Opinión

El Consejo Europeo evita enfangar, aún más, el régimen lingüístico de la UE

El Gobierno español habría amenazado con reconsiderar sus compromisos de Defensa con algunos países de la UE si no apoyaban la propuesta

  • El ministro de Exteriores, José Manuel Albares. -

En un ejercicio de cordura institucional, el Consejo de Asunto Generales de la UE del 27 de mayo ha terminado por desestimar de hecho -al no concitarse la unanimidad- la "solicitud de España de incluir el catalán, el euskera y el gallego en el Reglamento nº1/1958, que regula el régimen lingüístico de la UE"; que parece precedida de una "intimidación escandalosa" sobre determinados Estados . Según el Financial Times, el Gobierno español habría amenazado con reconsiderar sus compromisos de Defensa con algunos países de la UE si no apoyaban la propuesta. Parece obvio que nuestro Ministerio de Exteriores no da la talla y se le ha borrado la raya diplomática.

Hasta la fecha se desconocen los documentos manejados por el Consejo de la UE en este asunto, pues cuando se planteó la petición el Consejo solicitó a la Comisión Europea una serie de informes sobre las consecuencias jurídicas y económicas de la medida, que no son baladíes. Únicamente se conocen unas reflexiones preliminares de la Comisión, del 6 de diciembre de 2023, en las que se plasma que una estimación preliminar para un "régimen completo" de una lengua añadida es de unos 44 millones de euros al año y por lengua, es decir, un total de unos 132 millones de euros al año para tres idiomas.

Hay que recordar que esta espuria iniciativa, con la que nuestra "diplomacia" viene dando la matraca ante las instituciones europeas desde agosto de 2023, no tenía otra intención que la de tener contento al prófugo y antieuropeísta Puigdemont, del que depende el Gobierno de la nación. Incluso con la introducción de una propuesta de última hora, muy descafeinada, para que el prófugo pudiera exhibir su trofeo ante sus feligreses.

La iniciativa perjudica claramente al español en Europa

Esta forma de proceder ha estado perjudicando claramente al español en Europa, que no reconoce su verdadera fuerza como clara lengua internacional. Asimismo, se ha seguido insistiendo en el asunto cuando en la UE se están planteando verdaderos desafíos respecto al régimen lingüístico.

Actualmente, se desconocen, pues la Comisión Europea se niega a dar información al respecto, las acciones encaminadas para el cumplimiento de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE de 5 marzo de 2024 recaída en el asunto C-588/21 P Public.Resource.Org, Inc. y Right to Know CLG; que obliga a poner a disposición de los ciudadanos europeos, íntegramente y en todas las lenguas oficiales de la UE, las normas europeas armonizadas adoptadas por el Comité Europeo de Normalización (CEN), que hasta la fecha sólo se referencian (sin publicarse íntegramente) en el Diario Oficial de la UE; pues el Tribunal de Justicia subrayó que, a tenor del artículo 2 del Tratado de Funcionamiento de la UE, la Unión se fundamenta en el principio del Estado de Derecho, que exige que todas las personas físicas y jurídicas de la Unión Europea puedan acceder al Derecho de la Unión y que los justiciables puedan conocer sin ambigüedad sus derechos y obligaciones.

Obvia aplicación de elementales principios "constitucionales" de seguridad jurídica y publicidad normativa. Como dijera hace tiempo el entonces secretario general del Tribunal de Justicia de la UE, el español Alfredo Calot, "mi principal reto en este puesto es salvar el multilingüismo. Con la crisis sufrimos una fuerte presión presupuestaria, pero, sin el respeto a la igualdad de todos los idiomas, la UE se muere. Es una convicción". Se refería, obviamente, a las lenguas oficiales de la UE. Y es que en la UE existe un verdadero problema -en la práctica- de multilingüismo (principio fundamental de la UE), como para añadirle complicaciones artificiales.

Actualmente, la UE tiene 24 lenguas oficiales: el alemán, el búlgaro, el checo, el croata, el danés, el eslovaco, el esloveno, el español, el estonio, el finés, el francés, el griego, el húngaro, el inglés, el irlandés, el italiano, el letón, el lituano, el maltés, el neerlandés, el polaco, el portugués, el rumano y el sueco. El principio básico es que no debe haber más de una lengua oficial por Estado miembro. El inglés (dado que es la primera lengua internacional) es una lengua oficial de hecho y no de derecho, pues, ejecutado el Brexit, ningún país la tiene designada como tal, dado que Irlanda y Malta -aunque tienen el inglés también como lengua oficial- tienen designado en la UE el gaélico y el maltés, respectivamente. Pero, en la práctica, las lenguas que imperan en la UE, en todos los asuntos son el inglés, el francés y el alemán. El español, aunque es una lengua claramente internacional, está claramente discriminado, y en vez de defender su importancia, se plantea esta pueril -e indecente por su motivación- controversia.

Las instituciones de la UE (principalmente el Consejo, el Parlamento y la Comisión) deben defender el principio básico de una lengua oficial por Estado miembro y remover las discriminaciones. Y al Gobierno español le corresponde defender en Europa la importancia internacional de nuestra lengua común.

Isaac Ibáñez es abogado

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