Opinión

Podemos, la baba del caracol

Es todo tan feo, tan siniestro y tan patológico que parece mentira. El discurso por un lado y los comportamientos por el contrario

  • Juan Carlos Monedero,, el más feminista de la izquierda

El 12 de septiembre de 2023, hace año y medio, una militante presentó ante el área de Feminismos de Podemos una denuncia por escrito contra uno de los fundadores del partido, Juan Carlos Monedero. En ella le acusaba de comportamientos inaceptables que venían sucediendo desde hacía años, y que consistían fundamentalmente en manosear a chicas jóvenes. Según el texto de la denuncia que ha publicado eldiario.es, el modus operandi de Monedero consistía en agarrar a las chavalas por detrás con sus brazos, toquetearles el trasero  y aprovechar el momento para decirles todo tipo de imprudencias. Tengamos presente que el próximo cumpleaños redondo de Monedero son los setenta y que hace ya dos años que disfruta de los innegables beneficios de la tarjeta dorada de la Renfe, con lo que la diferencia de edad con las jovencitas víctimas de sus aproximaciones no deseadas podía pasar fácilmente de los cuarenta años.

No debía ser agradable para ellas que un señor mayor disfrazado de joven tronado de la edad de su padre o de su abuelo se les pegara como un sello con intenciones confusas en ambientes más confusos todavía donde la presencia de alcohol no podía descartarse. por eso es normal que las palabras baboso y babosidad, con su connotación viscosa de caracol, sean las que los que han sacado a la luz pública estas conductas han utilizado con mayor frecuencia para calificar al sujeto y sus tejemanejes. Mientras tanto, desde la Facultad de Políticas de la Complutense, donde Monedero ejercía de gurú y profe enrollado y feminista, nos llega la noticia de que una alumna ha presentado otra denuncia por acoso sexual contra él. Los rumores sobre su babosidad, por seguir con la terminología más empleada en este caso, eran conocidos, parece ser, por todas las alumnas. Avisos anónimos escritos a bolígrafo en las puertas de los baños advertían a las usuarias del peligro que se corría en su trato personal con él por su tendencia a sobrepasarse, y todas tenían presente que cuando acudieran a su despacho para alguna tutoría o gestión concreta lo mejor para evitar problemas era dejar la puerta abierta.

Es bien sabido por todos los que han sido alguna vez estudiantes que hay que huir como de la peste del profesor amiguete y graciosillo, ese que te invita a tomar una cerveza y te cuenta sus batallitas, que va de colega y seductor y quiere ser más joven y más moderno que tú. Porque esos son los que muerden, ya sea cometiendo injusticias subjetivas en las calificaciones o sobrepasándose en el calor de la noche y de la fiesta sin que la víctima pueda precisar demasiado bien que ha pasado, por qué ha pasado y qué papel ha tenido ella misma en ese sobeteo extraño que le ha dejado tan mal sabor de boca y la huella babosa e hiriente de una caricia no deseada en la piel. Con los profesores y los jefes cuanta más distancia y más claros estén los roles de uno y otro mejor.

Los hombres mayores  que se aprovechan de esta manera del candor y deslumbramiento de chicas jóvenes obtienen un consentimiento que, aun en los casos en que sea real, viene viciado de origen y merece la repulsa social

A un hombre sesentón como Monedero no se le ha perdido nada en una mesa de alumnas recién salidas de la adolescencia, sobre las que tiene además el ascendiente que da saberse irado y el poder que da ser el que califica los exámenes y pone las notas. No son relaciones de igualdad sino de poder. Por eso, entre otros motivos hay abuso, si no penal, porque a diferencia de lo que preconizaba él mismo cuando iba de aliado feminista, los hombres acusados de estos comportamientos tienen también la presunción de inocencia, sí abuso moral. Los hombres mayores  que se aprovechan de esta manera del candor y deslumbramiento de chicas jóvenes obtienen un consentimiento que, aun en los casos en que sea real, viene viciado de origen y merece la repulsa social. Esa de la que se ha librado en su impunidad de lider de la izquierda que lucha contra el heteropatriarcado, si me permiten ustedes la broma macabra.
No sabemos el recorrido que tendrá la denuncia de la Complutense pero sí sabemos que las ardorosas feministas del partido leyeron la denuncia y no hicieron nada. No hubo en este caso hermana yo sí te creo ni se le facilitaron las cosas a la denunciante. Solo cuatro días después de la denuncia, Ione Belarra daba las gracias al compañero Monedero en un acto del partido.

Mujeres insolidarias

Con gran sigilo, en la mejor tradición burguesa de la que todos ellos vienen, fueron apartándolo de los actos públicos  pero no de los órganos de dirección. Seguía estando al tanto de las decisiones de la formación. Mucha sororidad no veo yo en esa pandillita de eternas víctimas encaramadas al poder del chiringuito feminista del partido, esas que hablan siempre al borde del llanto y defienden a las mujeres con una ley que pone a muchos violadores en la calle. No me extraña que la denunciante decidiera no seguir adelante con su denuncia. En el ecosistema profundamente machista de Podemos solo tenía las de perder.
Pablo Fernández, secretario de organización de Podemos, el mismo Pablo Fernández que hace diez años tenía como número dos en Castilla León a un sujeto con una condena firme por abuso de menores,  sale ahora diciendo que el partido lo hizo todo bien y que no es su culpa que la víctima no aportara más datos, como si una denuncia por escrito no fuera suficiente según los estrictos baremos que usan para cualquiera que no sea ellos mismos.

En Sumar se frotan las manos y Yolanda Díaz, la que tuvo dos colaboradores muy cercanos con pasado turbio en diferentes etapas de su carrera política, uno procesado por posesión de pornografía infantil y el otro acusado recientemente de abuso de menores en el centro donde imparte clase, se lamenta con la boca pequeña de que estos casos causan muchísimo daño al feminismo. Como si no se alegrara de que el fango de las denuncias cambie de bando y sea ahora problema de Podemos. Ya han empatado el gol a Errejón, que pase el siguiente. Es todo tan feo, tan siniestro y tan patológico que parece mentira. El discurso por un lado y los comportamientos por el contrario. Tíos de lo peor, mujeres insolidarias. Chicas deslumbradas que no se atreven a denunciar, rumores, puertas abiertas, avisos en la puerta de un inodoro de facultad. Cuidado con Monedero. La baba del caracol.

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