Ciencia

Los paleontólogos impresionados por un fósil de un libélula gigante de hace 300 millones de años

Algunos de los fósiles encontrados asombran a los científicos por su tamaño y antigüedad

  • Fósil de libélula prehistórica -

Año tras año, científicos y paleontólogos de todo el mundo trabajan para continuar descubriendo y conociendo más sobre los animales y seres que habitaban el planeta hace millones de años. Así, una de las mayores fuentes de sabiduría para conseguirlo son los fósiles, y algunos de ellos brillan y destacan por su gran tamaño y antigüedad.

En esta línea, los fósiles más grandes encontrados hasta el momento incluyen los esqueletos de titanosaurios gigantes, como el Argentinosaurus. Este es uno de los animales más grandes conocidos hasta el momento, y aunque los restos hallados son escasos, se sabe que podía alcanzar más de 40 metros de largo y pesar hasta 100 toneladas. Así, ahora los científicos han encontrado un fósil de una libélula gigante que vivió hace 300 millones de años.

Una libélula gigante

Hasta el momento han sido reconocidas alrededor de 6000 especies de libélulas. Lo que ahora es un insecto inofensivo de pequeño tamaño que pueden llegar a medir 5 centímetros como máximo, apenas tiene ninguna similitud con su apariencia en la Prehistoria. Así, el fósil encontrado por los profesionales muestra una liélula gigante con una envergadura de aproximadamente dos pies, o lo que es lo mismo, 60 centímetros.

El hallazgo convierte a la libélula prehistórica en uno de los insectos voladores más grandes que jamás haya existido. Por ello, los científicos han investigado a qué se puede deber su gran tamaño de entonces y su evolución hasta lo que es ahora, y todo parece apuntar en una única dirección: la variación de los niveles de oxígeno en el aire. 

Libélula

La libélula gigante habitó el planeta desde finales del Carbonífero hasta principios del Pérmico, ambas divisiones pertenecientes a la Era Paleozoica. Por aquel entonces, la atmósfera de la Tierra tenía un porcentaje de oxígeno mucho más elevado. Este ascendía a alrededor del 35%, cifra muy distinta a la que se maneja actualmente, un 21%. Así, los insectos utilizaban sus afiladas mandíbulas y fuertes alas para cazar y alimentarse de otros insectos y animales pequeños.

Libélulas actualmente

Actualmente, la morfología de las libélulas se caracteriza por sus grandes ojos, alas transparentes y abdomen alargado. Sus patas delanteras son largas y fuertes, y están adaptadas para atrapar presas en el aire. Rápidas y ágiles, su versión adulta se alimenta de mosquitos, mariposas, abejas, polillas y moscas. Mientras tanto, las ninfas -o larvas- viven bajo el agua y crecen gracias a larvas de mosquitos, renacuajos y pequeños peces.

Todo ello resalta con el comportamiento de la libélula prehistórica. Al hablar de su hábitat y dieta, se cree que habitaban en los densos y pantanosos bosques. Llegaban a alimentarse incluso de anfibios y reptiles, y su extinción podría estar relacionada también con los cambios climáticos ocurridos a principios del Triásico.

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