ser su último adiós al mundo.
P: Roma ha quedado colapsada por los miles y miles de fieles que están llegando para despedirse del Papa. ¿Qué tenía Francisco que les atraía tanto?
R: Una personalidad única. El Papa Francisco ha sido y va a ser un referente para millones de personas no sólo por su carga espiritual, sino también por su personalidad, su cercanía con la gente corriente, su sencillez y su compromiso con los pobres.
P: Un Papa de su tiempo…
R: Eso es. Francisco siempre ha perseguido el objetivo de acercar la Iglesia a la realidad del mundo contemporáneo, desafiando a menudo las tradiciones conservadoras de la Iglesia.
P: Has participado en esas tradiciones “conservadoras” como monaguillo de Francisco. ¿Cómo fue servir al Papa?
R: Servir como monaguillo durante las celebraciones con el Papa Francisco ha sido un honor increíble y una profunda experiencia espiritual que llevaré conmigo para siempre. Todavía recuerdo la primera vez, el 3 de mayo de 2015, en mi ciudad natal de Ostia, en las afueras de Roma. Francisco vino para el mes mariano y allí pude acolitar con él. Posteriormente tuve otras once veces la oportunidad de servir junto al Santo Padre, y seis de ellas en el “Cuarteto del Papa”.
P: Supongo que esos instantes se viven con cierta sobrenaturalidad…
R: ¡Ni te lo imaginas! Cada Misa o celebración presidida por el Papa Francisco fue para mí una oportunidad de vivir la fe de manera muy concreta.
Una de las últimas veces, además de pedirle la bendición, le hice una pregunta que siempre llevaré en el corazón: «Santidad, ¿cómo puedo fortalecer mi fe encontrando un camino espiritual?» Me respondió: «Lorenzo, rezando y comportándote con humildad, estando siempre al servicio del prójimo». El Papa Francisco deja en mí un recuerdo imborrable y fundamental en mi crecimiento.
P: El pontificado de Francisco no ha sido sólo de palabras, sino de obras…
R: El Papa Francisco tenía una personalidad muy peculiar, una rara mezcla de firmeza y compasión. Por un lado era capaz de tomar decisiones valientes y afrontar los retos de la Iglesia moderna; por otro lado, siempre mostró una gran delicadeza con las personas en dificultad.
P: Y, todo ello, sin ostentación…
R: Su sencillez era uno de los aspectos más evidentes de esta personalidad forjada en Argentina: no se permitía lujos, llevaba una vida de pobreza a pesar de su papel de Papa, promovía un mensaje de humildad, solidaridad y caridad.
Era también, si me lo permites, un hombre de gran empatía, capaz de escuchar y comprender el dolor y las necesidades de los demás, hasta el punto de que muchos le veían como una figura paterna.
P: Este sábado, ya por último, muchos de estos “hijos” de Francisco se despedirán del Santo Padre en su funeral. ¿Qué destacarías de una ceremonia así, tan solemne?
R: Estas celebraciones solemnes como es el funeral del Papa Francisco representan momentos de gran intensidad espiritual, pero también de profunda humanidad. Como monaguillo del Papa te aseguro que la preparación y el respeto a la tradición litúrgica se notan en cada detalle, pero lo que más llama la atención en esta ocasión es que el rito del funeral del Sumo Pontífice se ha simplificado para ser más humilde, eliminando o modificando algunos pasos protocolarios. Este Papa va a ser sencillo hasta muerto.