Opinión

El PSOE y el sexo de pago

Los socialistas seguirán fieles a su discurso falaz sin importarles la voluminosa ristra de sus cargos públicos que lo han desmentido y lo desmienten

  • José Luis Ábalos en el Tribunal Supremo -

Mira que es fácil encontrar contradicciones en casi todos los partidos políticos y mira que hallarlo resulta especialmente sencillo en las filas del Partido Socialista Obrero Español, pero si hay un tema en el que la búsqueda obtiene especiales resultados ése es la recurrente relación de altos cargos del PSOE con señoritas de compañía. Relación en la que concurre además como circunstancia relevante y criticable que el pago de los servicios haya sido con cargo al Tesoro público.

Así, es numerosa y por todos conocida la lista de políticos socialistas que ocupando un cargo público han satisfecho sus necesidades de bragueta pagando con el dinero de nuestros impuestos a las señoritas que les han acompañado en sus momentos de goce. El que tuvo más repercusión mediática, social y política fue el de Luis Roldán, aquel director de la Guardia Civil de un Gobierno socialista que organizaba juergas para el consumo de sexo y de sustancias varias utilizando los fondos presupuestarios de la Benemérita. Los jóvenes españoles desconocen que incluso llegó a protagonizar la portada de una conocida revista fotografiado en gayumbos.

Pero no ha sido el único. Con el dinero público sustraído en el caso de los ERE,s -en el que dos expresidentes del PSOE, ex ministros y ex presidentes de la Junta de Andalucía han sido escandalosamente indultados de hecho por el Tribunal de Conde Pumpido-, varios dirigentes socialistas sufragaron también sus deseos hedonistas y la satisfacción de otras adicciones. Más recientemente nos encontramos con el caso del tito Berni, en el que políticos socialistas vuelven a estar relacionados con el sexo pagado -por los contribuyentes españoles- y con consumos tóxicos. Y como no hablar de lo que se va conociendo en el caso Koldo-Ábalos-Sánchez que, según se publica en los medios, incluye una relación estable y duradera del ex ministro y ex secretario general del PSOE con una compañera que publicitaba sus servicios a través de internet.

Relaciones peligrosas

Esta vocación de los dirigentes socialistas por el sexo pagado ha provocado que también tiendan a asociarse política o sentimentalmente con personajes relacionados con dicha práctica. Ahí están los habituales pactos para hacerse con gobiernos locales en las Islas Canarias -el de la Comunidad, los de los ayuntamientos y los de los cabildos insulares- que suscribe el PSOE canario con Gubelo, el líder de La Gomera que saltó a la fama por acompañar a su hijo a una casa de citas. O el de ese conocidísimo dirigente socialista de ámbito nacional casado con la hija de quien hizo su patrimonio con una red de saunas destinadas al fomento del sexo desenfadado.

Esta praxis de los políticos socialistas coexiste con un discurso del PSOE que dice abanderar la lucha contra la corrupción y que tiene en su seno una intensa corriente abolicionista de la prostitución, de modo que nunca como en el caso de los socialistas españoles fue más antagónico el decir y el hacer. No siendo psicólogo no me atreveré a analizar la causa determinante de lo descrito, pero como sí soy economista voy a aventurarme a proporcionar algún motivo que coadyuve en la cuestión pues, como suele decir mi brillante y irado amigo Amadeo Petitbó, la Teoría Económica proporciona instrumentos útiles para explicar la conducta humana.

Es posible que muchos socialistas hayan considerado que recurrir al sexo pagado con recursos públicos tiene como efecto externo el aumento del dinero en circulación, el consecuente incremento del PIB y las consecuencias económicas positivas que de ello se derivan.

En el sentido indicado, se dice en Economía que cuando el consumo de un bien es gratuito la demanda puede tender al infinito. Quizás por ello, resultando gratis para su bolsillo el recurso al sexo pagado cuando el precio se paga con dinero de nuestros impuestos, pueda entenderse que muchos socialistas caigan en el consumo compulsivo del ocio con señoritas. También explica la Teoría Económica que, en ocasiones, una actividad económica puede tener externalidades positivas o negativas y es posible que muchos socialistas hayan considerado que recurrir al sexo pagado con recursos públicos tiene como efecto externo el aumento del dinero en circulación, el consecuente incremento del PIB y las consecuencias económicas positivas que de ello se derivan.

Si buceamos en la Teoría de Costes, constatamos que realizar una actividad económica solo es razonable cuando el rendimiento neto de realizarla -rendimiento bruto menos el coste inherente de su realización- resulte positivo. En el caso de los socialistas que recurren al sexo pagado financiado con nuestro dinero, el rendimiento neto -o satisfacción- que obtienen de su consumo sexual es exactamente igual al bruto -o bruta- y, por ello, siempre positivo. De ahí que recurran frecuentemente a consumirlo.

Pues sí, va a tener razón el bueno de Amadeo. Es cierto que en la Teoría Económica se encuentran diversos motivos que explican la coexistencia de corrupción económica y sexo pagado en el comportamiento de tantos y tantos dirigentes socialistas. En cualquier caso, el PSOE seguirá fiel a su discurso falaz sin importarle la voluminosa ristra de sus cargos públicos que lo han desmentido y lo desmienten. Tendré que pedir ayuda al maestro Petitbó para encontrar en la Ciencia Económica teorías que expliquen la conducta discursiva del partido de los socialistas manteniendo así la tamaña contradicción que mantiene con el quehacer de sus cargos públicos.

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