Puigdemont sigue rehuyendo la moderación. En una intervención del grupo parlamentario de Junts en Bruselas coincidiendo con el aniversario de las elecciones catalanas del 12M, el líder neoconvergente ha arremetido contra la "ausencia de liderazgo" del 'president' Salvador Illa, uno de sus 'leit-motiv' de los últimos tiempos. En este sentido, ha recriminado al líder socialista no haber "dado la cara" en situaciones dramáticas como el reciente "apagón crítico" ocurrido en España o ante el "caos indignante" de Rodalies en Cataluña. Y tampoco haberlo hecho al conocerse las cigras del supuesto déficit de inversiones en Cataluña, que, a su juicio, muestra que en Cataluña ha recibido "la mitad de lo prometido" y, en cambio, Madrid, "el doble" —si bien se refería a las inversiones ejecutadas, no al monto total destinado a ambas comunidades—.
Ante este escenario, Puigdemont ha aseverado que la Cataluña de Illa se ha convertido como una "especie de gobierno civil, de delegación del Estado en Cataluña". "Se comportan como una sucursal de provincias. Cada día retiran un ladrillo del muro de la nación", ha denunciado, recordando además que el Ejecutivo del PSC no ha logrado sacar adelante los presupuestos. Y es que, a su juicio, los de Illa carecen de un "proyecto de país" y su único propósito es desalojar a Junts, en particular; y al secesionismo, en general, del poder.
En cambio, ha reivindicado que su formación siempre coloca al "país por delante". "Es lo que demostramos en Madrid cuando el gobierno catalán no está presente", ha afirmado. Y ha ejemplificado esa utilidad con propuestas diseñadas específicamente para Cataluña, como que el salario mínimo interprofesional sea más alto en Cataluña dado que en esta comunidad "vivir es más caro que en el resto de España" —reclamación que hace extensiva a las pensiones—.
Debido a todo lo anterior, Puigdemont ha denunciado una suerte de complot para "fastidiar" a Junts. "Nosotros no perdemos nuestro punto cardinal, que es la independencia", ha aseverado, añadiendo que esa determinación insobornable les ha granjeado una animadversión general: "Todos nos tienen muchas ganas". "Nos quieren fastidiar todos los extremos, tanto de España como de Cataluña. Cada vez que abordamos asuntos complejos, como es el caso de la inmigración, nos montan una pinza", ha asegurado. Finalmente, respecto al Pacto Nacional por la lengua —un acuerdo para blindar el monolingüismo en catalán al que Junts no ha brindado su apoyo en el Parlament—, ha avisado de que su partido esperará a que el TC se pronuncia sobre el 25% de castellano en las escuelas, criticando la ambigüedad de Illa al respecto.