Mientras la Reserva Federal y el Banco Central Europeo se preparan para posibles recortes de tipos, los inversores analizan con lupa dónde colocar su dinero en este 2025: ¿Estados Unidos o Europa? Por primera vez en mucho tiempo, el viejo continente podría estar tomando la delantera.
Moisés Israel, asesor en iCapital, lo tiene claro: "Europa ofrece una inflación más contenida, lo que da más margen de maniobra a su banco central para recortar tipos. A eso se suma que, por primera vez en años, empieza a mostrar signos de dinamismo que pueden hacer sombra al crecimiento estadounidense".
Y es que, aunque el crecimiento económico previsto para Europa en 2025 ronda apenas el 1%, frente al 2% estimado para EE. UU., el contexto macroeconómico ha cambiado. “El problema de Europa ya no es la inflación, sino el crecimiento, mientras que en EE. UU. la inflación aún da quebraderos de cabeza”, asegura Israel. Esa diferencia puede inclinar la balanza a favor de la región europea en los próximos trimestres.
Además, las tensiones comerciales y las políticas arancelarias -especialmente impulsadas por la istración de Trump- han generado incertidumbre en el panorama inversor estadounidense. "Este ruido ha reforzado la percepción de estabilidad de Europa y ha obligado a sus empresas a reaccionar con más dinamismo", apunta el experto.
La diversificación como salvavidas
Con este entorno global tan volátil, Israel recuerda que la mejor herramienta del inversor sigue siendo la diversificación: “Ya no basta con elegir entre renta fija o variable. Hoy hay que diversificar entre activos -oro, materias primas, real estate-, regiones -EE. UU., Europa, emergentes- y sectores”.
Una cartera bien diversificada debe incluir activos defensivos, como el oro, que en lo que va de año ha subido un 28%. “Un 5% o 10% de oro en cartera puede amortiguar la volatilidad cuando los mercados tiemblan”, recomienda.
En renta fija, el foco parece estar claro: “Preferimos deuda corporativa y gubernamental europea, de calidad crediticia y a medio plazo -entre 4 y 5 años-, con rentabilidades cercanas al 3,5% anual. También hay oportunidades en bonos americanos, aunque con algo más de cautela”, apunta Israel.
¿Y el futuro?
La clave, según el asesor, estará en la adaptabilidad del inversor. “No se trata de rehacer la cartera entera cada mes, pero sí de hacer ajustes estratégicos según la coyuntura. Europa puede seguir destacando si mantiene su control inflacionario, aunque EE. UU. sigue siendo imbatible en sectores como tecnología o inteligencia artificial”.
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