Cuando el pasado lunes 28 de abril toda la península ibérica sufrió un apagón, durante las primeras horas el ambiente en la calle era despreocupado e incluso festivo. Nada encajaba ese día con las visiones apocalípticas que el audiovisual había reflejado hasta entonces, ni siquiera la reciente serie sa Colapso o la española Apagón, tan realistas y actuales.
Faltaban apenas dos días para el estreno de una de las producciones del año, y la mejor de Netflix en lo que va de año, otra perspectiva del apocalipsis que imagina el mundo después de esos primeros instantes de incertidumbre, en los que es difícil vaticinar el comportamiento humano y hasta qué punto esa fiesta puede alargarse y dar paso a lo peor o lo mejor del ser humano. Como si se tratara de la mejor campaña publicitaria posible, aquel apagón, del que aún se desconocen las causas, se convirtió en la mejor promoción.
Esa serie no es otra que El eternauta, la adaptación a la pantalla de la historia gráfica homónima publicada en Hora Cero Semanal entre 1957 y 1959 y escrita por el escritor y guionista Héctor Germán Oesterheld (desaparecido en la dictadura argentina), con ilustraciones de Francisco Solano. Desde su estreno, esta apuesta de Netflix por la ciencia ficción pura se ha convertido en una de las producciones más vistas de la plataforma, y también de las más aplaudidas.
La serie arranca en la costa. En un velero, tres jóvenes conversan sobre sus planes en un futuro próximo, cuando un extraño suceso meteorológico les inquieta. Una suave nieve tóxica y un frío extremo sorprenden a los habitantes del país en pleno verano, cuando se disponen a colocar las bolas del árbol de Navidad en chancletas. Los pocos supervivientes que se encuentran a cubierto tratan entonces de salvarse y encontrar a sus seres queridos en las calles inhóspitas de Buenos Aires, en las que los cadáveres se reparten en todos los rincones.
La adaptación a la pantalla de El eternauta toma como guía la principal obsesión de Oesterheld: configurar un "héroe colectivo" ante la adversidad, tal y como el autor escribió sobre las motivaciones de este cómic, una heroicidad "en grupo" que llama la atención y cobra sentido en un presente dominado por el individualismo, y que conecta con otras ficciones actuales como The last of us.
Gente buena en el apocalipsis
"La gente buena tiene que seguir existiendo", dice en un momento de la trama uno de los personajes principales, en una oda a la bondad que en los últimos años tanto se ve en la pantalla -sin ir más lejos, la recientemente estrenada Una quinta portuguesa- y que parece responder a la necesidad de encontrar algo de luz en estos tiempos, en los que la incertidumbre y los conflictos internacionales configuran un panorama sombrío.
En ese equipo de personajes que rezuman humanidad, Ricardo Darín encabeza un elenco brillante en el que también destacan Carla Peterson, César Troncoso, Andrea Pietra, Ariel Staltari o Marcelo Subiotto, entre otros.
Es una excelente serie de ciencia ficción capaz de crear una atmósfera desasosegante y por momentos terrorífica
Sin embargo, no hay solo buenas intenciones en la producción creada y dirigida por Bruno Stagnaro, y su éxito no radica solo en su apuesta por el fondo de los personajes. Es, a todas luces, una excelente serie de ciencia ficción capaz de crear una atmósfera desasosegante y por momentos terrorífica, con un ritmo excelente, una dosificación cuidada en los giros y las sorpresas y unos efectos especiales impecables.
Además, y aquí uno de los rasgos más interesantes, es una serie muy argentina, que se suma al excelente audiovisual que ha traído al mundo este país americano, y que demuestra que las historias costumbristas rezuman más realismo que aquello que no está anclado a ningún lugar, que solo a partir de las vivencias propias, los acentos y la cultura de un territorio se puede llegar al público más extenso con mayor verdad, incluso cuando se trata del contexto más improbable jamás imaginado.
Una de esas herramientas es la música argentina, que acompaña a los personajes o sirve solo como ambientación para lo que se ve en pantalla. Se escuchan el Todo cambia que interpretó Mercedes Sosa, Cuando pase el temblor, de Soda Stereo, o los actuales Él mató a un policía motorizado con El magnetismo. Si la adaptación de El eternauta no se convierte en una excepción en el catálogo de Netflix este 2025, los espectadores estaremos muy agradecidos.