Hacer de la necesidad virtud, es un refrán que significa que se puede encontrar una oportunidad en una situación adversa. Y eso es lo que ha aplicado el president de la Generalitat, Salvador Illa, como respuesta al desahucio que el Govern ha sufrido en Madrid.
En una estrategia clara y bien definida, con el apoyo del Gobierno, para convertir a Cataluña de nuevo en la referencia económica del país, Illa ha aprovechado la finalización del contrato de alquiler de la sede del número 44 de la calle Alcalá, para situar su sede en Madrid más cerca del poder financiero.
La actual 'embajada' de la Generalitat en Madrid, situada a escasos pasos del Congreso, fue inaugurada el 8 de junio de 2005. Impulsada por el entonces president socialista, Pasqual Maragall, la inauguración de la sede del Gobierno autonómico en la capital contó con la presencia del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
La apertura de una delegación catalana marcó un hito importante en las relaciones culturales entre Cataluña y el resto de España, considerando su puesta en marcha un gesto simbólico y estratégico para reforzar el diálogo institucional y promover la cultura catalana en el corazón político del país.
La inauguración, sin embargo, no estuvo exenta de interés político, ya que se produjo en un contexto de creciente debate sobre el papel de las comunidades autónomas dentro del Estado español. Sin embargo, tanto Maragall como Gallardón destacaron la importancia del respeto mutuo, la convivencia y la riqueza que supone la diversidad cultural dentro de España.
Cabe recordar que la 'embajada' de Madrid, actualmente dirigida por Núria Marín, fue la precursora de la gran red de delegaciones internacionales, que los posteriores gobiernos separatistas han ido estableciendo por todo el mundo para amplificar su mensaje rupturista.
A la calle Orense
La nueva sede de la Generalitat, que dejará la calle Alcalá tras 25 años en esa ubicación, estará en el número 62 de la calle Orense, en pleno distrito financiero, sede de las principales empresas cotizadas. Estas son, como ya avanzó Vozpópuli, a las que Illa quiere seducir para mejorar la situación empresarial de Cataluña.
Con esa idea de situar a Cataluña en el liderazgo económico y cultural de España, un objetivo que comparten Illa y Sánchez para debilitar al Madrid de Isabel Díaz Ayuso, la Generalitat estrenará su nueva casa para abrir "una nueva etapa" en las relaciones con el resto del Estado a lo largo del mes de noviembre.
Desahucio para hacer pisos de lujo
La finalización del contrato que dejará al Govern sin su histórica sede, que fue asaltada durante el acto de la Diada del año 2013, en el inicio del procés, por un grupo de ultras, tiene que ver con la compra del edificio por parte de un grupo inversor.
Como ocurre en otras ciudades con gran interés inmobiliario, pese al discurso socialista que no se traduce en hechos, la compañía que ha comprado el número 44 de la calle Alcalá de Madrid ha optado por echar a todos los inquilinos actuales para poder construir pisos de lujo a escasos 200 metros de la Puerta del Sol.
Espacio de encuentro
Blanquerna se ha consolidado como un puente entre Cataluña y Madrid, abriendo sus puertas no solo a los catalanes residentes en la capital, sino también a todos aquellos interesados en conocer más sobre la cultura catalana. Entre las actividades que se realizan y que tiene más éxito entre los madrileños, está el aprendizaje del catalán.
Ubicada en el número 44 de la calle de Alcalá, localización que tendrán que abandonar en breve, el Centro Cultural Blanquerna ha sido utilizado como un espacio de encuentro, difusión cultural y representación institucional. Desde su creación, ha acogido exposiciones, conferencias, presentaciones de libros y proyecciones de cine, sirviendo como escaparate del arte, la lengua y la identidad catalana.