Política

Podemos prepara su venganza contra Yolanda Díaz y lanza una opa para arrebatarle a IU y los comunes

Los morados, en cualquier caso, asumen que no podrán concurrir en solitario y que necesitan una propuesta que vaya más allá de ellos

  • Ione Belarra e Irene Montero. -

Hace tiempo que en la cabeza del núcleo dirigente de Podemos existe un plan para recuperar de nuevo el liderazgo de la izquierda alternativa. Los morados no quieren ir por libre, quieren volver a ser la nave nodriza de un espacio político convulso, atomizado y en constante pelea. El fracaso de Yolanda Díaz les da alas para intentarlo. En cualquier caso, lo más relevante de la candidatura de Irene Montero para las elecciones generales es el reconocimiento de que Podemos necesita una propuesta que vaya más allá de ellos. Por eso, está llamando a la puerta de los partidos y de la sociedad civil para ponerles en una dicotomía: o ellos o Sumar. Por el momento, el partido con más disposición a entenderse de nuevo con Podemos es Izquierda Unida, aunque su coordinador, Antonio Maillo, se niega a entrar en el juego morado y pide unas primarias para resolver todo el puzzle de una hipotética lista única. Es más la histórica fuerza de Julio Anguita baraja hacer lo mismo que Podemos y presentar su propia candidatura a la sopa de siglas. 

Los comunes también apuestan por el reencuentro en la izquierda. El eurodiputado Jaume Asens pidió este lunes una tregua entre Sumar y Podemos. Pero tampoco entran en el marco morado. Y persiste la duda de qué hará Más Madrid, la otra gran fuerza del conglomerado a la izquierda del PSOE. En cualquier caso, ahora comienza una batalla política por el control de ese espacio político. Y Podemos ha decidido desplegar la bandera pacifista para presionar a los partidos, ya que considera la presencia de Sumar en el Gobierno del "señor de la guerra" [en referencia Pedro Sánchez] una traición inisible. Podemos intenta agitar la moral de sus compañeros y marcar de nuevo la agenda con Montero, a la que esta vez no quieren que se vete en forma alguna como ocurrió hace dos años. 

La respuesta de Podemos al canto de unidad que gritó Sumar en su última asamblea es nombrar a Montero como candidata morada con el único objetivo de imponerla al frente de una lista. Todos los actores de la izquierda del PSOE tenían la duda de cuándo se presentaría en sociedad a la exministra de Igualdad como cabeza de cartel. "Esperábamos que fuera o bien en la asamblea del 11 y 12 de abril o bien al terminar el curso político, en septiembre. Pero lo han adelantado para marcar territorio y no generar una situación de vacío, porque Ione Belarra por, sí sola no cubre todo al no ser la candidata. También tiene que ver con el escenario que hay de presion de las partes: sindicatos, el PSOE, Sumar... para empezar a hablar del futuro. Y, por supuesto, están intentando cohesionarse de cara a la asamblea ya que dentro de los suyos también hay gente que habla del futuro", explica una fuente al tanto de la situación interna de la izquierda alternativa.

Sumar no quiere entrar en polémicas con Podemos. Y, por, eso, evitó este lunes criticar el auge de Montero como candidata morada. De manera que defendieron desde el "máximo respeto" y la "total normalidad" que "toda formación elige a sus candidatos para cualquier proceso electoral" Mientras, Movimiento Sumar, el partido embrión de Yolanda Díaz, evita aclarar siquiera si la vicepresidenta segunda se animará a concurrir en unas primarias para ser cabeza de cartel. Lo cierto es que el gran problema de la izquierda es que se enfrenta a una lucha de egos dañados por una pésima relación personal. La coordinadora general de Sumar, Lara Hernández, se intentó morder la lengua pero no pudo evitar sacudir a Podemos: "No será Pablo Iglesias, ni Ione Belarra ni Yolanda Díaz los que hablen de las condiciones de la unidad, sino que será la gente la que ponga las condiciones cuando toque", "porque quedan dos años para 2027".

Podemos no quiere hablar ahora de primarias de todos los partidos. Y no deja de ser curioso, porque fue precisamente una de las condiciones que puso a Yolanda Díaz para confluir en una misma coalición en las elecciones generales de 2023. Si aquel fue el año en el que Pablo Iglesias se divorció de Yolanda Díaz y lanzó a Podemos al vacío, 2024 fue el descubrimiento del engaño que ha supuesto el liderazgo la vicepresidenta segunda. La política gallega es la protagonista de un montaje político sin casi precedentes. En todo este tiempo, la vicepresidenta segunda ha sido incapaz de cumplir las expectativas que generó hace más de tres años. Y Sumar, su experimento político, "está muerto", como reconocen fuentes gubernamentales. Los resultados de las últimas cuatro elecciones -gallegas, vascas, catalanas y europeas- son la constatación palmaria.

Podemos lleva más de un año intentando darle una bofetada a Sumar y demostrarle que su tirón es el responsable del peso político del partido de la vicepresidenta segunda ahora en coalición con el PSOE. La vicepresidenta segunda es, sobre todo, una política pragmática. Yolanda Díaz se aprovechó del impulso de Podemos para aterrizar en Madrid tras su paso por la política gallega. Una vez fue ungida por Pablo Iglesias para sucederle al frente de su espacio político, identificó con rapidez que ninguno de los rostros que batallaron en último decenio dentro de Unidas Podemos tenían hueco. Díaz les desechó. Ella tenía los mandos y, como no estaba quemada, se permitió convertir la izquierda a la izquierda del PSOE en su particular coto. La exministra de Igualdad fue la gran purgada y el principal motivo del distanciamiento entre Yolanda Díaz y Podemos. Pero el fracaso de Sumar en las elecciones europeas terminó haciendo saltar todo por los aires.

El diagnóstico de los socialistas consultados es que el liderazgo de Yolanda Díaz está muy tocado, por mucho que conserve su rol protagonista gracias al poder que le da su tercer asiento en el Consejo de Ministros, tras el del presidente y el de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. Por eso, en el PSOE prefieren que sus socios "resuelvan sus cosas" antes de todo. Aunque sí trasladan su preocupación por el poco tirón electoral de la también ministra de Trabajo, motivo por el que preferirían que no fuera candidata en unas hipotéticas elecciones generales. La propia Díaz no ha decidido aún qué hará y dijo que debe madurar la decisión siquiera de postularse.

En cualquier caso, en el PSOE saben que, sin una unidad real en su patio izquierdo, revalidar la coalición es imposible, aunque en Ferraz hace tiempo que se trabaja con la aspiradora de votos para engordar a costa del partido de la vicepresidenta segunda. Sumar apeló a Podemos durante su cónclave para que vuelva a entenderse con el resto de partidos 'hermanos'. Pero puede que sea demasiado tarde. Los socialistas iten que los morados, casi con total seguridad, dirán un 'no' rotundo a Yolanda Díaz y saben que si fracasa la posibilidad de seguir en Moncloa será por Podemos. La vicepresidenta segunda tendrá muy difícil ser la cabeza de lista si los morados deciden integrarse en una lista única. El juego acaba de empezar. Otra vez en busca de la unidad perdida.

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