Tras ganar la Champions League con su equipo, el PSG, el entrenador español Luis Enrique Martínez tuvo es esperado gesto con su hija Xana, fallecida en 2019. A lo largo de esta temporada el técnico asturiano había recordado cómo ella pudo clavar la bandera del Barcelona cuando ganó la final de Berlín y el homenaje a la pequeña no ha defraudado.
El recuerdo no fue otro que vestir una camiseta en la que había un dibujo en el que aparecía Xana clavando la bandera del Paris en el césped del Alianz de Múnich, una imagen que emocionó a todos los presentes.
"Recuerdo una foto increíble con ella en la final de la Champions en Berlín, después de ganar la Champions, clavando una bandera del Barcelona en el campo", dijo Lucho hacia semanas en rueda de prensa. "Tengo el deseo de poder hacer lo mismo con el PSG. No estará mi hija físicamente, pero estará espiritualmente y eso para mí es muy importante".
El capricho catarí se hace realidad
Después de todos los millones invertidos desde su fundación en 1970, el club de Nasser Al-Khelaifi, en manos de los fondos de Catar, logra su soñado capricho: ganarle la Champions League a los europeos.
La hazaña necesitaba a un gran capitán de barco que, lejos de ser Mbappé, como todo hincha parisino creía, se trataba de un español con aires de genio, Luis Enrique Martínez, el mismo del codazo de Tassotti al que el Bernabéu pitaba cuando vetía de blaugrana por su pasado en el Real Madrid.
El PSG se ha puesto por delante en el marcador al poco de comenzar el partido y a los 20 minutos ya disfrubaja de una ventaja de dos goles: el primero de Achraf Hakimi y el segundo de Désiré Doué. En la segunda parte, un segundo gol de Doué, otro de Kvaratskhelia y uno más de Mayulu. 5-0 al filo del descuento.
