Como suele ocurrir, son los países más pequeños, que apenas se distinguen en los mapas y cuyos nombres apenas se conocen, los que encierran las intrigas más interesantes. Hay un Estado latinoamericano, enclavado entre Brasil y Venezuela, que desde hace algún tiempo, casi sin que el resto del mundo lo sepa, es objeto de gran atención e interés. Se trata de Guayana, el Dubái de Sudamérica, y no sólo porque pretende construir ciudades futuristas a la manera de los jeques árabes, sino sobre todo porque es la nueva reserva de petróleo a la que todo el mundo quiere echar las manos. De hecho, alguien ya se ha activado, un vecino incómodo y engorroso.
Todo comenzó en el 2015, cuando el gigante estadounidense Exxon descubrió que en aguas de la antigua colonia británica, a unas 120 millas de la capital, Georgetown, hay un bloque en alta mar, llamado Stabroek, donde se pueden extraer al menos 11.000 millones de barriles de crudo.
Desde entonces, Exxon, en consorcio con la también estadounidense Hess y la china Cnooc, ha invertido allí 55.000 millones de dólares. Para Guyana esto podría significar un repentino milagro económico: desde 2019, el PIB per cápita ha pasado de 13.000 dólares a más de 42.000 dólares en 2022, mientras que en 2020 el PIB nominal ha subido un 43,5% y aún mejor en 2022, creciendo casi un 63% en términos reales, la cifra porcentual más alta del mundo. La tendencia también se confirma en 2023, con un 38,4% calculado por el Fondo Monetario Internacional, mientras que la media mundial se sitúa en torno al 3%. Y lo mismo ocurrirá este año, con estimaciones que prevén una ralentización pero un crecimiento aún asombroso, del 26,6%.
Este es uno de los mayores hallazgos en aguas profundas a nivel mundial. Guyana tiene como objetivo alcanzar los 700.000 barriles al día para este año. El crudo es apto para destilados medios, precisamente lo que las refinerías del Golfo de México buscan en un mercado saturado por el liviano crudo procedente del fracking. De acuerdo a estimaciones optimistas, para 2025 este empobrecido país de aproximadamente 700.000 habitantes superaría en producción petrolera a Ecuador, convirtiéndose en el mayor productor de barriles per cápita del mundo.
La disputa histórica con Venezuela
El descubrimiento de petróleo no hace más que aumentar la tensión con Venezuela, la cual mantiene una disputa territorial por el 70% del territorio guyanés. Maduro ha propuesto la creación de un estado llamado “Guyana Esequiba” que se integraría en la Federación Venezolana. En 2023 ha realizado un Referendum que ha visto ganar el ‘Sí’ con más del 94%. Maduro siente que estos territorios ricos de recursos pertenecen a Venezuela y que la compañía estadounidense ExxonMobil está “explotando ilegalmente los recursos petrolíferos”. A día de hoy el territorio sigue siendo de Guyana, pero este descubrimiento podría exacerbar las fricciones entre los dos países.
La “maldición de los recursos”
Guyana puede tomar muchos caminos después de este hallazgo y no todos son hacia el creciemiento porque existen muchos casos de países que después de haber descubierto recursos petrolíferos, no han sabido aprovechar de ellos a causa de problemas internos. Este efecto se llama la ‘maldición de los recursos’, es decir, el mecanismo ya ampliamente comprobado en zonas del mundo explotadas para la extracción de minerales, que en cuanto se descubren inflan la moneda local, vacían el tejido industrial y sobre todo generan desigualdades sociales y corrupción.
Uno de los ejemplos es Nigeria en África. Su territorio posee las segundas mayores reservas probadas de petróleo dentro del continente. Sin embargo, Nigeria no ha sido capaz de explotar sus recursos naturales con éxito: las reservas probadas de petróleo superan los 36.000 millones de barriles, una cantidad similar a la de EE. UU. Mientras el país de Trump produce entre 12 y 13 millones de barriles de petróleo por día, Nigeria a causa de los continuos sabotajes, la corrupción y la falta de estrategia e inversión no supera los 1,3 millones de barriles diarios de crudo. Según un reciente estudio del instituto internacional, cerca del 75% de las pérdidas se deben a robos y sabotajes de grupos armados y del crimen organizado. Unos actos que implican 4.500 millones de dólares perdidos cada año para el país africano.
Hay muchos otros países que no supieron aprovechar de su riqueza natural, como Angola: una parte de la caída de la producción africana se debe principalmente a problemas como el envejecimiento de la infraestructura, la falta de inversión y, en algunos casos, la inestabilidad política, que ha reducido naturalmente las capacidades de exportación.
Irán, otra potencia petrolífera que no tiene la inversión extranjera ni las refinerías para explotar su riqueza incalculable. Además, Trump ha decidido dictar nuevas sanciones económicas dirigidas a reducir a cero las exportaciones petroleras iraníes.
Libia, el productor de petróleo con más reservas de toda África, tampoco logra aprovechar sus recursos. El petróleo representa el 93% de ingresos del país, pero la inestabilidad política y la cuestionable gestión de sus recursos bloquean la economía del país. Las frecuentes interrupciones y guerras civiles no permiten desarrollar y explotar a lo máximo su potencial petrolífero.
El caso más emblemático de América Latina y del mundo entero es Venezuela. El país detiene las reservas de petróleo más grande del mundo, que ascienden a los 300.878 millones de barriles. El petróleo provee el 95% de los ingresos del país. Venezuela en la década de los 2000 dominaba el mercado, produciendo más de 3,2 millones de barriles diarios, ahora no supera los 200.000. El país, tras años de escasa inversión y mala gestión del sector energético se encuentra con un problema doble. En primer lugar, la falta de empresas internacionales que se dejen en el país caribeño miles de millones en levantar las infraestructuras obsoletas y que saben que unas nuevas sanciones pueden arruinarlo todo. Además, la hiperinflación ha llevado a la quiebra de la petrolera pública PDVSA que actualmente no tiene capacidad de acceder al mercado mundial de deuda.
Los casos de éxitos
Las excepciones a esta norma son pocas pero existen. Arabia Saudí, tradicionalmente conocida por su riqueza petrolera, está emergiendo como un símbolo de innovación y progreso gracias a la explotación de ella. El proyectomás ambicioso, conocido como Visión 2030, no solo busca diversificar la economía del país más allá del petróleo, sino establecer a Arabia Saudí como un actor dominante en el escenario económico y social global. El cambio propuesto supone una renovación completa que abarca desde la infraestructura hasta la cultura empresarial, y aspira a atraer inversores y turistas de todo el mundo.
Brunei es otro caso ganador, manteniéndose como el país con la menor deuda con respecto a su PIB del mundo con una cifra del 1,9%. El pequeño ‘Petro-Estado’ tiene uno de los niveles de vida más altos del mundo gracias a sus abundantes reservas de petróleo y gas. La razón de que Brunéi tenga una deuda tan baja son los ingresos procedentes de la venta de hidrocarburos, que le han permitido constituir amplias reservas fiscales que en años con déficit públicos se han financiado con esas reservas, sin necesidad de tener que recurrir al endeudamiento.
Emiratos Árabes y Qatar son otros dos países que destinaron muchos gastos a sus infraestructuras sociales y pudieron garantizar el bienestar social gracias a las reservas creadas con la explotación del petróleo. Actualmetne los Emiratos Árabes producen alrededor de 3 millones de barriles diarios de crudo. Lo mismo, o casi vale para Qatar, otro país asiático que ha sabido aprovechar de sus recursos naturales. El petróleo y el gas constituyen la columna vertebral de la economía de Qatar, aunque últimamente, como otros países, el estado está invirtiendo para diversificar sus fuentes y para que el país no dependa solo de estos recursos naturales. Qatar produce aproximadamente 850 mil barriles por día, es el país de más grande renta mundial per cápita y el país con el desempleo más bajo.
Guyana tiene delante de sus ojos ejemplos evidentes de economías arruinadas a causa del petróleo o países que han logrado cambiar totalmente su futuro gracias a la presencia y la explotación de los hidrocarburos. El futuro está en sus manos, a veces ‘no es oro (negro) todo lo que reluce’.
lepanto2012
15/03/2025 15:41
LA AMERICA HISPAMNICA ; VENEZUELA Y SUS BIENES ES PORPIEDA DE GENTUZA CENTRO EUROPEA DESDE HACE SIUGLKOS
KRTTX
15/03/2025 17:59
"El estiércol del diablo ". Así denominaba al petróleo Juan Pablo Pérez Alfonzo, ministro de Energía venezolano considerado padre fundador de la OPEP. ¿Por qué estiércol? Porque la riqueza fácil sólo trae calamidades a los pueblos que sólo quieren vivir de la renta caída del cielo. Sin embargo, el petróleo dio mucha riqueza a Venezuela por un siglo, hasta que llegó el régimen chavista y acabó con la gallina de los Huevos de oro. Por cierto, Exxon sabía desde los años 90 de los yacimientos costa afuera frente y al sur del Delta del Orinoco. Y como Chavez echó ade Venezuela a Exxon, ahora se está desquitando y explota yacimientos que confluyen en ambas fronteras.