Comunidad Valenciana

Vuelven los escraches: la herramienta de boicot a la nueva etapa de Mazón

La indignación social tras la riada se ha ido potenciando con actos organizados por militantes y candidatos de formaciones de la izquierda valenciana

  • Escrache en Castellón contra Mazón -

Los escraches a Carlos Mazón ya forman parte del paisaje político valenciano. La indignación social por la mala gestión de las instituciones que se exteriorizó de manera espontánea en las primeras semanas tras la riada del 29 de octubre afecta al presidente de la Generalitat y al presidente del Gobierno que, difícilmente, serán bienvenidos en las zonas más afectadas.

Esa lógica expresión de quienes se sintieron desprotegidos el día de la dana y abandonados con posterioridad se está tornando ahora en una selección de protestas organizadas en función de la agenda de Mazón. El presidente valenciano avisa cada vez con menos tiempo cuando se trata de actos en la calle para evitar que los escraches se programen con mucha antelación.

Esta herramienta de acoso planificado y que Pablo Iglesias definió en su día como 'jarabe democrático de los de abajo', hasta que comenzó a sufrirlos en su domicilio, no es nueva en la Comunidad Valenciana. En la época de mayor repercusión de la trama Gürtel lo padecieron con intensidad el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, o la que fuera alcaldesa de Valencia, Rita Barberá (hasta prácticamente su muerte) y, en este último caso, protagonizado por cargos de Compromís como el actual concejal Giussepe Grezzi.

El espacio público

Mazón se ha topado en las últimas semanas con algunos escraches que están dificultando su ya de por sí complicada tarea de continuar liderando una legislatura que la dana trastocó de manera definitiva. La última fue el pasado jueves en Castellón durante su visita a las gaiatas ganadoras de las fiestas de la Magdalena.

El principal impulsor, que participó en la bronca organizada de una quincena de personas contra Mazón –y que le obligó a no poder completar su visita– era Carlos Navarro, cabeza de lista de la coalición Compromís-Sumar en Castellón en las pasadas elecciones generales. Algo parecido suedió en dos visitas a Torrent del jefe del Consell en las que un militante de Podemos le gritaba desde las inmediaciones donde se desarrollaba el acto público.

En la Universidad de Alicante también hubo una veintena de manifestantes protestando durante una visita de Mazón que fue alentada en sus redes sociales por la Organización Juvenil Socialista de Alicante, que anteriormente formaba parte de Arran (las juventudes de la CUP). "Asesino", "Mazón, dimisión" o "El president a Picassent" son los los eslóganes más utilizados.

Una presión que no cesa

Estas protestas organizadas se suman a las que legítimamente surgen entre la población afectada, de los familiares de víctimas o de quienes consideran que Mazón no debe seguir en la Presidencia de la Generalitat sin tener detrás intereses políticos.

Carlos Mazón ha iniciado una nueva etapa tras recibir a una parte representativa de las familias de fallecidos en la riada (muchos de ellos le piden su dimisión) y con la solidez que ha ganado por el acuerdo presupuestario con Vox.

La exposición pública, por contra, encuentra en ese boicot permanente (que ya se ensayó en las Fallas de Valencia a través del grupo Intifalla) un obstáculo difícil de gestionar.

Esa presión se completa con la manifestación que cada día 29 se celebra en Valencia desde el día de la dana y que tras las dos primeras ediciones multitudinarias –con presencia masiva de vecinos de la zona de l'Horta Sud– han ido incrementando el tono 'político'.

La influencia creciente de sus organizadores, entre los que destacan asociaciones de la izquierda valenciana y con especial relevancia en la reivindicación de promoción del catalán (como Acció Cultural del País Valencià), es una evidencia. Ello no deslegitima, en absoluto, esta protesta ni invisibiliza la presencia de ciudadanos convencidos de la necesidad de cambiar de presidente. Este sábado asistieron 25.000 personas.

Crispación, legitimidad o cacería

Este ambiente de crispación se ve con diferente prisma por los responsables políticos. El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, no desmiente que haya cargos de su formación en algunas protestas pero asegura que los ciudadanos libremente piden la dimisión de Mazón.

La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, da una de cal y una de arena. Por un lado, garantiza la "seguridad" de Mazón en los actos a los que acuda pero, por otro, pide a Alberto Núñez Feijóo "que acabe ya con esto" y pida a Mazón que abandone la Presidencia de la Generalitat.

Enfrente, el portavoz de Vox, José María Llanos, considera que "desde que empezó la tragedia de la riada, la izquierda, en lugar de hacer propuestas, ponerse manos a la obra y arrimar el hombro para sacar adelante a las personas afectadas se ha dedicado a incendiar la calle".

"Ellos tienen que buscar un culpable de todo y han decidido que es el señor Mazón. Pero el que nos ha traicionado a todos los valencianos es el Gobierno de Pedro Sánchez. Quieren ganar en la calle, lo que no ganan en las urnas", reflexiona.

Y desde el PP, el propio Carlos Mazón siempre ha considerado que estos actos contra él son "una cacería y un linchamiento". Este parecer es compartido por la portavoz adjunta en las Cortes Valencianas, Laura Chulià, quien ha  pedido a Pilar Bernabé “rebajar la crispación y trabajar más por la reconstrucción”.

"Estamos cansados de escuchar todos los días a Pilar Bernabé tratando de sumar puntos en su pelea de autopromoción interna a base de utilizar el dolor de las víctimas. Sus declaraciones ponen en evidencia que el objetivo de la izquierda no es la reconstrucción sino la desestabilización y trata de desviar la atención para que no hablemos del abandono del Gobierno de Sánchez al pueblo valenciano. Debería hablar menos y trabajar más”.

Una polarización de la vida política valenciana que se traslada a la calle y que hace impredecible saber cuál será el resultado de la participación de los valencianos en las próximas elecciones locales, provinciales y autonómica.

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