Nos gusta romantizar la pobreza y lo hacemos hasta tal punto, que no solo nos obligamos a compadecer al pobre, sino que nos obligamos a pensar que incluso hay algo de nobleza en ser pobre. Más aún cuando determinadas tendencias políticas tienden a atacar al rico y a responsabilizarle de las penurias del pobre.
Lo entiendo, sé que parecemos personas mucho mejores cuando nos ponemos del lado del desfavorecido, porque es lo moralmente aceptable y deseable. Quién no se va a compadecer del enfermo, del desahuciado, del que nada posee, más allá de su propia existencia. Lo indeseable es decir la verdad: que hay personas malas y buenas, independientemente del dinero que tengan, lo enfermas que estén o las desdichas que sufran o no en esta vida.
Pero qué fácil resulta señalar al rico, al abuso de poder que puede ejercer a través de su dinero. Y qué fácil es excusarse tras el escudo de la pobreza.
Lo sabemos bien quienes hemos escuchado el grito de una buena madre cuando pierde a un hijo. No hay un sonido más desgarrador, atroz y desolador en este mundo que ese grito de pérdida
Quizá entiendan mejor a lo que me refiero si nos trasladamos al caso de ese ser despreciable detenido en Sevilla, de origen alemán, que ha producido más de 250 vídeos, en tan solo un año, en los que grababa cómo se violaba y se cometían abusos de todo tipo a niños. No voy a hacerle el favor de llamarle enfermo, porque creo en la existencia de la maldad. Y como creo en la existencia de la maldad, tampoco voy a excusar a esas madres que, a cambio de un pago por adelantado en bitcoins, cedían a sus hijos para que fueran violados y grabados. Se preguntarán ustedes quién podría disculpar a una madre que es capaz de hacerle algo así a su hijo, qué tipo de excusa extraterrestre hay que inventar para poder quitarles un solo gramo de culpa. Es bien sencillo: “Lo hicieron porque eran pobres, porque eran mujeres pobres y desfavorecidas”. Y ya estamos con el discurso de siempre: el rico sin escrúpulos que explota a los pobres más desfavorecidos que no encuentran otra salida.
Permítanme que, desde el asco más profundo que toda esta historia me produce, les diga con crudeza que todo esto es una tremenda basura. Lo sabemos bien quienes hemos escuchado el grito de una buena madre cuando pierde a un hijo. No hay un sonido más desgarrador, atroz y desolador en este mundo que ese grito de pérdida.
Mis padres no han sido pobres, pero han sido unos padres que han luchado por sus hijos como leones. Tengo el gran orgullo de tener una madre que, a sus 90 años, es de las que le pregunta al médico si puede donar medio hígado para salvar a su hijo, para darle aunque sea cinco años más de vida. ¿Se imaginan lo que una madre así sería capaz de hacer por sus hijos, aunque fuera pobre? De todo, menos aceptar dinero para que les hagan daño, un daño irreparable y para toda la vida.
Solo conoce a su hijo desde hace 8 días, pero el instinto paterno es tan grande que ya hace que el bienestar de su bebé esté por encima de cualquier otra cosa, incluso de él mismo. Desde aquí le mando mis mejores deseos al pequeño para que se recupere bien y pronto
He visto esta semana un vídeo de Sergio Candanedo, más conocido como UTBH, explicando el problema de salud que tuvo su bebé, con tan solo 8 días de vida. Escuché muy conmovida toda la angustia que sufrieron tanto su pareja, Fernanda, como él, en las primeras horas de hospitalización de su hijo. Me emocioné al ver cómo se le saltaban las lágrimas al youtuber y lo que más me impactó fue cuando comentó: “El dolor, la ansiedad y la angustia que me daba que le pudiera pasar algo era 150 millones de veces más grande de lo que sentiría si pensase que me pudiera pasar algo a mí”. Como él mismo dice, solo conoce a su hijo desde hace 8 días, pero el instinto paterno es tan grande que ya hace que el bienestar de su bebé esté por encima de cualquier otra cosa, incluso de él mismo. Desde aquí le mando mis mejores deseos al pequeño para que se recupere bien y pronto.
No entiendo el poder querer a un hijo de otra manera que no sea esa y no creo que haga falta ser madre para verlo así, porque todos hemos sido hijos, aunque no todos hayamos tenido buenos padres. Yo he sido muy afortunada, lo sé, al igual que el hijo de Fernanda y UTBH es muy afortunado, porque tiene unos buenos padres. Seguro que se equivocarán en muchas ocasiones, porque no creo que ser padre sea fácil, pero le van a querer siempre y, desde un amor tan grande, no se cometen maldades. Pero si no quieres ni a los tuyos, si no te sale una leona de dentro cuando los ves en peligro, si no se te retuerce el alma ante la posibilidad de que sufran o de perderlos… ¿Qué tipo de persona eres?
Los que tratan de excusarlos
Esas madres, y algún padre también, que aceptaron dinero a cambio de torturar y violar a sus hijos, no solo no son buenas madres, son escoria y de la peor que podemos encontrar en la humanidad. No me vengan con el cuento de la pobreza, porque es deshonrar y quitarle el mérito a todas esas madres que han hecho lo que fuera, cualquier cosa, para que sus hijos tengan la mejor vida que les pueden dar. Incluso ofrecer la vida propia.
Ser pobre no te convierte automáticamente en buena madre ni en buena persona. Son tus actos los que importan, no lo desfavorecida que sea tu situación. Hace tiempo que aprendí, por las malas, que ni el enfermo desahuciado tiene que ser necesariamente bondadoso ni el pobre que te pide una oportunidad se la merece solo por ser pobre.
Desgraciadamente, hay mucho hijo de puta en este mundo, pero me atrevería a decir que me están empezando a dar incluso más asco los que tratan de excusarlos.