Economía

La Banca europea encomienda su dinero al BCE

Tiene guardados en la facilidad de depósito un total de 2,85 billones euros, de los que 191.120 millones corresponden a las entidades financieras españolas

  • Sede del BCE en Fráncfort -

Desde distintas instituciones y organismos europeos llegan quejas de que el dinero de los bancos no fluye hacia la economía real como en otros años. La última ha venido del Parlamento Europeo, que cree que los depósitos que custodian no se emplean en su totalidad para la financiación de empresas y hogares. En 2013, un año después de la crisis de la deuda soberana en los países del sur de Europa, el Parlamento Europeo estudió, incluso, las posibilidades de forzar a las entidades financieras a conceder créditos. Afortunadamente, la cosa no pasó de una ocurrencia.

El problema no es que los bancos sigan teniendo en el recuerdo lo que pasó en 2008 a raíz de la crisis financiera internacional y controlen al máximo a quién entregan los préstamos para no incurrir en los mismos errores del pasado. El drama es que el dinero que tienen sobrante lo guardan celosamente en el Banco Central Europeo a través de la denominaba facilidad de crédito. ¿Por qué? Porque les reporta unos intereses superiores a los que pagan las entidades financieras a sus clientes.

Según los últimos datos del BCE, a cierre del pasado mes de febrero, los bancos de la Unión Europea tenían en ese instrumento financiero un total de 2,852 billones de euros, una posición ligeramente más baja que con la que cerraron el ejercicio 2024: 17.318 millones de euros menos, apenas un -0,6% en términos relativos. Los bancos españoles guardaban en Fráncfort en esa misma fecha un total de 191.120 millones de euros, el 6,7% del total.

Las facilidades permanentes, según recoge el propio Banco de España, son instrumentos de política monetaria que permiten al Banco Central Europeo aumentar o retirar liquidez del sistema financiero a plazo de un día. Está la facilidad marginal de crédito, que permite a las entidades financieras obtener liquidez de los bancos centrales nacionales a un día y al tipo de interés determinado por el BCE. Está también la facilidad de depósito, que posibilita a los bancos realizar depósitos al mismo plazo en los banco centrales de cada país con una remuneración fijada también por el consejo de gobierno del BCE previamente.

En la actualidad, y tras la última revisión a la baja del precio oficial del dinero que entró en vigor el pasado 12 de marzo, el tipo de interés de la facilidad de depósito es del 2,5%, por encima de lo que ofrecen, por ejemplo, las Letras del Tesoro español (2,359% a tres meses) y la mayoría de la deuda pública a corto plazo de las economías más desarrolladas de la Unión Europea.

A lo largo de los últimos diez años, el tipo de la facilidad de depósito se ha movido en una horquilla de 4,4 puntos porcentuales. El mayor nivel se alcanzó en septiembre de 2023, cuando se situó en el 4% (el precio oficial del dinero estaba entonces en el 4,5%), y el más bajó, en septiembre de 2019, cuando se situó en terreno negativo (-0,5%), con los tipos de interés de las operaciones principales de financiación en el 0%. Desde septiembre de 2022, el volumen de dinero “guardado” allí no ha bajado en ningún momento del billón de euros.

Y es que tanto la remuneración de la facilidad de depósito, como su montante, han dibujado una montaña rusa en función de la política monetaria acomodaticia que ha seguido la institución que hoy preside Christine Lagarde. De esta manera, el mínimo depositado por los bancos en la facilidad se produjo en junio de 2011, con apenas 17.061 millones de euros, y el máximo, en octubre de 2022, con casi 4,6 billones de euros. En el primero de los casos, el tipo de interés al que se retribuía el dinero retenido fue del 0,5%; en el segundo, al 2%.

Pero la facilidad de depósito ha tenido también que pasar su particular viacrucis. Entre junio de 2014 y junio de 2022, el BCE llegó a cobrar por no prestar dinero a la economía real. ¿Qué significa eso? Que la entidad bancaria que quisiera proteger su dinero y no exponerlo al riesgo que supone siempre financiar actividades productivas a hogares o empresas, pagaba una penalización que empezó en el 0,10% y acabó en el 0,50%.

La sensibilidad del dinero es extraordinaria. Lo ha sido siempre. Pero este próximo ejemplo es de lo más representativo: en agosto de 2022, al poco de aprobar el BCE la primera subida de tipos de interés después de seis años con el dinero regalado (pasó del 0% al 0,5%), la facilidad de depósito guardaba 655.360 millones de euros de la banca europea (6.262 millones de la española); el mes siguiente, septiembre de 2022, con la segunda subida de los tipos al 1,25%, se llegó a 2,891 billones de euros (216.581 millones, de la banca española). Entre esas fechas, el BCE subió el tipo de la facilidad de depósito del 0,0% al 0,75%.

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