Inyectaban bótox (toxina botulínica) y ácido hialurónico, pero también ofrecían implantes odontológicos y hasta ecografías. La Policía Nacional ha detenido a dos falsas doctoras, ambas de nacionalidad china, que realizaban tratamientos a domicilio y en dos locales del polígono Cobo Calleja, en Fuenlabrada (Madrid), pese a que operaban como peluquería y salón de uñas. Ninguna de las dos contaba con la titulación requerida para llevar a cabo este tipo de tratamientos.
Los agentes de la Brigada Provincial de Extranjería bautizaron a esta operación con el nombre de Bian Que, considerado el primer médico de la historia en la Antigua China. Y no lo hicieron precisamente por la profesionalidad de las investigadas. Ambas incumplían los mínimos estándares de seguridad, ya que, entre otras deficiencias, una de ellas hacía servicios a domicilio portando los inyectables sin guardarlos en frío.
Los responsables de la investigación han explicado que las faltas esteticistas sólo ofrecían sus servicios a mujeres de su mismo origen. De hecho, unas policías trataron de hacerse pasar por clientas para comprobar de primera mano los tratamientos que ofertaban, pero "por su tipo de piel" fueron rechazadas. Los investigadores sospechan que sus clientas las han encubierto, ya que, según ha explicado el inspector jefe de la Sección de Investigación de Trata, Víctor de las Heras, no han podido encontrar afectadas por los inseguros tratamientos que realizaban.
A simple vista, los locales donde trabajaban eran peluquerías o salones de uñas, habituales en el polígono de Cobo Calleja, donde existe una gran concentración de negocios regentados por ciudadanos chinos. Sin embargo, se trataba de una "tapadera". Las pesquisas de la Policía Nacional han podido demostrar que en salas interiores se llevaban a cabo otro tipo de tratamientos. Sospechan que incluso odontológicos y ginecológicos, ya que tenían material disponible para realizarlos, aunque no estaba homologado.
Una vez recabados los indicios contra las investigadas, los agentes solicitaron autorización judicial para practicar un registro en los citados locales. También inspeccionaron el coche con el que una de ellas se desplazaba a los domicilios de sus clientas para practicar los tratamientos contratados. Durante la intervención, los investigadores se pudieron incautar de múltiples jeringuillas, crema anestésica, viales cargados con toxina botulínica, material de sutura, agujas hipodérmicas o cosméticos, además de utensilios para tratamientos ginecológicos y odontológicos.
Precio por tratamiento "muy reducido"
Las pesquisas de la Brigada Provincial de Extranjería permitieron averiguar que, para captar clientes, publicitaban servicios estéticos a un precio "muy reducido". Por ejemplo, los implantes dentales oscilaban entre 240 y 600 euros. Este negocio, al igual que otros destinados a ciudadanos chinos, sólo era publicitado a través de sus redes sociales, principalmente WeChat, conocido como el Whatsapp chino.
Tras una investigación de apenas un mes, los agentes practicaron los registros y la detención de las dos sospechosas el pasado 6 de mayo. Posteriormente, pasaron a disposición judicial como presuntas autoras de un delito contra la salud pública y otro de intrusismo profesional.