Hace dos días se OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, informaba de la compra por 6.400 millones de dólares de la startup 'IO', una empresa fundada, entre otros, por el ex diseñador de Apple y creador -con el permiso de Steve jobs- del iPhone de Apple, Jony Ive.
Es una noticia que ha hecho saltar las alarmas en la firma de Cupertino, en la que desde que Tim Cook cogió el timón poco o más bien nada se ha innovado.
El movimiento tiene un enfoque muy claro: ChatGPT quiere tener munición para fabricar sus propios dispositivos.
Nokia, con la arrogancia que da el éxito, prefirió apostar por Symbian. El resto de la historia ya la conocemos. En solo un año se precipitó a los abismos. Hay más casos de empresas que pasaron a ser irrelevantes en cuestión de meses. ¿Alguien sabe dónde están Yahoo!, BlackBerry o Kodak? Pues eso
El potencial y la necesidad de incorporar Inteligencia Artificial en todos los dispositivos es ya una tendencia, y lo será en el futuro. El pasado jueves en una comida, Alberto Ruano, CEO de la empresa china Lenovo en España, explicaba a un reducido grupo de periodistas que ahora uno de cada cuatro equipos que se comercializan -ordenadores- contaba con Inteligencia Artificial Integrada (IA), y que este porcentaje será del 90% en muy poco tiempo en cualquier tipo de equipo.
Desde Internet no se recuerda una tecnología tan disruptiva y con una curva de crecimiento tan rápida desde su crecimiento. ¿El motivo? La IA ya es funcional, hace cosas, algo que con otras pretendidas innovaciones, como por ejemplo el Metaverso, no sucede.
Los fabricantes de tecnología son conscientes de que en base a la calidad y eficacia de la IA venderán más o menos equipos. Si ChatGPT -la IA más éxitosa hasta el momento con permiso de DeepSeek- se decide a fabricar móviles, Apple tendrá un futuro, seguramente, diferente al actual. Siri, su plataforma -y asistente conversacional-, no está al nivel de sus competidores, y además sus terminales adolecen en la actualidad de avances tecnológicos tan extendidos como por ejemplo una carga rápida real, por encima de los 45W, que sí incluyen celulares que cuestan varios centenares menos de euros.
La falta de innovación es un veneno rápido y sigiloso para las empresas, más en un entorno como el actual. Por eso la llegada de Ive a ChatGPT ha levantado mucho ruido entre las tecnológicas norteamericanas
El efecto 'funboy' de los compradores acérrimos de Apple puede evaporarse como un azucarillo. Recordemos el caso Nokia. Era la marca más vendida, pero se produjo un salto tecnológico en los sistemas operativos. Google lanzó Android y lo ofreció prácticamente gratis a los fabricantes. Nokia, con la arrogancia que da el éxito, prefirió apostar por Symbian. El resto de la historia ya la conocemos. En solo un año se precipitó a los abismos. Hay más casos de empresas que pasaron a ser irrelevantes en cuestión de meses. ¿Alguien sabe dónde están Yahoo!, BlackBerry o Kodak? Pues eso.
La falta de innovación es un veneno rápido y sigiloso para las empresas, más en un entorno como el actual. Por eso la llegada de Ive a ChatGPT ha levantado mucho ruido entre las tecnológicas norteamericanas.
Jony Ive sabe mucho de fabricar dispositivos. Solo hay que repasar su currículum con Apple y ver todo aquello en lo que estuvo involucrado. A saber:
- iMac (1998): Un equipo que revolucionó el diseño de ordenadores con un enfoque colorido, amigable y accesible
- iPod (2001): Un dispositivo minimalista que rediseñó la escucha musical
- iPhone (2007): Sin teclado físico, todo pantalla táctil. Un nuevo estándar para los smartphones vigente hoy en día
- iPad: Invención de un nuevo dispositivo que es ya un clásico
Estos son solo algunos de los productos en los que colaboró Ive, por eso es normal que el nerviosismo se haya instalado entre los fabricantes de tecnología. Su forma de pensar es también un aviso a navegantes. Se resume en una frase: "Diseño no es solo lo que se ve o se siente, sino cómo funciona".